<p>Con la muerte del compositor Lalo Schifrin la melodía de la serie <strong>Misión: Imposible</strong> se nos pegó en la cabeza de nuevo, como sucede cada vez que nos acordamos de ella, o cuando vemos una de las películas con Tom Cruise. Sin dudas es uno de los íconos más grades de la historia de la televisión y una de las partituras más recordadas por siempre. Sin embargo, las viejas series de televisión tenían un encanto desde su propia apertura, que ya nos pegaban directamente a la pantalla chica. Por lo tanto, qué mejor que recordar algunas de esas melodías que décadas después de su creación aún continúan en nuestra memoria.</p><p>Para realizar este texto podría haber apelado a mi propia memoria emotiva o buscar alguna lista de esas que existen en Internet. O también apelar a listas creadas por algún instituto de renombre. Pero no, hice lo que cualquier ser humano cuerdo a esta altura del Siglo XXI haría: usé las redes sociales y pregunté a mis contactos cuáles eran para ellos las mejores intros de series del Siglo XX. Lo que sigue, entonces, es <strong>una selección de las más nombradas y recordadas</strong> por este puñado de televidentes que pasaban sus tardes o sus noches mirando series.</p><p><strong>Antes que nada, una curiosidad</strong>. Hay algunas intros que son sólo una melodía pegadiza, otras que apelan al clásico recurso del montaje de escenas de varios capítulos con planos fijos de los protagonistas y su nombre sobreimpreso, y finalmente aquellas más producidas que a las intros le daban un toque más artístico. Algo que impactará fuertemente en las series del Siglo XXI, aunque eso será motivo de análisis para la semana próxima.</p><p><strong>Misión: Imposible</strong> (1966-1973)&nbsp;</p><p>En verdad esta fua agregada por mí, porque nadie la votó, pero como originó esta nota, nada mejor que recordarla. La icónica creación de Bruce Geller se valía del talento de Lalo Schifrin para capturar la atención del espectador desde un primer momento. El tema tenía un ritmo pulsante y una melodía que evocaba tensión y acción, para darle marco a esta historia de espionaje más grande que la vida. Los especialistas hablan de una estructura rítmica inusual, combinando elementos de jazz, música orquestal y percusión latina. La música de Misión: Imposible tenía una particularidad: era sofisticada, elegante y popular.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=pPTCOLbLWxM"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/pPTCOLbLWxM" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>El Zorro</strong> (1957–1959)</p><p>“En su corcel, cuando sale la luna, aparece el bravo Zorroooo”… cantaban en la versión latina y uno sabía que lo vendría luego serían una serie de aventuras a caballo, a pura lucha de espadas y sables. El bien representado por ese justiciero interpretado por Guy Williams, que luchaba contra los malditos españoles. La canción creada por George Bruns con letra de Norman Foster e interpretada por The Mellomen es inseparable del personaje y contiene toda la épica de los relatos clásicos de aventuras. <strong>El Zorro</strong>, además, es una de las series más repetidas a lo largo de la historia. Un clásico.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=W_v6mAsUbfY"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/W_v6mAsUbfY" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Bonanza</strong> (1959–1973)</p><p>Seguramente algo olvidada hoy, esta fue una de las series más populares en su momento y se emitió durante largos años. La saga familiar de los Cartwright sobresalió por un elenco sumamente carismático, pero especialmente por este tema compuesto por David Rose, que si bien tiene letra de Livingston &amp; Evans, es más recordado en su versión instrumental. Hay cuerdas, trompetas y percusión, y sabe contener el espíritu del Viejo Oeste en su melodía. Es imposible no pensar en estar cabalgando rumbo al horizonte mientras la escuchamos.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=iQjb_QiFbJE"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/iQjb_QiFbJE" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Mi bella genio&nbsp;</strong>(1965–1970)</p><p>Esta fue una de las sitcoms más populares en la primera era de oro de la comedia televisiva. Protagonizada por Barbara Eden y Larry Hagman, contiene todos los elementos clásicos del género, y especialmente el de tener una intro musical inolvidable. Compuesta por Hugo Montenegro, la pieza captura el estilo lúdico y alegre de la serie, mezclando un pop orquestal con toques exóticos para resaltar el carácter oriental de la protagonista. Su estilo es bien propio de las bandas sonoras de esos años, que modernizaron el sonido de Hollywood.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=bDD9DwICG6E"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/bDD9DwICG6E" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>El superagente 86</strong> (1965–1970)</p><p>Si hablamos de una apertura que tenía tanto una melodía pegadiza como un trabajo narrativo, esa es sin dudas <strong>El superagente 86</strong>, la gran comedia creada por Mel Brooks y Buck Henry, sátira genial al cine de espionaje y a la Guerra Fría. Allí teníamos al agente interpretado por Don Adams llegando en su auto deportivo, vestido elegantemente e ingresando al cuartel general, atravesando una serie de puertas hasta llegar a una cabina telefónica. Todo muy tecnológico y, a la vez, ridículo. El tema compuesto por Irving Szathmary captura precisamente el espíritu de espionaje con un toque humorístico. Tiene una mezcla de jazz, música orquestal y pop de los años 60, con un ritmo enérgico y una melodía pegajosa.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=_crj6n1ZDcU"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/_crj6n1ZDcU" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>El auto fantástico</strong> (1982–1986)</p><p>Sintetizadores. Oops, estamos en los 80’s. Esta serie protagonizada por un auto que hablaba fue un vehículo de popularidad para David Hasselhoff. El tema de apertura, compuesto por Stu Phillips con la colaboración del creador de la serie, Glen A. Larson, captura con su estilo el espíritu futurista y dinámico que proponía la producción, pero además el carácter tecnológico del propio KITT, ese auto con voz metálica. Sintetizadores, baterías electrónicas y efectos electrónicos, elementos indispensables de la música de esa década que aquí dejarían una melodía icónica.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=qlICHi6Vvn0"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/qlICHi6Vvn0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Brigada A</strong> (1983–1987)</p><p>“Hannibal” Smith, Murdock, Mario Baracus y “Faz” fueron cuatro de los personajes más populares de la televisión ochentosa. Estos renegados que cumplían misiones, mientras escapaban del Gobierno, tenían a su favor esta partitura creada por Mike Post y Pete Carpenter, que arrancaban con un aire marcial y que iba progresivamente subiendo hasta convertirse en el leitmovit heroico y épico de los protagonistas. Metales, guitarras eléctricas y percusión para darle el tono heroico de la serie, donde finalmente todo salía bien y nuestros protagonistas vencían nuevamente a los malos.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=rtpPXPsDQoE"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/rtpPXPsDQoE" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Alf</strong> (1986–1990)</p><p>Gran éxito de los ochenta, <strong>Alf</strong> se convirtió además en uno de los extraterrestres más queridos de la historia de la televisión y el cine. Con el tiempo, la serie es más recordada por su escabroso detrás de escena que por lo que era, una comedia genial, con una mirada sardónica sobre la típica familia norteamericana a partir de los apuntes del propio Alf. La apertura tenía su encanto y en su plano final la familia se sacaba una foto y Alf corría de la cámara al grupo y lo veíamos de cuerpo entero. Todo esto era ilustrado por una melodía muy pegadiza de Alf Clausen y Tom Kramer, una pieza instrumental con un estilo pop-jazz ligero y juguetón, y la presencia de sintetizadores y teclados. Había un tono de alegría familiar en esa melodía y se volvió inolvidable.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=2hBSMInlDGg"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/2hBSMInlDGg" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Los Simpson</strong> (1989-Presente)</p><p>Si bien los relacionamos con los 90’s, Los Simpson nacieron en el ocaso de los ochenta. Aquí tenemos el ejemplo de una intro que tenía un sentido narrativo: mostraban a los personajes en un día cualquiera de sus vidas, para llegar al final del recorrido todos juntos, en el sofá de living, mirando la televisión. La familia tipo haciendo sus cosas típicas. Cuenta la leyenda que a Danny Elfman se le ocurrió esta melodía en apenas dos días tras recibir el encargo de Matt Groening. No lo sabemos, pero esta melodía alegre, optimista y caótica, con toques jazzeros, se convirtió en una de los melodías más icónicas de la televisión.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=_h93U8jqq4E"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/_h93U8jqq4E" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Los expedientes secretos X</strong> (1993–2018)</p><p>Si hablamos de uno de los grandes eventos culturales de la historia de la televisión, esta serie creada por Chris Carter está sin dudas en los principales lugares de la lista. Nacida en una época donde las series todavía no tenían el estatus que tienen ahora, puede ser vista como una de las que ayudaron a darle valor a la pantalla chica. Dana Scully y Fox Mulder investigaban casos paranormales en casa episodio y esta melodía compuesta por Mark Snow nos preparaba para lo mejor (o lo peor). La melodía tiene un sonido minimalista pero inquietante, con sintetizadores y un silbidito que da miedo. Nada genera más intriga que la intro de esta serie.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=0DHZJM3o8y0"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/0DHZJM3o8y0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>Friends</strong> (1994–2004)</p><p>Rachel, Monica, Phoebe, Joey, Chandler y Ross fueron los amigos de todos gracias a esta sitcom, la más popular de todos los tiempos sin lugar a dudas. Y vaya uno a saber cuánto ayudó a ese éxito esta canción pegadiza que nos transmitía la buena vibra de ese grupo de neoyorquinos neuróticos pero divertidos y amables y queribles y divertidos. <strong>I'll be there for you</strong> de la banda The Rembrandts, fue escrita por Michael Skloff y Allee Willis, Phil Sōlem y Danny Wilde (miembros de la banda), David Crane y Marta Kauffman (los creadores de la serie). Se trata de un pop-rock ligero, con un estribillo pegadizo y un uso de las palmas que la volverían icónica. <strong>Friends</strong> comenzó en el Siglo XX y terminó en el Siglo XXI y de alguna manera ese traspaso sería también clave en el movimiento que harían las series: la intro ya no tendría tanto una música orquestal sino el aprovechamiento de alguna canción. Pero será tema para la semana que viene, ahora nos vamos cantando a los gritos <i>I’ll be there for youuuu</i>…</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=s2TyVQGoCYo"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/s2TyVQGoCYo" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure>

Melodías inolvidables: las intros más recordadas de series del Siglo XX

<p><span style="color:black;"><strong>JURASSIC WORLD: RENACE</strong> <i>(película) dirigida por Gareth Edwards, con Scarlett Johansson, Mahershala Ali, Jonathan Bailey. En cines</i>.</span></p><p><span style="color:black;">-Allá por 1993 Steven Spielberg estrenó <strong>Jurassic Park</strong> y se convertiría en un suceso, no sólo un gran relato de aventuras, sino además una proeza técnica que evidenciaba el avance de la creación de imágenes digitales. La película dialogaba sobre esos temas a partir de ese imposible: revivir a los dinosaurios. Es una obra maestra, tal vez la última con esa capacidad icónica que tenían las películas de los ochentas. La saga siguió, fue trilogía, y muchos años después una nueva trilogía. Pero nadie pudo igualar aquella primera película, ni el mismo Spielberg en <strong>El mundo perdido</strong>, la secuela. Treinta y dos años después llega esta séptima película de la saga, una que no inventa la pólvora pero que tiene la dignidad de aceptar que nunca llegará a ser como aquella. Entonces se terminan los debates y las especulaciones, y lo que hace es tirar a los personajes a correr y espantarse con el acecho de los dinosaurios. La trama es mínima, y es lo de menos, lo que importa es la capacidad de la película para crear suspenso y emocionar. Y un elenco sólido y profesional que se tira de cabeza como si fuera una adaptación de Shakespeare. Edwards, que no parecía tan <i>spilbergiano</i> en un comienzo, construye algunas secuencias con el sello del maestro. Un buen entretenimiento. No es poco en estos tiempos.&nbsp;</span></p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=liQoH9DoqGo"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/liQoH9DoqGo" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><span style="color:black;"><strong>EL OSO</strong> <i>(serie) creada por Christopher Storer, con Jeremy Allen White, Ebon Moss-Bachrach, Ayo Edebiri. En Disney+</i>.</span></p><p><span style="color:black;">-La cuarta temporada ya está disponible y la quinta está anunciada. Hay <strong>El Oso</strong> para rato. La serie de Storer se convirtió en un pequeño fenómeno y mantiene el nivel en otra temporada emocionante, que nos lleva de la nariz por esa cocina donde pasa la vida. Cuando parece que ya no hay nada más para contar, <strong>El Oso</strong> sorprende profundizando en la vida de sus personajes de una manera que muy pocas series lo hacen. Hay un balance entre la crispación y la tersura que no es fácil de lograr, y Storer lo hace porque tiene personajes geniales y porque su elenco está concentradísimo en la misión. Si esta temporada fue recibida con un poco de frialdad, tal vez se deba a que se corre de algunos de los clichés que creó sobre si misma. Ejemplo es el episodio <strong>Osos</strong>, que parece un espejo de <strong>Fishes</strong>, uno de los preferidos del <i>fandom</i> de la segunda temporada. Pero lo que en aquel era un ruido constante que jugaba con el límite de la paciencia del espectador, aquí se revierte en encuentros y coincidencias que no prescinden de las diferencias entre los personajes. Una serie sobre gente de laburo, sobre gente obsesionada con hacer bien lo que hace. Y fallar en todo lo demás. En sus momentos de intimidad es donde impacta mejor.</span></p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=o6gAySTT5bU"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/o6gAySTT5bU" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><span style="color:black;"><strong>LA VIEJA GUARDIA 2</strong> <i>(película) dirigida por Victoria Mahoney, con Charlize Theron, Uma Thurman, Henry Golding. En Netflix</i>.</span></p><p><span style="color:black;">-Cuando una película se preocupa más en el gesto que en cómo contar lo que tiene para contar, falla. O es menos interesante de lo que debiera. O tiene fecha de vencimiento. <strong>La vieja guardia</strong> era una película que intentaba correrse de los films de acción habituales, poniendo en primer plano prototipo de personajes que en otras serían mero decorado. O reparto. La idea no está mal, pero hay que contar algo. Y ahí se empantanaba. La secuela no reduce el grado de autoimportancia que tiene cada diálogo, pero es mucho menos interesante desde la acción, que si bien no era una maravilla, al menos tenía cierto piso de calidad. Esta banda de mercenarios inmortales dedicados de contener el balance en la vida terrestre, mientras reflexionan sobre su propia condición, no alcanza ni siquiera a ser carismática porque los conflictos los llevan más hacia el lado del drama irritante o, directamente, del culebrón inconsciente. Y esa inconsciencia es la que le impide ser, por lo menos, divertida. No hay mucho para ver más que un desperdicio de elenco.</span></p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=DxyBoYAgkmE"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/DxyBoYAgkmE" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><span style="color:black;"><strong>HUMO</strong> <i>(serie) creada por Dennis Lehane, con Taron Egerton, Jurnee Smollett, John Leguizamo. En AppleTV</i>.</span></p><p><span style="color:black;">-Comenzó a emitirse por AppleTV esta producción centrada en una investigación acerca de una serie de incendios que parecen perpetrados por un pirómano. Los protagonistas son un investigador de incendios con veleidades de escritor y una agente atormentada. Creada por Dennis Lehane, un escritor cuya obra tuvo buenas adaptaciones al cine, especialmente la magistral <strong>Desapareció una noche</strong>, y terminó convirtiéndose en guionista, <strong>Humo</strong> tiene al menos en su comienzo un poco de su estilo, con una presencia central del barrio, la ciudad, la gente común atravesada por hechos que los superan. Aunque, también, se balancea entre la espectacularidad y el morbo de los incendios, notablemente recreados, y la introspección un poco densa de sus protagonistas. Habrá que ver cuál de las dos cosas se impone o si la fusión termina siendo más interesante que en este arranque.&nbsp;</span></p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=L0jq0oXkz-M"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/L0jq0oXkz-M" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><span style="color:black;"><strong>LOS FABELMAN</strong> <i>(película) dirigida por Steven Spielberg, con Gabriel LaBelle, Michelle Williams, Paul Dano. En Netflix</i>.</span></p><p>-Ya que hablamos de Spielberg más arriba, qué mejor que aprovechar que Netflix subió <strong>Los Fabelman</strong> para recomendarla. Ya saben, Spielberg, el director de <strong>Tiburón</strong>, <strong>Indiana Jones</strong>, <strong>Jurassic Park</strong> y una larga lista de obras maestras. Creador de un estilo que es una mixtura de leitmotivs del cine clásico y que ha sabido representar como propio a lo largo de su extensa carrera. Carrera que encontró una suerte de síntesis en este film donde de alguna manera se cuenta a sí mismo, su historia personal, la forma en que el cine lo envolvió y lo llevó a un plano que la vida real no podía darle. Si bien <strong>Los Fabelman</strong> es una pura ficción, hay mucho de biográfico aquí, la historia de un chico que crece en una familia rota y que es rescatado por las películas. La película funciona como gran saga familiar y como relato de crecimiento, tiene momentos emotivos y otros divertidísimos, avanzando como en una serie de apostillas. O como cuadros de una cinta de film que, a toda velocidad, va motorizando la vida misma. Hay una secuencia en la que Spielberg logra relacionar el fondo y la forma, que es genial y síntesis de su maestría: el protagonista descubre la infidelidad de su madre mientras monta una película familia. La secuencia es puro montaje, puro clima, pura mirada. Puro cine, eso que Spielberg siempre representó.&nbsp;</p><section class="noteSuggested" data-id="93052" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las 5: Dinosaurios + Cocineros + Charlize Theron + Incendios + Spielberg

