La tecnología fue una herramienta fundamental durante la pandemia para conectar con los chicos y poder brindar conocimientos mediante las clases virtuales. El encierro obligó a cortas - al menos por un tiempo- con los prejuicios por un bien mayor, no perder la conexión.

Sin embargo, con la situación estabilizada, volvieron los cuestionamientos respecto al uso de celulares en las aulas, la inmersión de los jóvenes en las redes sociales y el tiempo que se utiliza frente a las pantallas.

Al respecto, la psicóloga Cecilia Anton, señaló que "la tecnología digital en la infancia constituye una valiosa y poderosa herramienta de acceso a la educación, información, entretenimiento y socialización que debe ser supervisada en su justa medida por adultos responsables, ya que su exceso puede causar efectos hipnóticos, embriagadores y tediosos".

Esta práctica naturalizada se ve cuando "los niños pequeños (en la primera infancia de 0 a 6 años) suelen tranquilizarse con algunos videos, mientras que en la segunda infancia (6 a 12 años) y adolescencias, el abuso de Smartphones puede provocar problemas en el sueño y alimentación, ciberbullying, y otros efectos negativos para los sujetos".

No obstante, hay que destacar que el uso - y abuso - de los dispositivos electrónicos tienen lugar en la población en general, con un sistema rápido y accesible, ante cualquier pregunta, herramienta o momento de ocio, hay un aplicación que responde a las necesidades.

Por lo que "es necesario incorporarlas al trabajo diario en la escuela. El desafío está en lograr que los estudiantes aprendan a utilizarlos adecuadamente acorde a las pautas de trabajo", destacó Estela Favero, psicopedagoga de un colegio de la ciudad.

Los teléfonos celulares traen "nuevas formas de socialización y comunicación que se desarrollan en un escenario virtual para la mayoría de los adolescentes en especial, las que pueden ser muy satisfactorias y eróticas, pero a la vez, controladoras y problemáticas. Hay casuística de dependencias emocionales entre los vínculos y personas con trastornos de ansiedad o problemas relacionados con ella que se agravan con el uso de Smartphone", sintetizó Anton.

En julio, la UNESCO presentó un informe donde recomienda prohibir el uso de los celulares en las escuelas por los riesgos que significan para el avance del proceso educativo.

Este análisis llevó a diversos países a suprimir el uso de los dispositivos por la creciente distracción al tiempo que se le dedica a las redes sociales en las horas de estudio, ya sea dentro o fuera del aula. Por lo que corre riesgo la capacidad de recordar, aprender y comprender la información expuesta en las clases.

Si bien es innegable que las notificaciones constantes o la facilidad para abstraerse en el mundo virtual pueden romper con el ambiente educativo, "considero que dependerá de la persona y del uso que realice de la tecnología", marcó, Cecilia Anton.

"Se señalan efectos negativos en varios aspectos sobre todo haciendo hincapié en el exceso de tiempo improductivo invertido en el uso de la tecnología digital que puede conllevar a la sustitución de funciones personales por el uso de la máquina, a la menor adquisición de habilidades por ejemplo el uso de la lengua escrita sobre soporte de papel u otro lo que necesita de habilidades motoras y de conocimientos específicos para su desarrollo (cuestiones de ortografía y gramática), pero sobre todo la UNESCO hace hincapié en la brecha sociocultural en cuanto a la desigualdad de oportunidades en el acceso a ordenadores, wifi, entre otras tecnologías", continuó.

De modo que "hay familias que cuentan con un solo dispositivo tecnológico para seis personas (por lo que se reduce el uso considerablemente comparado con otros hogares que pueden contar con mayor numero). Este punto fue pregunta del último censo realizado en Argentina".

Seguridad digital: la dicotomía sobre lo público y lo privado

La inmersión de los jóvenes en las redes sociales trae sobre la superficie la discusión sobre qué es lo público y cuáles son las cosas de la vida cotidiana que deben quedar en el ámbito privado.

Ya sea desde contar lo que uno soñó en un tweet, subir una selfie viajando en el colectivo o capturar mensajes del tema del momento, hay un descontrol en las nuevas generaciones sobre la información que brindan a un tercer que muchas veces es desconocido.

