30 años después: el triple de aro a aro de Peñarol que emuló Lezcano ayer para la victoria de Ferro
Luego de que se hiciera viral el triple que Emiliano Lezcano convirtió de aro a aro en el triunfo de Ferro ante Boca, hubo un tiro muy similar en Mar del Plata hace 30 años.
La historia se repite una y otra vez, a veces parece ser un loop, pero cuando algo parece completamente inédito, aparecen antecedentes al menos similares. Anoche, Ferro le ganó a Boca en el tercer juego de la llave de cuartos de final de la Liga Nacional con un increíble triple de aro a aro de Emiliano Lezcano sobre la chicharra que recorre el mundo.
El hecho de ejecutar un lanzamiento de manera poco ortodoxa desde abajo de su propio aro pero con una notable efectividad, pasó a considerarse quizás el mejor triple de la historia de la competencia doméstica.
Sin embargo, ese lanzamiento de Lezcano que además sirvió para ganar un partido clave en la llave ante el mejor equipo de la fase regular y el campeón defensor de la corona; tiene un antecedente hace 30 años y en Mar del Plata.
El 29 de septiembre de 1995 Peñarol recibió a Andino de La Rioja por la Liga Nacional con un dato extra: fue la noche del debut de Emanuel Ginóbili en la competencia local. En aquél encuentro, se dio una situación prácticamente idéntica donde el resultado final fue el mismo, pero la ejecución más lateralizada.
Luego de un pase del propio “Manu”, el cordobés Gabriel Riofrío tiró un triple que no ingresó. El rebote fue a manos del base Martín Fernández que, desde donde estaba, muy cerca del banco de suplentes ensayó un tiro, en su mecánica, muy similar al de Lezcano anoche.
¿El resultado? La pelota terminó ingresando de forma impecable, al igual que anoche en Ferro y además, la conversión fue válida ante la incredulidad de los presentes.
Aquella noche era el primer partido de la temporada y el equipo dirigido por Oscar Sánchez contaba con grandes jugadores, como Daniel Farabello, Gabriel Díaz y los extranjeros Sam Ivy y Carl Amos. Pero también estaban los jóvenes Gabriel Riofrío y Hernán Jasen. Enfrente estaba el equipo del Che García, que mantenía a Marcelo Richotti y Esteban Pérez, pilares del equipo campeón en la 93/94, y había sumado a Héctor Campana y a Mike Higgins (de paso fugaz por los Lakers de Magic Johnson en la 1989/90).
El final fue un 104-85 en favor del conjunto “Milrayitas” pero hoy esa noche trae un grato recuerdo para situaciones excepcionales de la competencia.
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