<p>“En televisión no hay tiempo para seducir a la audiencia. Si el televisor está en el living y alguien está en la cocina, tiene que saber que el show está empezando. La música para películas es como escribir una carta, la música para televisión es como escribir un telegrama”. Así, con esa simpleza, <strong>Lalo Schifrin</strong> explicaba su método creativo. E inmediatamente ejecutaba al piano alguna de sus piezas inolvidables, como la de las series <strong>Mannix</strong> o <strong>Misión: Imposible</strong>. El compositor argentino <strong>murió el pasado jueves a los 93 años</strong>, dejando un legado imborrable en el mundo del cine y la televisión, y en la cultura popular de todo el mundo.</p><p>País raro Argentina, adepto a la celebración constante de cualquier ícono inmediato, la muerte de Schifrin pasó bastante desapercibida. Y eso que <strong>estamos hablando de uno de los artistas más grandes, uno de los mejores en lo suyo</strong> y un autor de melodías que son recordadas en todo el planeta. “Hago ejercicio escuchando la banda sonora de Misión: Imposible”, confesó alguna vez <strong>Bruce Lee</strong> en un encuentro con el músico. Así de grande era Schifrin.</p><p><strong>El estilo de Schifrin se caracterizaba por la fusión de géneros y sonidos</strong>, que podían ir del jazz a la música clásica, pasando por ritmos latinos y elementos orquestales. Seguramente mucho tendría que ver su esencia argentina y su relación con la música global. Allá por los años 60’s y 70’s brilló junto a una camada de grandes compositores que llegaron a Hollywood para revolucionar el universo de las bandas sonoras, todavía atrapadas en la estructura de la música más clásica.</p><section class="noteSuggested" data-id="93029" data-title="Puede interesarte"></section><p>Subido a la Nueva Ola de Hollywood, junto a otros compositores de la época experimentó con nuevos estilos para reflejar la diversidad de géneros cinematográficos que se producían (thrillers, ciencia ficción, westerns modernos) y las demandas de audiencias más jóvenes. Así es como en muchas bandas sonoras de esos tiempos se introdujeron enfoques innovadores que fusionaron géneros como el jazz, el pop y la música electrónica con la orquestación clásica. Su trabajo está relacionado al de otros grandes compositores de esa época como <strong>Henry Mancini, John Barry, Ennio Morricone, Quincy Jones, Elmer Bernstein, Maurice Jarre o Burt Bacharach</strong>.</p><p>Schifrin, cuyo nombre original era Boris Claudio Schifrin, nació el 21 de junio de 1932 en Buenos Aires. Su padre, Luis, fue primer violín y concertino de la Orquesta Filarmónica del Teatro Colón durante tres décadas, alguien que influyó profundamente en su formación musical. &nbsp;<strong>A los seis años comenzó a estudiar piano con Enrique Barenboim</strong> y durante su infancia asistía frecuentemente a representaciones de ópera en el Colón, lo que despertó su interés por la música clásica. Aunque, progresivamente, <strong>iría desarrollando una pasión por el jazz</strong>. De hecho, definió a la primera vez que escuchó a <strong>Louis Armstrong</strong> en concierto como una “conversión religiosa”.</p><p>Estudió piano con Andreas Karalis, ex director del Conservatorio de Kiev, y armonía con el argentino Juan Carlos Paz. Fue este quien lo introdujo en técnicas modernas de composición. Finalmente a los 20 obtuvo una beca para estudiar en el Conservatorio de Paris, bajo la tutela de Olivier Messiaen y Charles Koechlin. Allí comenzó a cruzar estilos: <strong>de día estudiaba los clásicos, mientras que por las noches trabajaba como pianista en clubes de jazz</strong>, donde además iría incorporando ritmos latinos.</p><section class="noteSuggested" data-id="92278" data-title="Puede interesarte"></section><p>Por razones familiares y económicas, Schifrin volvió al país en 1956 donde formó una orquesta de jazz que se presentó en programas de radio y televisión. Y donde además dio un paso que sería fundamental para su carrera, <strong>compondría su primera banda sonora</strong> para cine: <strong>El jefe</strong>, el gran clásico dirigido por Fernando Ayala y protagonizado por Alberto de Mendoza. Y la vida le dio otro giro cuando una noche fue descubierto por el legendario trompetista de jazz Dizzy Gillespie, que visitaba el país y lo invitó a tocar como pianista y arreglista. La historia grande lo esperaba.</p><p>Fueron cinco años de trabajo en Estados Unidos, hasta que en 1963, gracias a su reputación como compositor y arreglista de jazz, y a la recomendación de Arnold Maxim, miembro de la junta directiva de MGM, tuvo su primera oportunidad de trabajar para el cine. Fue la banda sonora de la película <strong>Rhino!</strong> de 1964 la que marcó su ingreso a Hollywood, aunque su primer gran éxito fue ese mismo año con <strong>Les Félins</strong> de René Clément. Allí combinaría música sinfónica, jazz y elementos electrónicos, dejando la que sería su marca de estilo.&nbsp;</p><p>Después es eso, la historia: en 1966 Schifrin compondría la banda sonora de la serie <strong>Misión: Imposible</strong> y todo cambiaría para siempre. Sin exagerar, esa melodía debe estar entre las diez melodías de cine y televisión más recordadas de todos los tiempos. La serie fue un gran éxito en televisión, a lo largo de siete temporadas, pero esa música quedó en el recuerdo por encima de la propia ficción. Y fue clave en el desarrollo posterior de la larga franquicia cinematográfica protagonizada por Tom Cruise que comenzó a mediados de los 90’s y terminó hace un par de meses. Cuando suenan los primeros acordes de la música de <strong>Misión: Imposible</strong> todos sabemos de qué estamos hablando: hay una carga de intriga y emoción que inmediatamente se transmite al cuerpo y no podemos dejar de tararearla. Es, sin dudas, sinónimo de suspenso.</p><section class="noteSuggested" data-id="92033" data-title="Puede interesarte"></section><p>Luego llegarían otras melodías inolvidables: <strong>Mannix</strong> (1967-1965), <strong>Adiós ilusiones&nbsp;</strong>(1965), <strong>Bullitt</strong> (1968), <strong>Harry, el sucio</strong> (1971), <strong>Operación Dragón</strong> (1973), <strong>Starsky &amp; Hutch</strong> (1975-1979). Schifrin lograría seis nominaciones al Oscar por las bandas sonoras de <strong>La leyenda del indomable</strong> (1967), <strong>El zorro</strong> (1968), <strong>El viaje de los malditos</strong> (1976), <strong>Terror en Amityville</strong> (1979), <strong>El golpe II&nbsp;</strong>(1983) y por la canción original de <strong>El concurso</strong> (1980). Sin embargo nunca lo ganó y como suele suceder, para subsanar el error, la Academia le entregó un Oscar Honorífico en 2018.</p><p>Aquella noche, <strong>Clint Eastwood</strong>, el mismísimo Harry el sucio, fue el encargado de entregarle la estatuilla y lo definió con su sabiduría habitual: “<strong>Lalo es un verdadero hombre del Renacimiento</strong>: un intérprete al piano, un pintor con notas, un director y compositor que ha creado partituras para algunas de las películas más memorables de los últimos cincuenta años”.</p><section class="noteSuggested" data-id="91760" data-title="Puede interesarte"></section>

Lalo Schifrin, el gran compositor argentino que dejó una huella imborrable en el cine y la televisión

<p><strong>F1</strong> <i>(película) dirigida por Joseph Kosinski, con Brad Pitt, Kerry Condon, Javier Bardem. En cines</i>.</p><p>-El cine deportivo contiene en sí mismo todas las emociones clásicas que el cine puede dar. Cuando está bien hecho, es un disfrute absoluto. Y eso pasa con esta <strong>F1</strong>, una demostración súper profesional de un tipo de entretenimiento con ínfulas de masividad, que se disfruta de principio a fin, y que está hecho por un cariño total hacia sus personajes, su público y el mundo que registra. En <strong>F1</strong> tenemos los tópicos habituales: un ex corredor que vuelve por una segunda oportunidad, un grupo que está a punto de fracasar, rivalidades extremas entre viejos sabios y jóvenes impetuosos. En síntesis, 155 minutos que se pasan volando. Y nunca mejor dicho en este caso, donde la alta velocidad le aporta un vértigo registrado con un nivel de rigor por el director Kosinski que sólo se parece a <strong>Top Gun: Maverick</strong>, justamente su anterior película. La clave de todo parece ser aquí Brad Pitt, que nos arroja por la cabeza todo su estatus de estrella en una película que es un vehículo para su lucimiento. La forma en que el actor, en plan Tom Cruise, se entrega a este entretenimiento enorme es otro de los triunfos de una película que tiene otra virtud, se disfruta en el cine. Corran a verla. &nbsp;</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=6IH6WrsczDY"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/6IH6WrsczDY" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>ELIO</strong> <i>(película) dirigida por Adrian Molina, Madeline Sharafian y Domee Shi, con las voces de Yonas Kibreab, Zoe Saldaña, Remy Edgerly. En cines</i>.</p><p>-Pixar parece haber ingresado en esta lógica: “Hacemos secuelas para juntar mucho dinero y eso nos permite crear películas con universos nuevos”. Si cada tanto nos entregan maravillas como esta <strong>Elio</strong>, aceptamos el trato y perdonamos esa repetición hasta la náusea de sus diversas franquicias. <strong>Elio</strong> es la historia de un chico huérfano que quiere conocer el cosmos no por curiosidad, sino porque cree que fuera de la Tierra va a encontrar un lugar donde lo acepten tal como es. Con esa premisa, la gente de Pixar encuentra primero una aventura galáctica llena de pasos de comedia y enredos, y finalmente una reflexión muy justa y emotiva sobre ese sentimiento universal de la soledad. Lejos de los grandes títulos de la compañía, pero en un noble segundo nivel, ese que ocupan películas como <strong>Unidos</strong> o <strong>Red</strong>, <strong>Elio</strong> es un film con un corazón enorme y una sabiduría narrativa que es economía y también precisión sobre cómo usar sus emociones.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=YY3nxbs3Zj8"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/YY3nxbs3Zj8" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>LAS MIL MUERTES DE NORA DALMASSO</strong> <i>(miniserie) dirigida por Jamie Crawford, con los testimonios de Facundo Macarron, Valentina Macarron, Hernán Vaca Narvaja. En Netflix</i>.</p><p>-El de Nora Dalmasso fue otro de los hechos policiales argentinos que ocupó demasiadas horas de discusión en medios gráficos, radiales y televisivos. Un poco porque la Justicia dilató las situaciones ridículamente pero, especialmente, porque el rating crecía al ritmo del morbo alrededor del caso. Ese parece ser el interés de esta miniserie británica, que recorre el caso hasta las últimas novedades de diciembre del año pasado, sintetizando casi veinte años de historia en tres episodios. Los grandes protagonistas son los hijos de Nora y el punto de vista es el de los jóvenes, víctimas de un sistema social que se alimenta de leyendas y mitos para construir víctimas y victimarios según sus propios códigos. Lejos del entramado morboso de la miniserie documental sobre el caso Belsunce, aquí nos encontramos con algo menos espectacular y más concentrado en el drama humano. No tiene demasiados hallazgos formales, pero sí algunos testimonios que se animan salir por primera vez. Sirve, en todo caso, como síntesis del caso.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=dpbKoQ5zojs"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/dpbKoQ5zojs" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>IRONHEART</strong> <i>(miniseries) creada por Chinaka Hodge, con Dominique Thorne, Anthony Ramos, Lyric Ross. En Disney+</i>.</p><p>-Marvel, repitiéndose hasta el hartazgo. Un poco eso es <strong>Ironheart</strong>, aunque su mayor pecado es la falta de carisma que presenta su protagonista y la historia en sí misma. Una suerte de vuelta de tuerca al mito de <strong>IronMan</strong>, ahora revestido de mirada social a partir de pensar qué hubiera pasado con alguien que tiene las mismas cualidades inventivas pero carece de su poder económico y estatus social. Es decir, <strong>IronMan</strong> de la clase trabajadora. No deja de ser interesante que Marvel siga buscando reinvenciones y hasta emular conceptos bajo la lógica de los superheroico, aquí el cine independiente norteamericano y su estética de lo barrial. No funciona porque todo está contado de manera un poco desangelada y porque, repetimos, los personajes no tienen ese encanto de la primera oleada marveliana. El secreto del fracaso es tal vez su lanzamiento en dos semanas (tres episodios cada martes), como para decir “cumplimos” y pasar a otra cosa.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=8SHOTKL73F8"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/8SHOTKL73F8" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>ACTO ENCUBIERTO</strong> <i>(película) dirigida por Tom Kingsley, con Bryce Dallas Howard, Orlando Bloom, Nick Mohammed. En Prime Video</i>.</p><p>-No hay nada muy novedoso: un trío de personajes que por medio de la mentira terminan metidos en una trama policial que involucra agentes policiales corruptos y temibles traficantes de drogas. Comedia y acción, dos géneros que se empecinan en caminar juntos pero que pocas veces salen bien parados. Sin embargo <strong>Acto encubierto</strong> tiene una gran idea: que el trío de personajes esté vinculado con la comedia, en este caso una docente de comedia de improvisación, un actor frustrado que prueba suerte y un pelele que cae por curiosidad. Ellos serán quienes terminarán trabajando de agentes encubiertos para desnudar esa red de tráfico, en un registro que cuando mejor funciona es cuando apela a la incomodidad y la tensión de las situaciones que viven; es decir, cuando la mentira está a punto de caer. La película es muy divertida y hace recordar en algún sentido a aquella <strong>Tres amigos</strong> con Steve Martin, Chevy Chase y Martin Short. El trío protagónico funciona, aunque Orlando Bloom es la gran revelación con un personaje tan ridículo como querible.</p><section class="noteSuggested" data-id="92541" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las 5: Brad Pitt + Pixar + Nora Dalmasso + Marvel + Orlando Bloom