"WhatsApp, Facebook, Twitter, YouTube, Instagram entre otros no cuentan con una completa seguridad digital en lo que respecta al uso por parte de menores, el que debe ser regulado desde los hogares", puntualizó Cecilia Anton.

Por lo cual, "si bien se ha avanzado en Argentina en cuanto a la legislación para controlar los delitos cibernéticos y especialmente el rastreo de ordenadores para evitar el abuso sexual por parte de adultos, se debería continuar avanzando en el tratamiento de estos temas por medio de leyes y en el logro de mayor concientización y sensibilización, ya que involucra la seguridad de niños, niñas y adolescentes que pueden estar en riesgo".

Para tener en cuenta, "una forma es visibilizar los riesgos del abuso de TICs, dándole difusión a la comunidad y tratar de achicar la brecha de conocimiento intergeneracional en cuanto a que los adultos puedan conocer los medios para controlar los dispositivos tecnológicos (mediante control parental)".

Empero, "hay mucho por hacer aún en materia de seguridad digital, sobre todo hay que seguir trabajando con inversiones económicas y de tiempo específicas para proteger a los menores de los efectos de un mundo globalizado y digitalizado aprovechando sus beneficios en cada sujeto en particular", determinó.

Uso de celulares en las aulas — Foto: archivo

Celulares en las aulas: ¿Sí o no?

A pesar de los conflictos y contras anunciados, el uso de celulares se ha ganado un espacio en el aula desde lo educativo, ya sea para buscar información o integrar las nuevas tecnologías a los trabajos prácticos, la utilización consciente y pedagógica es la clave para transformar la educación.

En este sentido, la psicóloga Anton, subrayó que "es beneficioso como herramienta de estudio, supervisado por docentes idóneos, evitando los excesos y aprendiendo a realizar las búsquedas correctas. Por ejemplo, la información no debe extraerse solamente del GOOGLE, sino del GOOGLE ACADEMICO, también denominada “biblioteca de los pobres” ya que allí se pueden acceder a artículos científicos que deben ser correctamente seleccionados en pos de lo que se desea investigar".

De esta manera, Estela Favero, reforzó: "Acceso inmediato a la información, búsqueda de información, utilización de variados recursos audiovisuales interactivos, uso de herramientas de Office y Google, utilización de herramientas de inteligencia artificial Todos estos aspectos y muchos más ayudan a fomentar el pensamiento critico, la creatividad, la capacidad de análisis, el trabajo autorregulado".

"Pero no alcanza con ello, las escuelas además fomentan el pensamiento crítico, la lectura comprensiva y otras habilidades personales para el desarrollo de la máxima capacidad de cada persona. Cada escuela tiene su perfil académico de acuerdo a la población con la cual trabaja", agregó Anton.

En virtud de ello, "los dispositivos electrónicos constituyen una poderosa herramienta mientras que los procesos cognitivos, afectivos y volitivos de una persona incluyen otras (presencia, deseo, amor, disponibilidad, tiempo) para la evolución personal, camino que puede crecer, interrumpirse, inhibirse, estancarse o retroceder", estableció.

Asimismo, "La pulsión de saber presente en cada individuo no se presenta de igual modo para todos. La curiosidad infantil constituye un motor que debe ser trabajado con personal docente idóneo y la familia", delimitó.

En conclusión, ¿Cuál es la mejor forma de vincular a los chicos con la tecnología? Al respecto, apuntó que "depende de la edad e intereses de cada individuo. Debe colaborar en desarrollar funciones psíquicas tales como la atención, la imaginación, la orientación (con respecto a sí mismo y al mundo que lo rodea), la socialización, entre otros ítems que potencien y beneficien al sujeto".

"El uso de la tecnología no debe reemplazar la capacidad de juego infantil ni excluir la práctica de deportes y de la puesta en forma del cuerpo fuera de una silla frente a una pantalla: lo que puede resultar aburrido por la monotonía que conlleva. El uso responsable de la tecnología digital colabora de forma eficaz y eficiente a un mejor desarrollo y transición a la vida adulta, sin reemplazar a otras necesidades y demandas humanas", finalizó.