Comienza el juicio contra dos médicos por mala praxis en Mar del Plata
Se trata del caso de Natalia Engler y los acusados son los médicos cirujanos de la Clínica de Fracturas y Ortopedia, Pablo Sebastián Beltrán Moreno y Juan Fernando Suárez. Se espera un juicio con dos jornadas.
Comenzará este miércoles a las 9 el juicio oral por la comisión del delito de “Homicidio Culposo” del que fue víctima la joven de 22 años, Natalia Engler, a quien operaron de la columna vertebral en la Clínica de Fracturas y Ortopedia en agosto de 2018 y murió diez días más tarde en la Clínica Colón, después de que los médicos la hayan enviado a su casa sin medicación frente a un coágulo que se le había formado en la pierna.
Engler murió en la Clínica Colón, la más cercana a la Clínica de Fracturas y Ortopedia, ya que cuando fue ingresada de urgencia -desvanecida- no la atendieron por “falta de médicos”. El perito determinó que su muerte fue ocasionada por “un paro cardíaco, con mecanismo de muerte por arritmia un Tromboembolismo pulmonar”.
CRONOLOGÍA DEL CASO
Natalia Engler, una conocida y talentosa bailarina y gimnasta marplatense, había sufrido una lesión en su columna vertebral durante un entrenamiento en Buenos Aires en agosto de 2018. Por ese motivo, fue trasladada a Mar del Plata e intervenida exitosamente en la Clínica de Fracturas y Ortopedia.
Dada de alta hace pocos días y en su domicilio, la víctima presentaba una evidente y dolorosa inflamación en una de sus piernas, la que había cambiado de color, motivo por el cual concurrió junto a su madre al nosocomio para ser tratada por el coágulo que se había formado como consecuencia de la intervención quirúrgica.
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Pero los acusados de omitir “un tratamiento urgente ante un cuadro postoperatorio derivado de la cirugía de columna que presentaba la paciente”, los cirujanos Pablo Sebastián Beltrán Moreno y Juan Fernando Suárez, decidieron que al haberse desinflamado la pierna y no sentir dolor, debía volver a su hogar sin tratamiento específico alguno.
La acusación llevada a cabo por el representante de la familia, Julio Razona, se basa en que ambos médicos debieron haber ordenado medidas precautorias, ante la evidencia irrefutable de que el coágulo que obstruyó la normal circulación de sangre había migrado y que en consecuencia podía afectarla nuevamente, desencadenando un trombosis.
En este sentido, Razona explicó: “No obstante a la evidencia empírica, como es la inflamación del miembro, la ausencia repentina de dolor y una leve mejoría, que refiere que ese coágulo podría estar migrando por su organismo y causar una trombosis, se le indicó que debía volver a su domicilio, sin los medicamentos que se recomiendan para esas circunstancias, sin estudios de sangre para descartar un trombo, sin la toma de anticoagulantes ni la indicación de una compresión neumática intermitente (CNI)”.
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Entonces, especificó que a los pocos días de haber regresado a su casa, la joven se desvaneció durante la madrugada y fue trasladada a la misma clínica por su madre y un vecino, acompañada por un móvil policial, ante la demora de la ambulancia.
Pero aunque la víctima se encotraba desvanecida, le informaron a su madre que no
la podían atender por “falta de médicos”, y fue trasladada a la Clínica Colón, donde ingresó ya “en gravísimo estado y murió a los pocos minutos, a pesar de las maniobras de resucitación practicadas en la guardia de esa clínica", según Razona.
En tanto, el perito Mariano Meglioli dictaminó que la causa de la muerte fue “un paro cardíaco, con mecanismo de muerte por arritmia un tromboembolismo pulmonar”, de acuerdo al abogado defensor de la familia.
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