<p>Una joven nada en el mar plácidamente. De repente, la música nos va alertando algo, el peligro la acecha. En pocos segundos, la imagen pasa de la serenidad al horror: un tiburón despedaza a la nadadora y el mar se tiñe con el rojo de la sangre. Será el comienzo de una historia de terror, la de los habitantes y visitantes de una ciudad turística amenazada por la presencia de una bestia marina. Y será, también, el comienzo de una forma de hacer y ver cine, que modificaría para siempre a la industria de Hollywood. A 50 años de su estreno (20 de junio de 1975), <strong>Tiburón</strong> sigue siendo una obra potente y conmovedora, además de ejemplar desde lo narrativo.</p><p>La novela de Peter Benchley que tenía como protagonista a un despiadado tiburón, era bastante codiciada por esos tiempos en Hollywood y algunos nombres importantes fueron señalados para dirigirla. <strong>Pero finalmente se hizo cargo un joven de 28 años llamado Steven Spielberg</strong>, quien había mostrado algo de su talento en capítulos de series como <strong>Columbo</strong> (dirigió un episodio, <strong>Murder by the book</strong>, que ya adelantaba su maestría como narrador), pero además con su primer film, <strong>Reto a muerte</strong>, que en verdad fue un telefilm que logró tal estatus que terminó llegando a los cines. Luego llegaría la interesante <strong>Loca evasión</strong>. Y así nomás Spielberg se convertiría en la joven promesa de un Hollywood que estaba en plena ebullición de ideas.</p><p>El proyecto <strong>Tiburón</strong> tenía sus particularidades, ya que necesitaba de alguien con pericia para manejar la complejidad de su rodaje, con muchas escenas marinas y la tensión puesta en la efectividad del monstruo: ese tiburón amenazante que era como un asesino en serie, o como el camión malvado que Spielberg había recreado en <strong>Reto a muerte</strong>. Bueno, paradójicamente para quien vio la película y sabe de la efectividad de su suspenso, <strong>el mayor problema que tuvieron fue precisamente ese tiburón mecánico</strong>, que no funcionaba, se veía falso y cuya puesta en funcionamiento se terminaría devorando tres de los cuatro millones de dólares iniciales que costó la película. El presupuesto final, entre dilaciones y un rodaje que se extendió por encima de lo pautado, fue de nueve millones.</p><section class="noteSuggested" data-id="92520" data-title="Puede interesarte"></section><p>Pero esa complicación terminó siendo la principal virtud de <strong>Tiburón</strong>. A Spielberg se le ocurrió que en vez de mostrar el monstruo, debía sugerirlo. Y para sugerirlo y que la cosa funcione, debía contar con una música que genere la expectativa, la tensión, el suspenso. Así es como trabajó con el autor de la banda sonora, un tal John Williams, un leitmotiv que tuviera el suficiente peso como para representar a la bestia. Y Williams lo logró, un poco sobre la base de algunos aprendizajes del Bernard Herrmann de <strong>Psicosis</strong>, con una melodía que era bastante monótona hasta que ascendía y generaba terror. Si quieren ver alguna anécdota divertida sobre la música de <strong>Tiburón</strong>, vean en Disney+ el documental <strong>La música de John Williams</strong> donde el músico y el director cuentan cómo fue la creación de esa partitura.</p><p>Lo de la música no será el único aprendizaje que Spielberg traería de Hitchcock, uno de sus directores favoritos. Hay un plano, que el director hace sobre el rostro de Roy Scheider cuando avista al tiburón, que es una réplica de aquel sobre el rostro de James Stewart en la fantástica <strong>Vértigo</strong>. La referencialidad, el guiño cinéfilo, el lenguaje cinematográfico abrevando sobre sí mismo es una de las principales enseñanzas de los directores que renovaron Hollywood en los 70’s. Aunque obviamente el director también tomaría elementos de la literatura, especialmente <strong>Moby Dick</strong> de Herman Melville (ya la novela de Peter Benchley tenía esas referencias) fundamentalmente en el personaje de Quint, un capitán Ahab moderno, obsesionado con darle caza a la bestia.</p><p>Entre problemas técnicos, un rodaje que se extendió más de lo debido y hasta instancias para improvisar el guión, <strong>Tiburón</strong> no tuvo problemas para convertirse en un suceso del cine de verano en Estados Unidos, abriendo ese concepto de blockbuster que conocemos en estos tiempos. En primera instancia logró el milagro de una película de género nominada al Oscar, y si bien no obtuvo el de Mejor Película sí <strong>se llevó los otros tres por los que peleaba: banda sonora original, montaje y sonido</strong>. Pero fundamentalmente su logro más imponente fue la recaudación de 470 millones de dólares, convirtiéndose en la más vista del año por escándalo (en la taquilla norteamericana le siguió <strong>The Rocky Horror Picture Show</strong> con 112 millones) y en la más vista en la historia del cine hasta ese momento y hasta que llegó una mezcla de western con samuráis en el espacio conocida como <strong>Star Wars</strong>.</p><section class="noteSuggested" data-id="92033" data-title="Puede interesarte"></section><p>Como decíamos, <strong>Tiburón</strong> inauguró la idea del blockbuster de verano, pero también <strong>modificó el cine comercial y los modos de consumo culturales</strong>. Incluso, y si bien no fue la primera en esto, innovó en la utilización de estrategias de marketing y la venta de merchandising que hasta ese momento estaba destinado casi exclusivamente al cine infantil. Pero <strong>Tiburón</strong> fue la que instaló la venta de productos alrededor de una película destinada a un público adulto.</p><p>Con todas sus cosas positivas, <strong>Tiburón</strong> también tuvo para sus autores, especialmente para el novelista Peter Benchley y para el director Steven Spielberg, un pesar. Y fue la manera en que el tiburón se convirtió en el animal más temido por los humanos, cuando en verdad está lejos de ser la especie más despiadada. Cuenta la anécdota que se generó pánico entre los bañistas, que se negaban a introducirse al mar, y aumentó la caza de escualos, lo que disminuyó su población. “Realmente lamento la demonización de los tiburones que resultó de <strong>Tiburón</strong>. Nunca fue mi intención convertirlos en monstruos, pero la película tuvo un impacto cultural enorme”, se lamentó Spielberg en una entrevista de 2013.</p><p>Todas estas anécdotas y muchas más, seguramente, aparecerán en el documental <strong>Tiburón: la historia de un clásico</strong> dirigido por Laurent Bouzereau, que se estrenará el próximo 10 de julio en Disney+. Es que a 50 años de su estreno, la película de Spielberg sigue siendo un ejemplo narrativo, que ha sido emulado incontable cantidad de veces, pero nunca igualado, y que ha sido citado en incontable cantidad de films, hasta en las películas menos imaginadas, como cuando ingresa la temible sobrina del odontólogo en <strong>Buscando a Nemo</strong> y la música de John Williams nos anticipa el horror.</p><section class="noteSuggested" data-id="91760" data-title="Puede interesarte"></section>

A 50 años del estreno de “Tiburón”: el éxito que instaló a Spielberg y creó el blockbuster moderno

<p><strong>CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN</strong> <i>(película) dirigida por Dean DeBlois, con Mason Thames, Nico Parker, Gerard Butler. En cines</i>.</p><p>-En la moda del <i>live action</i>, es decir películas con elencos humanos que son remakes de films animados. En ocasiones, películas que no hace mucho tiempo se estrenaron, como es el caso de esta <strong>Cómo entrenar a tu dragón</strong>, que tiene apenas 15 años. Mal acostumbrados como estábamos a los <i>live action</i> de Disney, finalmente Dreamworks demuestra que es posible el milagro de que salgan bien si lo que se hace es respetar el original, aprovechando lo que el nuevo soporte puede darle. Y DeBlois, director de la original, lo hace: cuenta la misma historia, casi plano por plano, pero aprovecha la espectacularidad de la acción real, por más que todo sea un diseño hecho en una computadora. Hay sensaciones que la cámara genera, como en los vuelos entre Hippo y Chimuelo, que logran ese vértigo y también la ansiedad por lo nuevo. En lo concreto es lo mismo: el joven vikingo marginado porque no sigue la tradición y su vínculo con un dragón herido, que modificará el contexto. Film sobre la cercanía con el otro, sobre soltar los mandatos. La historia es muy buena y, aunque menor en comparación con el film animado, esta nueva versión cumple con su cometido.&nbsp;</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=vJlfAp7ZCAY"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/vJlfAp7ZCAY" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>FUBAR</strong> <i>(serie) creada por Nick Santora, con Arnold Schwarzenegger, Monica Barbaro, Carrie-Anne Moss. En Netflix</i>.</p><p>-Se estrenó la segunda temporada de esta serie que trajo por primera vez al formato y a las plataformas al querido Arnold. La primera temporada era un calco con ligeras modificaciones de uno de los grandes films del actor, <strong>Mentiras verdaderas</strong>. Ahora la sorpresa del agente secreto, incluso para su familia, se desvaneció por lo que queda soltar a los personajes a la acción y la comedia. Si bien todo se ve bastante Clase B, con secuencias de acción discretas, lo que funciona aquí más que antes es el absurdo. Si luce poco rigurosa como historia de espionaje, hay que reconocer que Arnold logra una divertida autoparodia de su héroe de acción y está secundado por un buen elenco, destacándose Monica Barbaro, recientemente nominada al Oscar, como su hija de armas tomar. Un entretenimiento digno, algo que las series no nos dan muy regularmente en su fallida búsqueda por la novedad y la trascendencia.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=TXlmORipA2s"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/TXlmORipA2s" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>ECHO VALLEY</strong> <i>(película) dirigida por Michael Pearce, con Julianne Moore, Sydney Sweeney, Domhnall Gleeson. En AppleTV</i>.</p><p>-Julianne Moore interpreta a una mujer que atraviesa un duelo, pero sus problemas recrudecen cuando vuelva al hogar su hija, una joven con problemas de adicciones y relacionada con gente que mejor no tener cerca. <strong>Echo Valley</strong> es un drama de personajes que se tensa por la cuerda de la tradición del thriller de pueblos, cuando finalmente la joven la involucra en una trama con giros inesperados. Hay aquí una expectativa, que es ver juntas a la consagrada Moore con la ascendente Sydney Sweeney, pero eso presenta un inconveniente: el personaje de la hija es en verdad una excusa para movilizar el arco dramático de la madre. Por lo tanto, si pensamos ver una película, <strong>Echo Valley</strong> nos deposita en otra, muy diferente a la que imaginábamos, y posiblemente un poco menos interesante. Hay algunas situaciones poco rigurosas y el suspenso funciona módicamente, aunque todo se sostiene por la calidad de su protagonista y de Domhnall Gleeson como un villano bastante desagradable.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=4HzOuecy2dk"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/4HzOuecy2dk" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>TITÁN: EL DESASTRE DE OCEANGATE</strong> <i>(película) dirigida por Mark Monroe, con Stockton Rush, Emily Hammermeister, David Lochridge. En Netflix</i>.</p><p>-Netflix y los documentales. Pocas veces trascienden la medianía, pero tienen una virtud: buscar esos temas que alimentan el morbo y que pertenecen a casos conocidos, de esos que ocuparon horas y horas en los medios hasta no hace poco. Aquí nos enfrentamos a la tragedia del OceanGate, aquel proyecto que pretendía convertirse en una suerte de contingente turístico al legendario Titanic y que, paradójicamente, fracasó en el mismísimo viaje de bautismo. <strong>Titán…</strong> por lo tanto nos introduce a varios personajes, que fueron quienes formaron el equipo original que trabajó en la construcción del submarino y bajo las órdenes del curioso empresario Stockton Rush. Testimonio tras testimonio lo que registra el documental es la crónica de una muerte anunciada. Los problemas constructivos del submarino más el ímpetu egomaníaco de Rush llevaron a todos a la tragedia. La película ordena los testimonios cronológicamente y tiene el tino de no hacerle ascos a nada, porque en el camino quedan expuestas tanto las autoridades de control como la propia Justicia que no atendió las denuncias que se hicieron en su momento. Documental prolijo, bien de Netflix.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=49L0MYcWV7Y"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/49L0MYcWV7Y" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>ASÍ HABLA EL AMOR</strong> <i>(película) dirigida por John Cassavetes, con Gena Rowlands, Seymour Cassel, Val Avery. En Lumiton.com.ar</i>.</p><p>-Hay que aprovechar que la plataforma Lumiton sube constantemente ciclos retrospectivos, para ver gratuitamente clásicos o películas de culto imposibles de conseguir en las plataformas tradicionales. Por estos días se puede encontrar por ejemplo un ciclo de John Cassavetes, y entre otras películas es bueno recomendar esta <strong>Así habla el amor</strong>, que con el paso del tiempo es más reconocible por su título original <strong>Minnie y Moskowitz</strong>. Cassavetes es considerado el padre del cine independiente norteamericano, con películas que retrataban otra América, la de personajes marginales y con problemáticas directas y un estilo realista. Este film, sin embargo, es una buena forma de entrar a su cine porque encaja en estéticas más reconocibles para el gran público, como podría ser la comedia romántica, aunque claramente retorcida por el estilo del director. Es una historia de amor imposible, entre dos personajes muy diferentes, pero que en el fondo saben construir el amor alrededor de todo el caos que habitan. Hermosa película.</p><section class="noteSuggested" data-id="92278" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las 5: Dreamworks + Schwarzenegger + Julianne Moore + Titán + John Cassavetes

