Advierten que narcos usan a adictos argentinos para probar drogas antes de exportarlas
El especialista en antiterrorismo urbano Daniel Adler advirtió que los adictos en la Argentina están siendo utilizados como “conejillos de indias” por bandas narcotraficantes que experimentan con sustancias altamente peligrosas antes de enviarlas a mercados como Estados Unidos y Europa.
Según explicó, el país se ha convertido en la principal plataforma de exportación de cocaína del Cono Sur, y la prueba de drogas adulteradas se realiza a través de un mecanismo de ensayo y error con consumidores locales.
Adler señaló que estas prácticas incluyen el uso del fentanilo, una droga sintética extremadamente potente que se utiliza para “estirar” otras sustancias como la cocaína. “El fentanilo es 100 veces más adictivo que la heroína y 50 veces más potente que la morfina”, detalló. En declaraciones a la agencia Noticias Argentinas, el experto sostuvo que el negocio de los carteles no pasa por el consumo en el país, sino por su posición estratégica en la cadena logística de exportación.
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“Los carteles poderosos introducen en la Argentina cocaína y drogas de diseño no para venderlas acá, sino porque este es un país de tránsito. Nos convirtieron en una gran base de salida”, afirmó. Explicó que un kilo de cocaína que vale 1.750 dólares en Argentina puede alcanzar los 30 mil dólares en Estados Unidos, 60 mil en Rotterdam, 150 mil en Australia y hasta 180 mil en Japón. En ese contexto, subrayó que “el negocio es la corrupción que permite esa logística”.
El especialista recordó el caso ocurrido en febrero de 2022, cuando al menos 24 personas murieron en San Martín y Tres de Febrero tras consumir cocaína adulterada con fentanilo. “No fue un accidente, fue un experimento. Usaron a esas personas para testear la mezcla”, aseguró. Según indicó, los narcos alteran la proporción del fentanilo sin ningún tipo de control: “Si alguien muere, bajan la dosis. Si no le pasa nada, la suben. Así van ajustando la fórmula que luego mandan afuera”.
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Adler también mencionó casos recientes como el de un enfermero y su hermano militar detenidos en Entre Ríos por robar fentanilo y venderlo ilegalmente, así como el de una enfermera arrestada en Llavallol por hechos similares. “Esto está volviendo a pasar. No se trata de hechos aislados, sino de un patrón de acción del narcotráfico internacional”, advirtió.
Por último, explicó que el uso del fentanilo obedece a una lógica económica: “Es más barato, mucho más adictivo y cumple el objetivo del crimen organizado, que es tener esclavos inmediatos y baratos. El impacto sobre el cerebro es devastador y el nivel de dependencia, casi irreversible”.
Fuente: Noticias Argentinas
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