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    Una casa, una huerta

    Todo lo que hay que saber sobre cosechar los propios alimentos en el hogar y cuáles son los principales cultivos de esta época.

    13 de junio de 2024 - 09:39
    Se pueden intercambiar semillas y alimentos con otras familias, lo que fortalece los vínculos afectivos que forman comunidades sustentables.
    Se pueden intercambiar semillas y alimentos con otras familias, lo que fortalece los vínculos afectivos que forman comunidades sustentables.
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    La huerta propia es una idea que crece día a día. Lo lindo de poder cultivar tus alimentos y al mismo tiempo relacionarte con la tierra y el medio ambiente, desarrollar tareas de forma colaborativa, es que genera un ambiente agradable de diálogo y convivencia. Además, podés intercambiar semillas y alimentos con otras familias, lo que fortalece los vínculos afectivos que forman comunidades sustentables.

    La Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) asegura que un metro cuadrado puede proporcionar hasta 20 kilos de comida al año.

    A la hora de comenzar con este hermoso proyecto, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones:

    Ubicación y Preparación del suelo

    Lo ideal es ubicar tu huerta a pleno sol, en un lugar con buen drenaje y en la parte más elevada de tu terreno, para evitar que si llueve mucho se inunden tus cultivos.

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      Tenés que eliminar las malezas del sitio elegido y remover la tierra para facilitar de esta forma el crecimiento de tus plantas. También podés ayudar al crecimiento de las raíces de tus cultivos, incorporando sustratos a la tierra como puede ser turba, perlitas y lombricompuesto, entre otros.

      Fecha de siembra de las semillas

      La mayoría de las especies tienen una temporada en la cual crecen de manera óptima. Las estaciones del año marcan claramente las opciones a elegir. Por ejemplo, en la temporada que ahora transitamos otoño-invierno existe una gran cantidad de especies que se podrán sembrar. Algunas de ellas son: acelga, achicoria, ajo, alcaucil, apio, arveja, cebolla, cebolla de verdeo, cilantro, espinaca, habas, hinojo, lechuga, perejil, puerro, rabanito, remolacha, rúcula y zanahoria.

      ¿Siembra directa o hacer almácigos?

      Muchas de las especies hortícolas pueden iniciarse en almácigo (sembrarlas en un lugar para luego trasplantarlas a su lugar definitivo de crecimiento). Es recomendable que aquellas semillas grandes y fáciles de manipular, como son las habas y arvejas, o las que no resisten el trasplante como son el perejil, la zanahoria, el rabanito, la espinaca y la rúcula, sean sembradas en almácigo.

      Tipo de siembra y profundidad de las semillas

      Para las más pequeñas como la lechuga, hinojo o apio lo ideal es hacer una siembra “al voleo” por toda la superficie, mientras que las semillas más grandes, como los zapallitos verdes y melones, se siembran “a golpe” colocando dos o tres semillas por hueco.

      En la temporada que ahora transitamos, otoño-invierno, existe una gran cantidad de especies que se podrán sembrar, como el rabanito.

      Tené en cuenta que la profundidad de siembra debe ser de 2 a 3 veces el tamaño de la semilla. Una vez colocada, es necesario realizar un riego suave con una regadera con la flor para evitar que el agua golpee fuerte el suelo y corra a las semillas del sitio elegido.

      Animales domésticos

      No es recomendable que nuestras mascotas visiten la huerta, ya que suele ser terreno fértil para sus desechos, y no queremos eso. La forma más efectiva de tener a los animales alejados de nuestra huerta es cercarla, ya sea con un alambrado, cañas o maderas.

      Ubicación de los cultivos dentro de la huerta (asociación y rotación)

      La técnica de asociación de especies consiste en combinar los cultivos de distintos requerimientos nutricionales para evitar de esta forma la competencia entre ellos, también es importante tener en cuenta el tamaño final que alcanza el cultivo ya que se pueden sombrear unos a otros.

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        En la práctica de rotación se alternan los cultivos de diversas familias botánicas y con distintas necesidades nutritivas. De esta forma se impide que el suelo se agote y que persistan las enfermedades que afectan a un tipo de especie.

        Fertilidad del suelo

        La fertilidad del suelo es fundamental para un buen crecimiento de las plantas. Con las sucesivas cosechas, se extraen nutrientes del suelo, por lo que deberán ser repuestos a través de alguna práctica de fertilización.

        Una forma recomendable y amigable con el medio ambiente, es agregar abonos orgánicos, de esta manera además de fertilizar estamos mejorando la estructura del suelo.

        Temas
        • Huerta
        • Cosecha
        • Cultivos
        • campo
        • verdura

        AUTOR

        Fernando Lapolla
        Fernando Lapolla

        Ingeniero Agrónomo

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