<p>En la reciente <strong>Thelma: una abuela en acción</strong>, que se puede ver en la plataforma HBO Max, June Squibb interpreta a la Thelma del título, una mujer de 93 años que sale a la calle para recuperar el dinero que le robaron en una estafa telefónica. No es un detalle menor decir que la actriz tiene la misma edad que el personaje, algo que no suele ocurrir en las películas. Pero sí, <strong>June Squibb es un actriz nonagenaria que demuestra un gran carácter y una gran vitalidad</strong>, como sus personajes en las películas.</p><p>Otro detalle notable de la carrera de Squibb es que <strong>su debut en el cine se dio recién en 1990 con la película </strong><i><strong>Alice</strong></i><strong>, de Woody Allen, es decir a los 61 años</strong>. Pero no se trató del caso de una actriz amateur que probó suerte recién a esa edad, sino que previamente tuvo una gran trayectoria en el teatro, pasando por el musical en la década de 1950 y luego en 1958 llegando al Off-Broadway donde tuvo su gran oportunidad en una obra reconocida como <strong>The boy friend</strong>. Fue en la década siguiente donde logró consolidarse sobre las tablas y donde también se convirtió en cara de comerciales.</p><p>June Louise Squibb nació el 6 de noviembre de 1929 en Vandalia, Illinois. Su padre era un agente de seguros y <strong>su madre, Joy Belle Force, una reconocida pianista que acompañaba películas mudas</strong>. En un entorno donde se fomentaba el interés por el arte, desde pequeña acompañaba a su madre a las proyecciones, lo que despertó su pasión por la actuación.</p><section class="noteSuggested" data-id="92256" data-title="Puede interesarte"></section><p><strong>“Siempre he creído que las reglas están hechas para romperse”</strong>, dijo en una entrevista a la página de los Globos de Oro, en oportunidad de su nominación como actriz de reparto por su consagratoria actuación en <strong>Nebraska</strong>. Tal vez por ese deseo de romper reglas es que decidió lanzarse primero a la televisión y luego al cine, cuando ya superaba largamente los 50 años, algo poco usual sobre todo en Hollywood, donde la juventud lo es todo. Tras una participación en la serie de CBS <strong>Schoolbreak special</strong> em 1985 logró su credencial del Sindicato de Actores, lo que dio inicio a un camino de mayor consideración.</p><p>Tras su debut en <strong>Alice</strong>, Squibb comenzó a transitar las pantallas del cine y la televisión con asiduidad, convocada para personajes de reparto, especialmente por su versatilidad y por su carisma. Trabajó en <strong>La edad de la inocencia</strong> de Martin Scorsese, en <strong>¿Conoces a Joe Black?</strong> junto a Brad Pitt, en <strong>Lejos del paraíso</strong> de Todd Haynes, hizo voces en <strong>Toy Story 4</strong> e <strong>Intensa-Mente 2</strong> y hasta interpretó a la reina Elizabeth en la delirante <strong>7 Days in Hell</strong>. En series tuvo participaciones en <strong>La ley y el orden</strong>, <strong>ER</strong>, <strong>Dr House</strong>, <strong>Glee</strong>, <strong>The big bang theory</strong>, <strong>Modern family</strong>. Según el sitio especializado IMDB tiene créditos en 102 producciones desde aquel debut en <strong>Schoolbreak special</strong> y dos producciones en el futuro como <strong>Back of book</strong> y en <strong>It happened one night</strong>, cortometraje dirigido por su hijo Harry Kakatsakis.</p><p>Si bien para 2002 era una cara conocida, no fue hasta ese año que le prestamos real atención por su breve participación en <strong>Las confesiones del Sr. Schmidt</strong> de Alexander Payne. Allí interpretó a la esposa de Jack Nicholson, que moría a los pocos minutos dejándolo viudo. Era una actuación tan fugaz como formidable, algo que por suerte podría profundizar junto al mismo director una década después en <strong>Nebraska</strong>, en la que interpretaba también a la esposa del protagonista, en este caso Bruce Dern. Squibb brillaba en cada aparición, alcanzando el momento máximo de estelaridad en una escena donde con absoluto desparpajo terminaba orinando una tumba.&nbsp;</p><section class="noteSuggested" data-id="91760" data-title="Puede interesarte"></section><p>Esa energía vuelve a estar presente en <strong>Thelma: una abuela en acción</strong>, donde es la absoluta protagonista de una película que mezcla la comedia con el policial, presentando una imagen cruda de la tercera edad pero a la vez divertida, dejando de lado cualquier paternalismo o mirada indulgente. <strong>“Una persona de 70 años me dice: ‘¡Quiero ser como tú cuando crezca!’”</strong>, comentaba con gracia la actriz en una entrevista para The Hollywood Reporter, y esa parece ser la forma con que Squibb se toma el paso del tiempo, algo que sobresale en <strong>Thelma…</strong> y que es una suerte de carta de presentación de la vitalidad y el humor de Squibb, una leyenda en plena actividad. O mejor no le digamos eso porque mucho no le gusta: <strong>“Si me llaman ‘ícono’ una vez más, voy a gritar”</strong>.</p><section class="noteSuggested" data-id="91503" data-title="Puede interesarte"></section>

June Squibb, la actriz de 95 años que sigue y sigue

<p><strong>BAILARINA</strong> <i>(película) dirigida por Len Wiseman, con Ana de Armas, Keanu Reeves, Ian McShane. En cines</i>.</p><p>-Esta película que surge del universo <strong>John Wick</strong> (transcurre más o menos para los eventos de la tercera) tiene los suficientes puntos de contactos y las suficientes diferencias como para ser tanto una continuación de la tradición como para intentar construir un mundo propio. La premisa es la misma: un personaje a quien le matan a alguien querido y comienza un camino de venganza. Antes fue un perro, ahora es un padre. Ana de Armas es la heroína capturada por esa mafia rusa rara de las películas de <strong>John Wick</strong> y la que termina viajando hasta un pueblito perdido de Europa para matar al que mató a su padre, mientras toma un camino independiente que pone en crisis ese universo de asesinos entre las sombras. Si bien le cuesta arrancar un poco, cuando lo hace se vuelve un viaje de acción trepidante, con algunas secuencias imaginativas y más violentas que las de su compañero Wick. Salvaje y sangrienta (como que explota gente usando granadas), <strong>Bailarina</strong> funciona -y mucho- cuando evita ponerse seria y recuerda que esto es algo más propio del <i>cartoon</i> que del drama. Un buen arranque que deja la puerta abierta para continuar.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=EK_xkN9fxnM&amp;ab_channel=UniversalPicturesM%C3%A9xico"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/EK_xkN9fxnM" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>EL ESQUEMA FENICIO</strong> <i>(película) dirigida por Wes Anderson, con Benicio Del Toro, Mia Threapleton, Michael Cera. En cines</i>.</p><p>-El cine de Wes Anderson tiene sus reglas propias. Si bien uno puede encontrar puntos de contacto con otros cines del pasado, en cuanto a su propuesta estética y narrativa, plagada de planos estáticos cuyo movimiento se da mayormente a partir del eje de la cámara o de zooms y travelings laterales, el director es fiel a su estilo, que algunos llaman de decorador de interiores. Pero allí siempre hay algo más, y tiene que ver casi siempre con los vínculos entre padres, madres e hijos. Y siempre con los hijos en una posición de fragilidad que precisa de ese abrazo. Pero hay algo más -y <strong>El esquema fenicio</strong> llegó para recuperarse luego del desastre de <strong>Asteroid City</strong>-, Anderson funciona cuando más se acerca a la comedia y abandona sus obsesiones existencialistas. <strong>El esquema fenicio</strong> es pariente de su mejor película, <strong>El gran hotel Budapest</strong>, en esa apuesta por un humor lunático plagado de situaciones y diálogos absurdos dichos con un nivel de hieratismo supremo. El protagonista -un excelente Benicio del Toro- es un empresario villanesco que quiere legarle a su hija, aspirante a monja, todo su emporio ante la proximidad de la muerte segura. En el viaje que emprenden, se va construyendo esa relación, entre situaciones desopilantes, hallazgos visuales y un final de los más tiernos y sensibles que se recuerda en su cine, es cierto, a veces ganado por cierta frialdad. No es el caso aquí.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=G5_HVPuqgMY&amp;ab_channel=MaxLatinoam%C3%A9rica"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/G5_HVPuqgMY" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>CHESPIRITO: SIN QUERER QUERIENDO</strong> <i>(miniserie) con Pablo Cruz, Paulina Dávila, Bárbara López. En HBO Max</i>.</p><p>-Basada en las memorias del propio Roberto Gómez Bolaños, llegó finalmente esta miniserie que explora uno de los éxitos más grandes de la historia de la televisión latinoamericana. También uno de los más polémicos, por la tirante relación que su creador terminó teniendo con algunos integrantes del elenco. En su primer episodio se pudieron ver algunas de las claves: un recorrido biográfico sin seguir orden cronológico y un especial hincapié en aspectos de la vida sentimental del actor y autor. Entre la revelación de detalles desconocidos y el morbo de las luchas de egos y la historia extramatrimonial que ya se adivinan. La recreación de época se observa lujosa y las actuaciones, por momentos caricaturescas, intentan capturar la esencia de los intérpretes detrás de los personajes. Y es, sin meterse con lo biográfico, la clásica historia de quien tiene un sueño y lo termina cumpliendo.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=q1W_D3xPApk&amp;ab_channel=Franklg"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/q1W_D3xPApk" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>DEPT. Q</strong> <i>(serie) creada por Scott Frank y Chandni Lakhani, con Matthew Goode, Alexej Manvelov, Leah Byrne. En Netflix</i>.</p><p>-Scott Frank es un guionista con una trayectoria interesantísima (<strong>Minority report</strong>, <strong>Logan</strong>, <strong>Volver a morir</strong>, <strong>El nombre del juego</strong>), pero no fue hasta <strong>Gambito de dama</strong> que se convirtió en alguien reconocido. De hecho, esta <strong>Dept. Q</strong> es anunciada como la nueva creación del autor de <strong>Gambito de dama</strong>, y buena desilusión se pueden llevar sus fanáticos cuando descubran que de aquella, no hay nada aquí, salvo una pulsión por el rigor de la puesta en escena y la belleza formal. En <strong>Dept. Q</strong> Frank vuelve a su gran amor, el policial con algún dejo noir. Aquí tenemos a un policía atormentado por ser baleado en un incidente donde un agente murió y otro quedó paralítico. En su regreso al trabajo, le encomiendan dirigir un nuevo departamento de la policía londinense, en verdad una excusa para mantenerlo alejado: lo mandan al sótano a investigar casos que quedaron sin resolver. <strong>Dept. Q</strong> es apasionante, está notablemente escrita y cuenta con grandes personajes y grandes actuaciones, especialmente Matthew Goode en un impensado cambio de registro, aquí como este agente atormentado pero siempre con una ironía a flor de piel.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=3KNlen1EIAY&amp;ab_channel=Franklg"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/3KNlen1EIAY" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>STICK: EL SWING PERFECTO</strong> <i>(serie) creada por Jason Keller, con&nbsp;Owen Wilson, Peter Dager, Lilli Kay. En AppleTV</i>.</p><p>-El subgénero de historias deportivas suele ser uno de los más emocionantes, porque sabe concentrar en una práctica atlética el cúmulo de emociones: un golpe, una pelota, una conversión, una derrota, nos evita miles de palabras. Aquí nos centramos en el mundo del golf, con un ex golfista venido a menos que encuentra en la posibilidad de apadrinar a un joven talento su gran oportunidad para volver a ser. El protagonista es Owen Wilson, lo que ya nos aporta una idea de las características de su personaje: alguien bonachón, un poco sui géneris en sus modos, pero que siempre la pifia más por torpe que por mal intencionado. Campea en esta serie el espíritu <strong>Ted Lasso</strong>, es decir un relato de auto-superación sin caer en grandes moralejas ni en enseñanzas desmedidas, mientras todo se expresa con un cruce entre la comedia y el drama que funciona perfectamente. Por ahí anda también Marc Maron, para aportar su dosis de humor más punzante. De esas series que no serán pasión de multitudes en este mundo cínico, pero que se nos hacen muy queribles.</p><section class="noteSuggested" data-id="92033" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las 5: Ana de Armas + Wes Anderson + Chespirito + Scott Frank + Owen Wilson

<p>Noventa y cinco años cumplió Clint Eastwood este sábado y qué mejor que celebrar al gran actor y director norteamericano con breves recomendaciones de algunas de sus películas, de las pocas que lamentablemente hay dando vueltas en plataformas, tan afectas ellas a las novedades. Eastwood es importante porque fue una estrella de las más grandes de la pantalla y supo reconvertirse en uno de los mejores directores, también uno de los últimos cultores de un cine con una ética clásica, que entiende que no todas las imágenes son iguales y que hay cosas que se pueden decir con los materiales más nobles y sencillos. Noventa y cinco años de una carrera inmensa, que aquí reconocemos con un puñado de películas.&nbsp;</p><p><strong>Obsesión mortal</strong> (1971)</p><p>El debut de Clint Eastwood como director fue con una película de género perfecta, un thriller que instaló algunas reglas del <i>slasher</i> y que tenía ciertas similitudes con el <i>giallo&nbsp;</i>italiano. En su opera prima detrás de cámaras, Eastwood aprovecha su iconografía como actor y galán, su presencia magnética en la pantalla, su aura de estrella, para deconstruirla y ponerla en riesgo. Aquí interpreta a un locutor de radio que tiene un programa nocturno de música. Se enredará sentimentalmente con una fanática que -digamos- no era la persona ideal para relacionarse, en una inolvidable actuación de Jessica Walter, y comenzarán los problemas. A partir de ahí comenzará un juego de gato y ratón, en el que el macho interpretado por Eastwood irá quedando progresivamente en riesgo. Eastwood demuestra conocer las reglas del género y consigue un último acto espeluznante. Gran debut.<br>-<i>Disponible en HBO Max</i>.</p><p><strong>Los imperdonables</strong> (1992)</p><p>Uno de los temas preferidos de Clint Eastwood es el paso del tiempo, la vejez y la carga de conciencia que llega con la muerte. Ya desde la década del 90 viene hablando del final de las cosas y en 1992 estrenó la que es una de sus obras maestras: este western crepuscular que habla no sólo del final de los días de un bandido, sino además del final de los días de un género icónico para el cine norteamericano. Si bien como director venía coqueteando con el prestigio desde hacía unos años, fue con esta película que finalmente abrazó los premios con el primer reconocimiento que le harían la Academia y el Oscar. Su William Munny, ese hombre aquejado por las deudas y que tiene a su cargo una última misión, es además una de sus mejores actuaciones. Película indispensable.<br>-<i>Disponible en HBO Max</i>.</p><section class="noteSuggested" data-id="92002" data-title="Puede interesarte"></section><p><strong>Los puentes de Madison</strong> (1995)</p><p>Tras ganar el Oscar, Clint Eastwood aplacó sus ansias de ganar premios y se abocó, especialmente en los 90’s, a realizar pequeños films basados en novelas más o menos exitosas, que gracias a su proverbial mirada se convertían en grandes relatos. Lo hizo esencialmente con policiales, pero <strong>Los puentes de Madison</strong> fue una de sus pocas incursiones en el género romántico, aunque el romanticismo, de diferentes formas, se filtra siempre en sus películas. Y su acercamiento al drama romántico fue con una película que terminaría convirtiéndose en referencia del género, la historia de una ama de casa cuya vida de seguridad colapsa cuando conoce a un fotógrafo que lleva una vida libre y sin ataduras. Qué decir de la actuación de Meryl Streep y de su final angustiante, que Eastwood maneja con la sabiduría de quien conoce las reglas de todo.<br>-<i>Disponible en HBO Max</i>.</p><p><strong>Gran Torino</strong> (2008)</p><p>En la primera década de este siglo Eastwood emprendería nuevamente una búsqueda de prestigio con un lustroso díptico sobre la Segunda Guerra Mundial, y un par de dramas un poco manipuladores y engolados como <strong>Río Místico</strong>, <strong>Million Dollar Baby</strong> o <strong>El sustituto</strong>. Pero sin dudas su mejor película, la más querible, fue <strong>Gran Torino</strong>, una pequeña comedia dramática (que esconde un western en su interior) con todos los clichés del mundo, pero hecha con un cariño por los personajes que ya no se estila en este mundo cínico. Hacía unos años que no lo veíamos en pantalla y su regreso fue con este personaje increíble, un viejo malhumorado y conservador, que terminará defendiendo a unos vecinos asiáticos de unos mafiosos malos malos. Un film sobre la aceptación pero, y aquí ya decididamente, sobre la muerte y el final de los días. Gran relato que Eastwood presentó como su despedida de la actuación, aunque todavía le quedarían algunas cosas por decir.<br>-<i>Disponible en HBO Max y Prime Video</i>.</p><p><strong>El caso de Richard Jewell</strong> (2019)</p><p>En los últimos años Eastwood se convertiría en un director revisionista de la historia de su país, pero especialmente de sus propias ideas sobre la historia de su país. No de casualidad comenzaría a filmar muchas películas basadas en hechos reales, donde el conflicto tiene que ver con una ética que se pone en crisis. Esta pequeña historia sobre un guardia de seguridad que queda en el centro de la investigación del FBI tras un atentado en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996 es un otra de sus obras maestras, una película que toma a un ciudadano que cree en las reglas de su país y lo pone en la situación de descubrir que mucho de eso en lo que creía era una falacia. Tras su notable recreación de los hechos, tras las grandes actuaciones y el aire de ligereza marca registrada con que cuenta todo, es uno de los films más duros y personales del director.<br>-<i>Disponible en HBO Max</i>.</p><section class="noteSuggested" data-id="91760" data-title="Puede interesarte"></section>

¡Feliz cumpleaños Clint!: cinco imprescindibles de Eastwood en plataformas

<p><strong>CORAZÓN DELATOR</strong> <i>(película) dirigida por Marcos Carnevale, con Benjamín Vicuña, Julieta Díaz, Peto Menahem. En Netflix</i>.</p><p>-El cine de Carnevale, a esta altura, es un tómalo o déjalo. No funciona narrativa ni argumentalmente, aunque el director tiene un oficio evidente, propio de alguien que filma con la asiduidad de pocos en el cine argentino. Si en la anterior <strong>Goyo</strong> había mostrado alguna evolución en la construcción de personajes, aquí vuelve a lo peor con una historia que no por cliché resulta torpe y ridícula en el peor sentido. Un hombre malo de negocios sufre un ataque cardíaco y recibe el corazón de un hombre bueno de barrio que murió en un accidente de tránsito. Como se imaginan -y no hay nada de malo en ello- el hombre de negocios querrá conocer a la familia de su donante y todo terminará en un cruce de clases que ya era viejo hace cincuenta años. Hay paternalismo, un dibujo clasista plagado de los peores lugares comunes y unas intenciones que quieren pasar por buenas pero terminan siendo inverosímiles, torpes y bastante zonzas. Lo único destacable es Julieta Díaz, que le aporta integridad a tal vez el único personaje con dimensiones.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=bFgx4QFmyQw"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/bFgx4QFmyQw" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>PAPI</strong> <i>(película) dirigida por Christy Hall, con Dakota Johnson, Sean Penn. En HBO Max</i>.</p><p>-Una viaje en taxi. Una mujer toma un auto en la puerta del Aeropuerto JFK para llegar hasta su casa en Manhattan. Lo que no se imagina es que el taxista es una suerte de psicólogo educado en la Universidad de la Calle y el viaje se prolongará más de la cuenta. Con tan sólo dos personajes y un espacio tan mínimo como el interior del auto, Hall construye un drama que elude bastante la idea de teatro filmado a partir de silencios y miradas que tienen la esencia de lo cinematográfico pero, también, de dos muy buenas actuaciones que sostienen todo. El mayor acierto de la película es que, hablando de cuestiones siempre delicadas como el sexo, las relaciones de pareja y los vínculos paterno-filiales, se sabe hija de su tiempo pero no teme en meterse en el barro de un personaje (el taxista) con un imaginario propio de otras épocas. Y lo hace sin juzgar y dejando que el espectador, influenciado por la mirada que sea, saque sus conclusiones. Tal vez algo excesiva en su verborragia, tanto que vuelve la experiencia un poco agotadora, aunque -repetimos- los protagonistas se las ingenian para que todo sea un poco más agradable.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=wQZV82qMbFY"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/wQZV82qMbFY" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>LA MEJOR HERMANA</strong> <i>(serie) creada por Olivia Milch, con Jessica Biel, Elizabeth Banks, Corey Stoll. En Prime Video</i>.</p><p>-El crimen de un hombre casado con una mujer con presencia mediática, saca a la luz una serie de secretos familiares. El principal: el hombre era antes el marido de la hermana de la mujer, que era también la madre del hijo que comparten, principal sospechoso del asesinato. Así de enroscado es todo, a lo que hay que sumarle una hermana (Banks) con adicciones y un pasado complejo y otra hermana (Biel), negadora del pasado propio y de la otra y con muchos otros secretos. <strong>La mejor hermana</strong> es una serie criminal que no agrega nada nuevo a este tipo de propuestas, pero tiene la habilidad de contar con gente muy profesional detrás de cámaras que sabe llevar la narración con buen pulso, a caballo de sus constantes revelaciones y giros, y con un elenco muy sólido. Obviamente el foco está puesto en Banks y Biel, que hacen de esas hermanas diferentes pero iguales. A esta ya la vimos, pero igual queremos seguir viendo. Ese es el máximo potencial de <strong>La mejor hermana</strong>.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=xUXaJKO0mW0"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/xUXaJKO0mW0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>THELMA: UNA ABUELA EN ACCIÓN</strong> <i>(película) dirigida por Josh Margolin, con June Squibb, Fred Hechinger, Richard Roundtree. En HBO Max</i>.</p><p>-Esta película rompe con un par de preceptos que habitualmente arruinan el cine. El primero, que el director basó su película en una anécdota policial de su abuela. <strong>Thelma…</strong> nos demuestra que puede ser autorreferencial, pero no agotarse en esa frontera ombliguista. El segundo, que una película cuya premisa tiene que ver con algo actual, casi sacado del noticiero de la tarde, puede no tener fecha de vencimiento. Y precisamente sobre ese no tener fecha de vencimiento trata <strong>Thelma…</strong>, sobre una mujer de 93 años que tras sufrir una estafa virtual, decide salir a la calle inspirada en Tom Cruise y <strong>Misión: Imposible</strong> para recuperar el dinero que le robaron. Lo hace montada en una de esas motitos de tres ruedas robada en un geriátrico, con un revólver robado en la casa de una amiga y con un amigo al que casi que lleva secuestrado. <strong>Thelma…</strong> se convierte en una película de acción urbana, que habla de la vitalidad en la tercera edad pero sin paternalismos ni detalles llorones. Y es canchera en su tono justo. Es muy divertida y, como plus, ofrece uno de los retratos más queribles sobre la familia. Gran película, perdidísima en la vorágine de los estrenos.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=2t0W3aIRyl4"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/2t0W3aIRyl4" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>SATURDAY NIGHT: LA NOCHE QUE CAMBIÓ LA COMEDIA</strong> <i>(película) dirigida por Jason Reitman, con Gabriel LaBelle, Dylan O’Brien, Cory Michael Smith. En HBO Max</i>.</p><p>-El director Jason Reitman realiza un gran homenaje a uno de los programas icónicos de la televisión norteamericana y, por qué no, mundial: el <strong>Saturday night live!</strong> cambió la cultura de aquel país y a partir de su injerencia en la comedia norteamericana contemporánea ha modificado también el humor global. Lo que hace Reitman es centrarse en la noche del debut, que fue absolutamente caótica, y construir un relato intenso, con una cámara en mano que se mueve con vértigo en el detrás de escena. Uno supone que esa tensión será difícil de sostener, pero Reitman lo logra en una película que termina siendo una celebración de la comedia como elemento que rompe contra la cultura instalada. Pasó por el Festival de Cine de Mar del Plata, fue injustamente olvidada en la temporada de premios, no tuvo estreno comercial en Argentina y ahora que está en HBO Max la volvemos a recomendar.</p>

El club de las 5: Benjamín Vicuña + Sean Penn + Jessica Biel + June Squibb + Jason Reitman

<p>Como decíamos la semana pasada en estas mismas páginas, <strong>la falta de ideas nuevas en la industria del cine ha llevado a una serie de productos derivados donde ya nada, o muy poco, es realmente original</strong>. La mayoría de las películas abrevan de fuentes preexistentes, pero ya no tanto como ocurría en el pasado donde el origen era la literatura o tal vez alguna serie televisiva. En el actual panorama del cine las películas ganaron tal peso en la cultura popular, que ya directamente se alimentan y retroalimentan de sí mismas. Por eso, cada semana, la cartelera se inunda de películas que son nuevas entregas de películas anteriores, aunque con diferencias: porque no es lo mismo una secuela, que una precuela, ni qué decir una recuela o un spin-off o un rip-off o un reboot. ¿De qué se trata cada cosa?</p><p>Muchos de estos términos, desconocidos décadas atrás, <strong>fueron sumándose progresivamente al lenguaje del cinéfilo a partir de una industria que fue tejiendo diversas estrategias para intentar no agotarse</strong>. Históricamente el concepto más aprendido fue el de secuela, con sagas que se extendieron en el tiempo en segundas, terceras, cuartas y más partes. Pero en los setentas y ochentas fueron apareciendo productos derivados que comenzaban a tener nuevos términso. Por ejemplo, el rip-off. ¿O acaso qué son todos esos derivados de <strong>Tiburón</strong> que salieron luego del éxito de la película de Spielberg?</p><p>Por ejemplo con el tiempo las sagas se extendieron tanto que el cine se llenó de una palabra que obra como Santo Grial: franquicia. <strong>Tener una franquicia garantiza a los productores varios años de vida detrás de un mismo producto</strong>. Sin embargo, como las franquicias también demostraron su agotamiento, qué mejor que reiniciarlas constantemente como está sucediendo con Jurassic Park por ejemplo. Entonces, reboot o recuela. A continuación, entones, vamos a extendernos sobre cada término en este texto que, obviamente, es un spin-off del que publicamos la semana pasada sobre las sagas. Que al fin de cuentas uno también se queda sin ideas.</p><section class="noteSuggested" data-id="91737" data-title="Puede interesarte"></section><p><strong>Secuela</strong></p><p>El término más conocido de todos, cuando hablamos de secuelas hablamos de una obra que continúa la historia de una producción anterior, avanzando cronológicamente y desarrollando los eventos posteriores a los ya presentados. Si bien tenemos personajes y temas establecidos, por lo general se introducen nuevos conflictos o personajes. El fin es aprovechar el éxito de una obra original, algo que ocurre muchas veces de manera sorpresiva, por lo que se van pensando maneras de expandir ese mundo. Ejemplo: el caso más emblemático de secuela es el de <strong>Star Wars: una nueva esperanza</strong> y una larga cantidad de película.</p><p><strong>Precuela</strong></p><p>Una derivación de las secuelas son las precuelas, que son aquellas películas que narran eventos anteriores a los de la historia original, explorando el pasado de los personajes o los acontecimientos que dieron lugar a la narrativa principal. Son claramente una demostración del agotamiento de una saga, cuando ya no hay qué contar para adelante pero el universo es todavía rentable. Y es un fenómeno bastante actual, por la necesidad del público contemporáneo a conocer el origen de todo. Ejemplo: ya que estamos con <strong>Star Wars</strong>, sin dudas que <strong>Rogue One</strong> es un buen ejemplo de precuela, tal vez de los más redondos y justificados. Y si bien pensamos en el sector de la industria más comercial, <strong>El padrino 2</strong> es un caso curioso, y artístico, de secuela a la vez que precuela.<br>-Más ejemplos: <strong>Prometeo</strong>; <strong>Animales fantásticos y dónde encontrarlos</strong>;<strong> Bumblebee</strong>; <strong>X-Men Orígenes: Wolverine</strong>; <strong>Episodio I: la amenaza fantasma</strong>.</p><p><strong>Reboot</strong></p><p>Este es un fenómeno bastante contemporáneo: el reboot es un reinicio completo de una franquicia, descartando la continuidad de las obras anteriores para empezar de cero. Entre sus características, puede mantener la esencia de la obra original, pero con absoluta independencia, teniendo como objetivo la necesidad de volver a una franquicia todavía rentable, pero sin la necesidad de seguir la misma línea histórica o contar con los mismos intérpretes. Ejemplo: obviamente que los superhéroes han sido centro de este fenómeno, con el ejemplo mayúsculo de <strong>Batman</strong> que cada tanto se reinicia. Y no nos olvidemos del mismísimo James Bond.<br>-Más ejemplos: <strong>El sorprendente Hombre Araña</strong>; <strong>Superman: el hombre de acero</strong>; <strong>Tomb Raider</strong> (2018).</p><section class="noteSuggested" data-id="91503" data-title="Puede interesarte"></section><p><strong>Recuela</strong></p><p>Acá las cosas se complican. Una recuela surge del término en inglés <i>requel</i>, que es un juego de palabras que combina <i>reboot</i> y <i>sequel</i>. Por qué esto es así, porque básicamente se trata de una obra que combina elementos de una secuela con un reinicio parcial de la franquicia. Este es tal vez el término más actual de todos, porque para llegar a existir requiere una franquicia bastante extendida en el tiempo y un agotamiento absoluto. Ejemplo: el cine de terror ha sido propicio en recuelas, con el caso más emblemático de las nuevas <strong>Scream</strong>, que continúan la historia de la franquicia original con algunos personajes clásicos, pero reconfigurando la historia y sin depender de sucesos preexistentes.<br>-Más ejemplos: <strong>Candyman</strong> (2021); <strong>Creed</strong> (2015); <strong>Halloween</strong> (2018).&nbsp;</p><p><strong>Spin-off</strong></p><p>Si bien estamos hablando de una industria agotada, el término spin-off tal vez sea el más motivador de todos, porque tiene en principio un origen noble: se trata de una obra derivada de un personaje que ha tenido tal relevancia en una saga anterior, lo que hace que merezca explorarse su universo. Si bien las historias nuevas pueden estar conectadas a la original, no es necesario, y muchas veces descubrimos que este personaje tenía un mundo mucho más atractivo para explorar. Y no deja de ser una manera atractiva de continuar un universo que ya estaba agotado. Ejemplo: obviamente si vamos a recomendar un spin-off vamos a recomendar Better call Saul, no sólo una precuela de Breaking bad centrada en el gran Saul Goodman, sino además una obra maestra de las series del Siglo XXI.<br>-Más ejemplos: <strong>Frasier</strong>; <strong>Angel</strong>; <strong>CSI: Miami</strong>; <strong>El Mandalorian</strong>; <strong>Minions</strong>.</p><p><strong>Rip-off</strong></p><p>Y acá nos metemos con el hijo bastardo de todos estos fenómenos comerciales, tanto es así que su denominación no responde tanto a un aspecto técnico como a una calificación despectiva. Porque un rip-off es una obra que no tiene relación con una obra original pero la imita descaradamente, sin una conexión oficial o creativa con ella. Es una muestra satélite de cómo un éxito comercial intenta ser replicado por otros, la mayoría de las veces con resultados pobres y niveles de producción berretas. Ejemplo: no podemos mencionar una película en sí, sino un concepto de películas, como todos esos films de animales marinos asesinos que surgieron tras el suceso de <strong>Tiburón</strong>.<br>-Más ejemplos: <strong>Transmorphers</strong> derivado de <strong>Transformers</strong>; <strong>Almighty Thor</strong> derivado de <strong>Thor</strong>; <strong>Shoktir Lorai</strong> derivado de <strong>RoboCop</strong>,</p><section class="noteSuggested" data-id="91236" data-title="Puede interesarte"></section>

El cine sin ideas nuevas: la era de las secuelas, precuelas, recuelas, spin-off, rip-off, reboot y más

<p><strong>MISIÓN: IMPOSIBLE - LA SENTENCIA FINAL</strong> <i>(película) dirigida por Christopher McQuarrie, con Tom Cruise, Hayley Atwell, Simon Pegg. En cines</i>.</p><p>-El dato de que la nueva <strong>Misión: Imposible</strong> se ve en cines tiene aquí otro nivel de interpretación: estas películas se disfrutan en el cine porque están hechas para que exploten en el cine. Tom Cruise, protagonista y productor, se ha convertido no en la máxima estrella de cine del Siglo XXI, sino en la única. Un tipo capaz de reinventar su carrera a partir de tirarse de cabeza, como lo ha hecho su personaje cientos de veces, al cine de acción, al entretenimiento, a las películas más grandes que la vida, algo que el viejo Hollywood, tal vez ese que Cruise creció adorando, sabía de memoria. Y si bien este capítulo final no está a la altura de lo mejor, tiene algunas secuencias inolvidables, propias de gente que sabe de las emociones que se ponen en juego y en movimiento en una película como esta. Resolución del conflicto planteado en la anterior de la saga, a <strong>La sentencia final</strong> se la nota un poco apagada, taciturna, más trágica que de costumbre. Si la película no fuera parte de una tradición que tiene ya casi tres décadas, estaríamos hablando de la mejor película del año. Pero como sabemos que las cosas han sido más felices y ligeras antes, extrañamos un poco eso. Eso sí, cuando estalla, estalla, y la última hora y media es una verdadera fiesta. Sin dudas que extrañaremos las acrobacias de Ethan Hunt y la mejor saga de acción de la historia del cine.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=1gB9h0ELEf0"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/1gB9h0ELEf0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>LA FUENTE DE LA JUVENTUD</strong> <i>(película) dirigida por Guy Ritchie, con John Krasinski, Natalie Portman, Eiza González. En AppleTV</i>.</p><p>-Hay al menos dos malas ideas en esta película. La primera, es que Guy Ritchie no parece el director indicado para una película de aventuras clásica, que requiere una forma de movimiento despojada de cierta parafernalia audiovisual. La segunda, es que Natalie Portman no parece la actriz indicada para protagonizar una película de aventuras clásica, que requiere de cierta ligereza inexistente en su prestigiosa carrera. Podríamos quedarnos en esa superficie y decir que <strong>La fuente de la juventud</strong> no funciona por esto que decíamos, pero lo cierto es que hay muchas cosas más que no terminan de hacer sistema en este film que, es cierto, lo intenta: Ritchie está bastante despojado de su parafernalia narrativa y Portman le quiere poner onda, pero el guión es decididamente flojo y todos están (incluido el habitualmente querible Krasinski) en plan “las cosas funcionan solas”. Y no. Aquí tenemos a un ricachón enfermo que va tras la mítica Fuente de la juventud y se asocia con un ladrón de artefactos arqueológicos, que termina implicando en el juego a su descreída hermana. El conflicto es más viejo que <strong>Los cazadores del arca perdida</strong>, pero aquí no hay un Spielberg que interprete el juego de la aventura y, a pesar del evidente dinero invertido, no hay una secuencia de acción que impacte o emocione. Cine rutinario, de ese que las plataformas produce en demasiada cantidad.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=hRgDeFq7qGo"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/hRgDeFq7qGo" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>DUSTER</strong> <i>(serie) creada por J.J. Abrams y LaToya Morgan, con Josh Holloway, Sydney Elisabeth, Camille Guaty. En HBO Max</i>.</p><p>-La secuencia de créditos de esta nueva serie es toda una declaración de principios: un auto de juguete, el auto del título, el del protagonista, siendo perseguido por toda clase de vehículos. Claramente, esta producción ambientada en los 60’s es una suerte de homenaje a esos relatos de acción en carreteras y con autos a toda velocidad, tan propios de los 60’s y 70’s. Aquí tenemos a una agente del FBI, mujer y negra, que es enviada a un pequeño pueblo para tratar de atrapar a un mafioso. Su gancho para hacerlo será comprometer al mandadero del mafioso, uno de esos bellos personajes del noir norteamericano, que es quien va de aquí para allá con su Chevrolet Duster. En los primeros dos episodios emitidos por HBO Max se plantea el universo y ya se muestran algunas señas de la propuesta: una mezcla de noir con bastante humor negro, un poco en la senda del cine de los hermanos Coen y de Tarantino, con algo de su estilización pero sin tanto regodeo existencialista. Detrás de todo está J.J. Abrams, quien vuelve a trabajar con uno de sus amigos: Josh Holloway, el recordado Sawyer de <strong>Lost</strong>. Muy divertida, vale la pena.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=_IrZLI-MvmA"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/_IrZLI-MvmA" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>SIRENAS</strong> <i>(miniserie) creada por Molly Smith Metzler, con Meghann Fahy, Milly Alcock, Julianne Moore. En Netflix</i>.</p><p>-Rarísima esta miniserie lanzada por Netflix, una mezcla de drama estilizado sobre la recomposición del vínculo entre dos hermanas, con un costado medio grasa digno de la peor telenovela y un misterio que la envuelve en un pseudo horror con aires de película de cultos. Hay una hermana que vive en la ciudad con su padre que padece demencia y reclama la presencia de su hermana, bastante desaparecida, aunque les envía una canasta de frutas. El reencuentro entre ambas se da en el lugar de trabajo de la hermana abandónica, en un lujoso resort cercano al mar donde vive una familia acaudalada, liderada por una matriarca extraña interpretada por Julianne Moore, líder de una agrupación proteccionista de aves. <strong>Sirenas</strong> tiene momentos muy graciosos y otros en los que no sabemos dónde estamos parados. Con ese grado de incerteza demuestra algo de originalidad en la manera de exponer conflictos personales y de clase que ya son algo trillados.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=syEux9_ZB7E"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/syEux9_ZB7E" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>BILL BURR: LOS AÑOS PARA MORIRSE</strong> <i>(stand-up) dirigido por Ben Tishler, con Bill Burr. En Disney+</i>.</p><p>-Una de las grandes posibilidades que brindan las plataformas es que ahora tenemos más acceso a los especiales de stand up de las grandes estrellas del género de lo que teníamos antes. Bill Burr es uno de ellos. Tal vez no es una cara conocida por estas tierras, aunque fue uno de los ladrones aliados a Saul Goodman en <strong>Breaking bad</strong> y el creador y la voz principal de una gran serie animada como <strong>F is for family</strong>. Aquí, entonces, lo podemos ver sobre el escenario, monologando sobre la vida misma, con su nivel de humor incorrecto que lo caracteriza. Hay algunos hallazgos discursivos de Burr, sobre todo la forma de autoanalizarse y repensar sus zonas más cuestionables, pero además de ofrecer una mirada política sobre el mundo que, obviamente, toca a la corrección política y los sectores progresistas. A estos, precisamente (y no es para nada menor que este especial haya sido grabado en San Francisco), les dice que el problema que tienen con los sectores conservadores es que no aman las armas, entonces la disputa es despareja. Con ese nivel de corrosividad, Bill Burr ofrece una hora de show incendiario.&nbsp;</p><section class="noteSuggested" data-id="91503" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las 5: Tom Cruise + Guy Ritchie + JJ Abrams + Juliane Moore + Bill Burr

<p>Es algo habitual: uno se sienta en la butaca del cine para ver una película y en la previa, las clásicas colitas o adelantos, ahora bautizadas como trailers (para mí trailers siguen siendo eso que llevan los camiones), nos muestran que <strong>Hollywood está atravesado por un pánico a la novedad</strong>. Casi no hay película que se vaya a estrenar que no provenga de una extensa saga. O adapte una novela, o una serie, o un videojuego, o todo eso junto. O sea una remake, o un reboot, o una secuela, o una precuela. En fin, que este este jueves se estrenó <strong>Destino final: lazos de sangre</strong>, la sexta entrega de la saga, y el próximo jueves llegará <strong>Misión: Imposible – Sentencia mortal: Parte 2</strong>, la octava de las suyas. Nada nuevo bajo el sol.</p><p>Ojo, <strong>las secuelas o franquicias no son un invento del Siglo XXI</strong>, están casi desde los orígenes del cine, aunque el concepto era diferente: no se exigía tanto un esfuerzo intelectual de continuar un universo, ni se buscaba la lógica de la cronología (la crono-lógica, cuack). El cine de terror de los años 30’s nos entregó repetidas historias de Drácula, Frankenstein y cuánto monstruo se inventara, sin mencionar los seriales de aventuras y, mucho más acá en el tiempo, James Bond con su serie de películas. Otra cosa: que tampoco debemos prejuzgar negativamente las secuelas. ¿O acaso alguien tiene algo para decir de <strong>El padrino</strong>?</p><p>Es probable que el concepto de saga cinematográfica a como lo entienden las película del presente se haya fundado en la década del 70 y potenciado en los 80’s: <strong>Rocky</strong>, <strong>Rambo</strong>, <strong>Pesadilla</strong>, <strong>Martes 13</strong>, <strong>Halloween</strong>, <strong>Tiburón</strong>, <strong>Volver al futuro</strong>, y no menciono <strong>Indiana Jones</strong> porque aquella trilogía inicial de Steven Spielberg era más deudora de los viejos seriales. A propósito de <strong>Volver al futuro</strong>, ¿recuerdan el chiste de la segunda parte con el estreno de <strong>Tiburón 19</strong>? No se rían: tan lejos no andamos.</p><section class="noteSuggested" data-id="91485" data-title="Puede interesarte"></section><p><strong>Top 5 del Siglo XXI</strong></p><p>Pero volvamos al <strong>Siglo XXI, la era dorada de las sagas y franquicias</strong>. Hay una reina indiscutida que es la factoría <strong>Marvel</strong>. Usted pensará que estamos haciendo trampa, porque en verdad es una saga integrada por múltiples sagas, pero sin dudas se trata de películas unas conectadas con las otras, así que la compañía dedicada al cine de superhéroes, cuando termine este 2025 y hayan llegado a los cines <strong>Los 4 fantásticos</strong>, habrá estrenado la friolera de 37 películas. Eso sin contar los especiales y las series estrenadas directamente en plataformas. Ni tampoco las películas de Spider-Man estrenadas por fuera del canon del Multiverso Cinematográfico de Marvel. Llevan recaudados más de 30.000 millones de dólares.</p><p>-<i>Todas las películas de Marvel están disponibles en Disney+, aunque algunas de Spider-Man se pueden ver en Netflix o Prime Video</i>.</p><p>El puesto número 2 lo ocupa una saga que comenzó como un film de acción Clase B y que recién para la cuarta película supo reinventarse: <strong>Rápidos y furiosos</strong>. La franquicia producida por Vin Diesel está integrada por 11 películas, si sumamos el spin-off <strong>Hobbs &amp; Shaw</strong>, pero la cosa no termina aquí porque hay planificadas nuevas entregas. Si bien en cierto momento fueron las reinas indiscutidas de la taquilla, tanto es así que se sumaron intérpretes impensados como Helen Mirren, las últimas entregas no contaron con un apoyo tan masivo. En el medio, Vin Diesel se empecinó en pelearse con medio mundo y la saga soportó hasta la muerte de uno de sus protagonistas, Paul Walker. Llevan recaudados más de 6600 millones de dólares.</p><p>-<i>Todas las películas están disponibles en Amazon Prime Video, aunque algunas, aunque <strong>Rápidos y furiosos</strong> de 2009 está también en Max</i>.</p><section class="noteSuggested" data-id="90981" data-title="Puede interesarte"></section><p>El puesto 3 del podio de franquicias extensas lo tiene <strong>Harry Potter</strong> también con 11, si sumamos las 8 propiamente dichas del aprendiz de mago y las 3 del spin-off precuela <strong>Animales fantásticos</strong>. Si bien está basada en los libros de J.K. Las películas originales fueron un evento casi anual durante la primera década de este siglo y su constante presencia en la televisión por cable la han convertido en una de las sagas más populares, dando la posibilidad de seguir explotando productos de todo tipo. Aunque lo lamento, la única realmente buena es <strong>Harry Potter y el prisionero de Azkaban</strong>. Las películas han recaudado más de 9000 millones de dólares.</p><p>-<i>Todas las películas de Harry Potter y Animales fantásticos están disponibles en Max, ya que la plataforma es propiedad de Warner Bros. y esta es la productora de los films</i>.</p><p>El puesto 4 es para <strong>X-Men</strong>, con 10 películas. En verdad si uno piensa en las películas puramente de X-Men no son tantas, aunque hay dos trilogías, pero la cifra se engrosa con la trilogía de Wolverine y también <strong>Deadpool y Wolverine</strong>. Como detalle personal, decir que los queridos mutantes ofrecieron algunas de las mejores películas del sub-universo Marvel, como la propia <strong>X-Men 2</strong> y esa maravilla de <strong>Logan</strong>. En total han recaudado cerca de 5000 millones de dólares.</p><p>-<i>Para ver las películas de X-Men hay que tener Disney+, porque los derechos eran de FOX y a FOX la compró Disney. Ya saben</i>.</p><p>El podio está cerrando y no podía faltar el terror a la cita, género emblemático en esto de las sagas y las franquicias. El puesto número 5, con 10 películas, es entonces para <strong>El conjuro</strong>, que lo hace con algo de ayuda, ya que a las películas propias de esa saga se suman las de <strong>Annabelle</strong>, las de <strong>La monja</strong> y <strong>La maldición de La llorona</strong>. Un verdadero multiverso de monstruos y atrocidades, que ha sido uno de los grandes inventos del género en este siglo. En total han recaudado cerca de 1000 millones de dólares.</p><p>-<i>Si bien todas las películas están disponibles en Max, porque son producidas por Warner, las dos entregas de <strong>La monja</strong> también están en el catálogo de Prime Video</i>.</p><section class="noteSuggested" data-id="90752" data-title="Puede interesarte"></section>

Cuáles son las sagas más largas del cine en el Siglo XXI y dónde verlas

<p><strong>LOVE, DEATH AND ROBOTS</strong> <i>(serie) creada por Tim Miller, con voces varias. En Netflix</i>.</p><p>-La popular serie de antología animada producida por David Fincher estrenó su cuarta temporada, una en la que parece desviarse un poco de su premisa original. <strong>Love, death and robots</strong> siempre fue como una suerte de <strong>Black mirror</strong> hecha con diferentes técnicas de animación, y seguimos en esa tónica pero algunas historias se alejan de la premisa de construir breves cuentos de horror tecnológicos. Por ejemplo el primero, <strong>Can’t stop</strong> en el que se recrea un concierto de Red Hot Chili Peppers en Irlanda en 2003. Dirigido por el propio Fincher, el episodio es sí un prodigio de animación y, claro, la canción es buenísima, pero en lo concreto no hay historia, es apenas una exhibición de virtuosismo, un videoclip ingenioso. Diferente es el caso de por ejemplo <strong>The other large thing</strong>, donde se cuenta la relación de un gato con ímpetu de dominación y un robot asistente. Hay algo interesante en la construcción del felino, su voz interior, su rostro demoníaco que contrasta con lo que ocurre cuando el plano se vuelve general. Hay una apuesta por el feísmo en los personajes humanos y cierta ironía. Como toda serie de antología, el nivel de desparejo. Usted elija por dónde ir.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=JtAMyiN4rj0"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/JtAMyiN4rj0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>CAMALEÓN: EL PASADO NO CAMBIA</strong> <i>(miniserie) dirigida por Natalia Garagiola, con Eugenia Suárez, Pablo Echarri, Cecilia Dopazo. En Disney+</i>.</p><p>-Tenemos a una joven periodista que se reencuentra con un hombre que en el pasado abusó de ella, reconvirtiendo ese delito en una relación sentimental. Pero hay más: porque ese hombre, artista, tiene también un vínculo particular con la madre de la periodista, que en el pasado le sirvió de modelo en sus obras. Esta miniserie nacional trabaja una cornisa que va entre el thriller con elementos eróticos y la denuncia de la violencia masculina, a partir del singular juego de seducción-repulsión que comienza la protagonista. Es una cornisa peligrosa, sin dudas, porque la moneda puede caer del lado del ajustado alegato o del morbo. Digamos también que Eugenia Suárez nunca nos hace creer lo intrépido que, dicen, es su personaje. Tal vez una buena idea, pero a la que le faltan algunos ajustes, especialmente de casting.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=AWXq8moAjco"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/AWXq8moAjco" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>STAR WARS: HISTORIAS DEL INFRAMUNDO</strong> <i>(serie) creada por Dave Filoni, con las voces de Nika Futterman, David W. Collins, Lane Factor. En Disney+</i>.</p><p>-El universo <strong>Star Wars</strong> da para todo y la animación fue uno de los caminos donde se han explorado otras posibilidades, incluso más satisfactorias que algunas propuestas de acción real. Es el caso de esta <strong>Star Wars: historias del inframundo</strong>, que continúa el camino de algunos personajes reconocidos para quienes transitan este universo con memoria enciclopédica. Para los que no, como un servidor, podremos disfrutar tranquilamente -y sin demasiado contexto- de la aventura de estos personajes marginales, que debaten sus conflictos con acción y movimiento. El creador es Dave Filoni, que ha iluminado grandes ideas como la genial <strong>The mandalorian</strong>, aunque también estuvo detrás de la pesada <strong>Ahsoka</strong>. Dicho esto, esta producción animada está más cerca del espíritu de la primera que de la segunda. Los capítulos son cortos, con lo cual hay un breve conflicto que enseguida salta a la acción. Como en los viejos seriales. Ese es el ánimo. Y está muy bien.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=Pm_GH4SbdYM"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/Pm_GH4SbdYM" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>LEGADO</strong> <i>(serie) creada por Pablo Alén, Breixo Corral y Carlos Montero, con José Coronado, Belén Cuesta, Diego Martín. En Netflix</i>.</p><p>-Ya podría haber un subgénero que se llame <strong>Series con José Coronado</strong>. El español aparece en casi todas las producciones de su país que se estrenan en plataformas, casi un producto <i>for export</i> en sí mismo. Sin dudas, es un intérprete sólido, capaz de darle vuelo a productos que a veces resultan no del todo satisfactorios. Y aquí vuelve a demostrar ese talante interpretando a un magnate de las comunicaciones retirado que regresa después de una enfermedad, para descubrir que sus hijos han hecho un desastre con el negocio, empezando por algunos negocios turbios que él no es que haya esquivado, pero que sí tuvo más cuidado. Por cierto que hay un tufillo a <strong>Succession</strong> a la gallega aquí, empezando por la evidente necesidad de los magnates mediáticos por tener varios hijos, tal vez con el objetivo de engrosar los elencos de las series que los contienen. Dicho esto, hay un trasfondo medio folletinesco o sencillamente de novela de la tarde que si bien no es lo mejor, le da un aire un poco <i>kitsch</i> que nos desvía del juego de las similitudes con cosas ya vistas.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=vEioDeOiqEs"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/vEioDeOiqEs" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>MATABOT</strong> <i>(serie) creada por Chris y Paul Weitz, con Alexander Skarsgård, Noma Dumezweni, David Dastmalchian. En AppleTV</i>.</p><p>-La premisa es un lugar común de la ciencia ficción contemporánea: aquí tenemos un robot creado para fines organizacionales, que logra auto-chipearse y ganar conciencia propia. Es decir, el dilema existencial de si las máquinas tienen vida. Ahora bien, hay en <strong>Matabot</strong> una tensión entre los mismos dilemas que atraviesa el droide protagonista: dirigirse hacia el drama psicológico de ese personaje que debe simular lo que no es o soltarse a la diversión de la comedia sarcástica que surge con las observaciones del robot (por ejemplo, su adicción a una telenovela que es como una parodia de <strong>Star Trek</strong>). En ese vaivén hay momentos que lucen más que otros, aunque todo se adivina necesario para la aspiración de construir una columna vertebral que encauce los conflictos. Se estrenaron dos episodios y funcionan. Veremos si sigue por el camino de lo inusitado o se duerme en los brazos de lo seguro y conocido.</p><section class="noteSuggested" data-id="91236" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las cinco: Robots + China Suárez + Star Wars + Coronado + Más Robots

<p>No sabemos bien qué convierte a una película en clásico, tal vez sea su éxito en la taquilla, su éxito en los premios o una consideración general sobre su relevancia. <strong>Aunque creo que una forma más rápida de descubrir el peso que tiene una película en el imaginario popular es a través de cuánto ha calado en la gente una frase</strong>, incluso al nivel de funcionar por encima de la propia película y llegar a la boca de gente que ni siquiera sabe de su existencia. El cine del Siglo XX ha sido pródigo en frases populares: desde “Es el comienzo de una hermosa amistad”, pasando por “Que la fuerza te acompañe”, o la cínica “Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar”, ni qué decir de “Al infinito y más allá”, la patética “Amar es nunca tener que pedir perdón” o la sintética “Rosebud”. Hasta el cine nacional coló algunas en nuestro imaginario como “Tres empanadas” o “La puta que vale la pena estar vivo”. En ese lugar, por supuesto, se inscribe “Encerar, pulir”.</p><p>“Encerar, pulir” es una de las tantas enseñanzas que el Sr. Miyagi le da a Daniel en <strong>Karate kid</strong>, ese clásico del cine deportivo y juvenil de 1984, del que ahora se estrena una nueva secuela: <strong>Karate kid leyendas</strong>. Aquel film fue dirigido por un entendido en la materia, como John G. Avildsen, quien había dirigido anteriormente un relato de similares características, sobre el deporte como oportunidad personal, no sé si la conocen… una tal <strong>Rocky</strong>. <strong>Karate kid</strong> fue un gran éxito y catapultó a la fama a Ralph Macchio y William Zabka, dos intérpretes de mediano talento que nunca pudieron salir de esos personajes, y le dio la posibilidad a Pat Morita de tener uno de esos personajes que quedan en la historia.</p><p><strong>Karate kid</strong> fue un éxito inesperado, con un presupuesto estimado de no más de 8.000.000 de dólares recaudó sólo en EE.UU. la friolera de 90.815.558 y una cifra similar en mercados extranjeros. Y podemos decir que 1984 no era un año sencillo para una película modesta como esta: quedó quinta en la taquilla anual, detrás de títulos que tal vez hayan visto como <strong>Indiana Jones y el templo de la perdición</strong>, <strong>Un detective suelto en Hollywood</strong>, <strong>Los cazafantasmas</strong> y <strong>Gremlins</strong>. Sólo decir que en el noveno puesto aparece por ejemplo <strong>Terminator</strong>. Además, <strong>Karate kid</strong> fue el VHS más vendido en 1985 y volcó a los chicos a aprender artes marciales.</p><section class="noteSuggested" data-id="91220" data-title="Puede interesarte"></section><p>Obviamente que el éxito llevó a que hubiera secuelas: una en 1986 (sexta entre las más vistas), otra en 1989 (un fracaso) y una cuarta final en 1994 (más fracaso). En 2010 hubo un extraño <i>reboot</i> con Jaden Smith y Jackie Chan, aunque todo terminaría de explotar en 2018 con una humilde serie llamada <strong>Cobra kai</strong>, que se estrenó por el desaparecido <i>streaming</i> de YouTube y se hizo sumamente popular cuando Netflix (cuándo no) la llevó a su catálogo donde produciría varias temporadas. La serie fue una idea que de alguna manera surgió desde la ficción, en la gran sitcom <strong>How I met your mother</strong> donde Barney Stinson (personaje creado por Neil Patrick Harris) demuestra no haber entendido <strong>Karate kid</strong> y estar convencido de que en verdad el personaje bueno era Johnny Lawrence. Si bien los creadores de <strong>Cobra kai</strong> nunca lo aceptaron, es indudable que ese fue el germen para construir una serie centrada en los padecimientos del pobre Johnny.</p><p>Pero hablábamos de “encerar, pulir”, con la que Miyagi instruye a Daniel en una de sus tantas maniobras en las que le enseña karate a partir de acciones mundanas. Obviamente que la frase es un clásico entre los que vieron la versión doblada al castellano, que es una traducción <strong>no muy literal de la original “wax on, wax off”</strong>. Digamos que “cera adentro, cera afuera” no tendría el mismo impacto y hasta se acercaría al “cama arriba, cama abajo” de Homero en <strong>Los Simpson</strong>. Y también que si en vez de ver la versión doblada para Latinoamérica se mirara la versión doblada para España, el <strong>“dar cera, pulir cera”</strong> tampoco sería tan motivante.</p><p>La instalación de la frase en el imaginario popular es muy importante, y hasta funciona por encima de la película. Incluso se da el gesto divertido de que quien la pronuncia hace el gesto circular enseñado por Miyagi con el “encerar, pulir”. La trascendencia de la frase y de la acción enseñada por el personaje es tal, que hasta hubo algunas discusiones conceptuales provenientes de personas que se dedican al trabajo de lavar autos respecto de que técnicamente el “encerar, pulir” no es correcto y lo ideal sería que el personaje dijera “encerar, dar brillo”. <strong>Bueno, que en foros de Internet se discute cualquier cosa</strong>.</p><section class="noteSuggested" data-id="90981" data-title="Puede interesarte"></section><p>La frase fue creada por el guionista Robert Mark Kamen, quien basó la película en algunas vivencias personales. En 1964 fue atacado por una pandilla, por lo que se decidió a aprender karate. Y si bien en una primera instancia fue entrenado por un instructor de estilo militar, luego buscó a alguien que tuviera una conexión más espiritual con la materia. Ahí llegó a un maestro cuyo mentor era el célebre Chojun Miyagi. <strong>De esos antagonismos entre profesores surgen los antagonistas del film, el Sr. Miyagi y John Kreese</strong>.</p><p>Por su parte, el personaje de Daniel LaRusso fue una idea del productor Jerry Weintraub, quien vio en la televisión la historia de un joven que había sido acosado por no saber defenderse y que finalmente se convirtió en un especialista en las artes marciales.</p><p>Sin embargo la anécdota más pintoresca que aparece en el universo <strong>Karate kid</strong> lo tiene como protagonista al gran Clint Eastwood. Parece que uno de sus hijos, Kyle Eastwood, audicionó para interpretar a Daniel, el protagonista. Sin embargo, como saben, fue rechazado. Columbia, la compañía cinematográfica, era por entonces propiedad de Coca-Cola. Así que el bueno de Clint, un poco rencoroso, <strong>terminó prohibiendo en el set de sus películas todos los productos de la empresa fabricante de la bebida más popular del mundo</strong>. Tal vez a Eastwood le hubiera venido bien aprender alguna técnica espiritual del Sr. Miyagi.</p><section class="noteSuggested" data-id="90752" data-title="Puede interesarte"></section>

“Encerar, pulir”, la frase que instaló a “Karate kid” en el imaginario popular

<p><strong>NONNAS</strong> <i>(película) dirigida por Stephen Chbosky, con Vince Vaughn, Lorraine Bracco, Talia Shire. En Netflix</i>.</p><p>-En algún momento se llamaba a estas películas “placeres culpables”. Y hoy, que estamos en la revisión de todos esos conceptos, ya no podemos llamar culpable a ningún placer. Pero, siendo un poco retrospectivos, de eso se trata <strong>Nonnas</strong>, una película llena de lugares comunes y resoluciones trilladas, con un final que ya sabemos desde que arranca, pero que sin embargo sabe encontrar el tono para que la disfrutemos. Cuenta sobre un hombre con un trabajo algo insatisfactorio, al que se le muere la madre y busca la manera de juntar algo que le genere placer con una forma de recordar a las que ya no están, que son la mamá y la abuela, matriarcas de una típica familia italiana de esas en las que se come a morir. Esto no es <strong>La gran comilona</strong>, por cierto, sino algo mucho más amable: una comedia dramática sobre perseguir los sueños, aquí en la forma de un restaurante de comida casera donde las chef son un cuarteto de abuelas que cocinan a la manera tradicional. Chbosky, un tipo que sabe llevar a buen puerto barcos que están destinados a naufragar, saca adelante este relato a partir del talento de Vaughn para trabajar una cuerda sensible sin caer en el empalago y un grupo de veteranas actrices que lo dan todo. Más que una buena película, una película buena. Y encima hay unos primeros platos de lasañas que dan hambre. Y para los que gustan de estos detalles: está basada en una historia real.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=ZxMXQihJiNw"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/ZxMXQihJiNw" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>OTRO PEQUEÑO FAVOR</strong> <i>(película) dirigida por Paul Feig, con Blake Lively, Anna Kendrick, Allison Janney. En Prime Video</i>.</p><p>-Amamos a Paul Feig por películas como <strong>Damas en guerra</strong>, <strong>Chicas armadas y peligrosas</strong> o <strong>Spy</strong>. Pero es cierto que su carrera viene un poco en picada últimamente. Comediógrafo de profesión, <strong>Un pequeño favor</strong> fue un hit raro dentro de su filmografía, aunque particularmente no me parece de lo mejor. Esta secuela reencuentra a los personajes de Kendrick y Lively con una excusa muy débil, las lleva a Italia con argumentos más débiles y monta una trama de misterio mucho más débil, con resoluciones… sí, débiles. El mayor problema de <strong>Otro pequeño favor</strong>, que no se le disparaba a Feig en la anterior película, es que el humor y la trama policial parecen ir por caminos diferenciados, así a alguna (pocas, pero hay) secuencia luminosa desde el humor, le siguen minutos en los que tenemos que modificar la mirada porque el tono es algo más serio. Las protagonistas, sobre todo Kendrick, confunde hacer comedia con monigotadas sin red y la película termina perdida entre sus clichés disimulados, su inverosimilitud por exceso de trama y un tono desprovisto de rigor. Discretísima.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=PJ3aRzGgaAs"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/PJ3aRzGgaAs" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>CONAN O’BRIEN: PREMIO MARK TWAIN AL HUMOR ESTADOUNIDENSE</strong> <i>(especial) dirigido por Marcus Raboy, con Conan O’Brien, Will Ferrell, Adam Sandler. En Netflix</i>.</p><p>-El Premio Mark Twain al Humor es un reconocimiento otorgado por el Kennedy Center a comediantes que han tenido un impacto significativo en la sociedad estadounidense. La lista de ganadores desde 1998 es notable y en la 26ª entrega el protagonista fue Conan O’Brien, reconocidísimo guionista televisivo y conductor de uno de los shows nocturnos más creativos, delirantes y divertidos. Lo interesante de esta entrega es que un grupo de comediantes son invitados a subir al escenario para homenajear al agasajado con breves monólogos en los que sobresale, obviamente, el humor. Aquí tenemos una selección integrada por Will Ferrell, Adam Sandler, Sarah Silverman, Bill Burr, Kumail Nanjiani, entre tantos otros, destacando el humor de O’Brien pero también sus propios talentos cómicos. Son casi 90 minutos de chistes infalibles, que se conectan muy bien con la irreverencia impredecible del gran Conan O’Brien.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=gRycjPiqiNg"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/gRycjPiqiNg" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>ADAM SANDLER 100% FRESH</strong> <i>(stand up) dirigido por Steven Brill y Nicholaus Goossen, con Adam Sandler, Rob Schneider, Dan Bulla. En Netflix</i>.</p><p>-Ya que hablamos del especial de Conan O’Brien donde aparece Adam Sandler monologando, es bueno recordar que Netflix tiene un par de especiales de stand up del actor. Es bueno verlos sobre el escenario, porque de alguna manera mucho más libre se puede observar el humor de estos tipos, con cosas que tal vez el cine o las series no permitirían. Y Sandler sobre el escenario es brutal e hilarante, con un estilo un tanto <i>deadpan</i> que lo lleva por lugares que bucean entre el absurdo y lo procaz, demostrando también un gran talento para lo musical, algo que ya notábamos en sus películas por cierto. Lo evidente es que Sandler disfruta de hacer humor, disfruta sus propias ocurrencias y se ríe como un chico con los chistes más tontos del mundo. Lo queremos.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=nr_6xrtpozU"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/nr_6xrtpozU" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ</strong> <i>(película) dirigida por Peter Segal, con Adam Sandler, Drew Barrymore, Rob Schneider. En Netflix</i>.</p><p>-Y ya que estamos con Sandler, aprovechemos que Netflix subió a su catálogo <strong>Como si fuera la primera vez</strong>, una de sus comedias más redondas, donde logró fusionar una mirada tierna sobre las relaciones humanas con su humor salvaje de siempre. Seguramente la vieron mil veces, pero no viene mal volver a ella, sobre todo porque el cine de Sandler que vino después de esta película fue un poco decepcionante. La historia de este biólogo marino que se enamora de una chica con pérdida de memoria es antes que nada una comedia muy graciosa, pero su mirada sobre la construcción del amor como algo que se renueva y trabaja a diario es honesta y está muy bien representada dramáticamente. Y hay un gran uso de una canción emblemática de los Beach Boys, y Sandler con Barrymore se sacan chispas, y los personajes de reparto son muy divertidos, y todos tienen su momento de lucimiento, algo que es típico en las películas de Sandler donde el capo-cómico abre el juego para una suerte de comedia colaborativa que funciona como una reunión de amigos.</p><section class="noteSuggested" data-id="90981" data-title="Puede interesarte"></section>

El club de las cinco: Abuelas + Favores + O’Brien + Sandler + Sandler otra vez

<p>Como cada 4 de mayo se celebra el <strong>Día de Star Wars</strong>, una jornada especial donde los fanáticos de la saga creada por <strong>George Lucas</strong> hablan mucho más de las películas de lo que hablan normalmente, se realizan eventos y hasta se reestrenan los diferentes capítulos en los cines. Por eso en este día feliz, que tiene origen en la frase <strong>“May the Force be with you”</strong> (May the Force, que suena similar a May the 4th, 4 de mayo en inglés) quiero recordar algo verdaderamente trágico: la <strong>creación y extinción, cual aliados del Imperio, de Jar Jar Binks</strong>, personaje nacido para grandes cosas (sobre todo para vender muñecos articulados), que fue teniendo un rol cada vez más pequeño hasta finalmente volverse uno de los mitos más notables de toda la franquicia.</p><p>Era 1999 y George Lucas, a la luz de las posibilidades que brindaba la generación de imágenes creadas por computadora, lanzaba la nueva trilogía que venía a explicar lo que había pasado antes de <strong>Una nueva esperanza</strong>, el famoso <strong>Capítulo IV</strong> (ahí mi generación aprendió el concepto de precuela). Con algunos personajes conocidos en versiones más jóvenes, como Obi-Wan Kenobi, y muchos nuevos, <strong>entre ellos aparecía alguien especial: Jar Jar Binks</strong>. El personaje, que venía a cumplir el rol de <i>comic relief</i> que habían representado C-3PO y R2-D2 en las películas originales, tenía la ilusión de ser la estrella. Y fue la estrella, sí… pero la de la muerte.</p><p>Según cuentan, <strong>la creación de Jar Jar Binks por parte de Lucas tenía que ver con la representación de la ternura, la ingenuidad y la comicidad física</strong>, en un cruce entre Buster Keaton y el Goofy de Disney. Pero además tenía otro valor, el del asombro, ya que era <strong>uno de los primeros personajes en la historia del cine en ser creado enteramente por CGI</strong> (que es como se llaman las imágenes creadas por computadoras) a partir de la actuación de <strong>Ahmed Best</strong>, quien brindó su voz y sus movimientos corporales.</p><section class="noteSuggested" data-id="90965" data-title="Puede interesarte"></section><p>Sin embargo el personaje, que era atolondrado e insoportable en sus participaciones, rápidamente se ganó el desprecio de los espectadores, quienes no sólo se mofaban de lo insoportable que era sino que además <strong>vieron en él estereotipos raciales que terminaron siendo su sepultura</strong>. Y estamos hablando de una era en la que los foros de Internet comenzaban a ser algo novedoso y la industria del cine no sabía cómo manejar esa voz popular que se organizaba desde lo virtual. Hoy tampoco sabe mucho, pero hace 26 años era aún peor. Créanme. Particularmente creo que <strong>La amenaza fantasma</strong> era aburridísima, pero en vez de hacerse cargo de que la película era un plomo indigerible <strong>buscaron un chivo expiatorio: Jar Jar Binks</strong>.</p><p>En cuanto al detalle ontológico bien <strong>Star Wars</strong>, Jar Jar Binks es un gungan, una especie anfibia nativa del planeta Naboo, que tiene como características principales la ingenuidad, la torpeza y la lealtad. Su primera aparición fue en <strong>La amenaza fantasma</strong>, donde funciona como guía de Qui-Gon Jinn (<strong>Liam Neeson</strong>) y Obi-Wan Kenobi (<strong>Ewan McGregor</strong>). No obstante, a partir de su irritante participación y el desprecio de los fans, su presencia en el resto de la trilogía fue mermando progresivamente. En <strong>El ataque de los clones</strong> tiene relevancia en la subtrama política, donde aparece como representante de Naboo en el Senado Galáctico y es manipulado para que Palpatine llegue al poder. Y ya en <strong>La venganza de los sith</strong> su aparición se resume a unos pocos planos, en la procesión fúnebre de Padmé. Y ese sería su final, más allá de algunas apariciones de relleno de criaturas de la misma especie en otras películas y series de la franquicia.</p><p>Si bien podemos llegar a acordar que <strong>los fans son una horda bastante difícil de manejar</strong>, en el caso de Jar Jar Binks tal vez debamos coincidir con ellos. Pensado desde el vamos como un gran desafío técnico y artístico, el éxito tecnócrata estaba dado (el personaje lucía bien en aquellos años de incipiente CGI) pero <strong>la falla estaba dada en su concepción</strong>, que resultaba sumamente irritante en su intento por ser gracioso. Se entiende que Lucas lo creó pensando más en un potencial público infantil que se acercaría a ver las nuevas películas, pero el <strong>fracaso rotundo también habla de la forma en que subestimaba a ese espectador</strong>.</p><section class="noteSuggested" data-id="90752" data-title="Puede interesarte"></section><p>Pero el que la pasó realmente mal con Jar Jar Binks fue el propio Best, quien le dio su cuerpo y voz al personaje. En varias entrevistas confesó haberse sentido muy mal: “Recibí amenazas de muerte, correos llenos de odio. La gente me decía que había arruinado <strong>Star Wars</strong>. Fue devastador”, dijo en una de ellas. Si hasta en 2018 publicó un posteo en su cuenta de Twitter (conocida ahora como X) donde confesó que por aquellos tiempos enfrentó “un rechazo que aún afecta mi carrera. <strong>Este fue el lugar donde casi termino con mi vida</strong>”.</p><p>De todos modos, con el paso del tiempo algunos se fueron amigando con Jar Jar Binks, o al menos comenzaron a mirarlo con un poco de cariño, especialmente por la inclusión del personaje en la serie animada <strong>Clone Wars</strong> y hasta Best confió que sintió el amor de los fans por primera vez en la <strong>Star Wars Celebration 2019</strong>, donde fue ovacionado al aparecer en el escenario. Para el actor fue “un momento sanador” y hasta recordó una frase que le había dicho Lucas en los momentos aciagos: <strong>“No te preocupes, el tiempo pondrá las cosas en su lugar”</strong>. No sabemos si Lucas se refería a esto, pero Jar Jar Binks se convirtió entonces en modelo para cientos de memes, parodias y chistes. Que la Fuerza lo acompañe.</p><section class="noteSuggested" data-id="90521" data-title="Puede interesarte"></section>

Día de Star Wars: Jar Jar Binks, el personaje exiliado a una galaxia muy, muy lejana

<p><strong>EL ETERNAUTA</strong> <i>(serie) creada por Bruno Stagnaro, con Ricardo Darín, Carla Peterson, César Troncoso. En Netflix</i>.</p><p>-La adaptación de <strong>El eternauta</strong>, el cómic de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano-López, ingresa en el terreno de la mitología. Obra inabarcable, especialmente por un nivel de producción que ni el cine ni la televisión argentinas tenían a disposición hasta hace poco, la tecnología habilitó la posibilidad. Lo que restaba, claro, era lograr una adaptación respetable de una historia que tiene, sí, demasiada historia. No está sólo el cómic, están también las constantes relecturas y aprovechamientos y oportunismos políticos, la propia historia de Oesterheld y tantas cosas más. Allí en el panteón de las “Vacas Sagradas” está <strong>El eternauta</strong> y en primera instancia es bien válido que Stagnaro decida apropiársela: la serie se balancea entre el respeto al original y la intervención con elementos que son propios del autor de <strong>Okupas</strong>. En concreto, por más que se separe del original, la mirada social contemporánea no le sienta mal a <strong>El eternauta</strong>. Ahora bien, más allá de toda la leyenda, es una simple historia de invasión alienígena. Y allí Stagnaro falla con algunas secuencias que deberían tener más impacto del que tienen y otras, de acción, resueltas pobremente. Y hay cosas que decididamente no funcionan, como ese Favalli anacrónico o la inclusión del cancionero del rock nacional de manera un poco artificial. De todos modos no deja de ser un relato que, aunque un poco estirado (son seis episodios y tarda cuatro en arrancar), funciona en su dosis progresiva de intriga. Sin dudas, hay cierto rigor imprescindible que la serie alcanza y se agradece.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=WoCowCN2jUg"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/WoCowCN2jUg" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>THUNDERBOLTS*</strong> <i>(película) dirigida por Jake Schreier, con Florence Pugh, Sebastian Stan, Julia Louis-Dreyfus. En cines</i>.</p><p>-Marvel y su deriva post <strong>Endgame</strong>. A la compañía le cuesta renovar su universo cinematográfico, entre decisiones erróneas y otras que parecían apropiadas, pero no lo fueron. En ese contexto de incertidumbre, llega <strong>Thunderbolts*</strong> para recordarnos por qué estas películas llegaron a interesarnos en algún momento. Ojo, no es ninguna maravilla, pero alcanza un nivel aceptable, un Marvel de mitad de tabla, digamos. Un grupo de villanos y antihéroes son invitados a una misión que es una trampa. Desde ahí, se verán forzadamente a luchar contra una villana que se guarda un arma secreta. Hay algunas ideas divertidas, la acción -que no abunda- está aceptablemente filmada y un elenco de intérpretes prestigiosos parecen divertirse con sus personajes, pero incluyendo al espectador. Hay en <strong>Thunderbolts*</strong>, también, una vuelta de tuerca interesante a la a estas alturas agotadora batalla final, que hace que nos importe lo que pasa ahí dentro. Digamos que con lo justo, <strong>Thunderbolts*</strong> construye un nuevo equipo de héroes con cierto nivel de proyección. No será <strong>Guardianes de la Galaxia</strong> pero está por encima de la media.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=30257Tzf1SI"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/30257Tzf1SI" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>MENSAJE EN UNA BOTELLA</strong> <i>(película) dirigida por Gabriel Nesci, con Luisana Lopilato, Benjamín Amadeo, Benjamín Vicuña. En cines</i>.</p><p>-Una sorpresita. Esta comedia romántica con giros fantásticos, dirigida por el bueno de Grabriel Nesci (<strong>Días de vinilo</strong>), tiene el espíritu suficiente para ganarse a los espectadores a puro encanto y, también, cariño por lo que está contando. Una sommelier se ve envuelta en una trama de <i>loops</i> temporales cuando por consejo de su padre mete un mensaje en una botella vacía, que genera modificaciones en su vida a partir del año de cosecha que dice el envase. Si la lógica es un poco rebuscada (hay algunas sobreexplicaciones) y una actriz con más dotes interpretativos que la Lopilato le hubiera sacado más jugo a la comedia, <strong>Mensaje en una botella</strong> aplica perfectamente las reglas de este subgénero: hay en ese ir y venir en el tiempo un aprendizaje, también una historia de amor que funciona y personajes secundarios divertidísimos, especialmente la autoparodia que hace Gabriel Corrado. <strong>Mensaje en una botella</strong> puede ser un poco larga y fallar en algunas ejecuciones donde el chiste requiere más precisión, pero es una película con muchas ideas y con una utilización de la música que demuestra lo buen melómano que es Nesci y cómo sabe aplicarlo a las imágenes.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=aGDxfbtP-kQ"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/aGDxfbtP-kQ" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>LAS CUATRO ESTACIONES</strong> <i>(miniserie) creada por Tina Fey, Lang Fisher y Tracey Wigfield, con Tina Fey, Will Forte, Steve Carell. En Netflix</i>.</p><p>-Esta serie es una remake de una película escrita, dirigida y protagonizada por Alan Alda en 1981. El actor tuvo una incipiente carrera como autor en aquella década, con un grupo de películas que aplicaban temáticas recurrentes, fundamentalmente comedias dramáticas con centro en los vínculos personales. En aquel film, tres grupos de amigos se iban de vacaciones y en esta nueva versión pasa lo mismo, con la consiguiente actualización en términos de representaciones. Entonces vamos atravesando las estaciones, una cada dos capítulos, y los diversos viajes que van modificando los vínculos. No hay nada nuevo bajo el sol: amoríos, desencuestros, problemas maritales, celos entre amigos, relaciones que se rompen, todo registrado como amabilidad y simpatía, sin caer en excesos melodramáticos y siempre con una salida ocurrente, un poco en el estilo de Tina Fey, la autora detrás de esta adaptación. El elenco es muy bueno, obviamente, y allí está parte del encanto de esta serie. En definitiva termina siendo como un viaje con los mismos de siempre: nada sorprende, pero se agradece la excursión.</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=sRy5fxku9D0"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/sRy5fxku9D0" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p><strong>ASTÉRIX Y OBÉLIX: EL COMBATE DE LOS JEFES</strong> <i>(serie) dirigida por Alain Chabat y Fabrice Joubert, con las voces de Alain Chabat, Gilles Lellouche, Anaïs Demoustier. En Netflix</i>.</p><p>-El comic creado por René Goscinny y Albert Uderzo es un tesoro nacional de los franceses y es, también, una de las obras más queridas del comic de todos los tiempos. Los héroes galos que se imponen contra los romanos, en una serie de viñetas que recurren tanto al humor físico como a una mirada paródica sobre la historia. De ahí que la tentación de volver a estos personajes esté siempre presente y que muchas adaptaciones en acción real no hayan funcionado, especialmente por no entender correctamente el cómic. Netflix estrenó esta nueva versión pero en formato animado, que en primera instancia tiene la virtud de acercarse lo más posible al material original, más allá de algunas invenciones y resoluciones más propias del humor del cine animado y digital contemporáneo. Una historia que presenta a los personajes de pequeños y que incorpora acertadamente la estética del cómic. Divertida, veloz, pícara y con dos versiones de Asterix y Obelix con mucha química.</p>

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