Se presenta el libro "Historias de Aserraderos y Carpinterías"
El viernes próximo se realizará la charla sobre los orígenes de la vida empresarial y laboral en la industria maderera local. Los profesores Eduardo Ferrer y Sebastián Ramirez, autores de la investigación junto a Pamela Chaia, disertarán sobre los alcances de una obra que describe diversos aspectos del pasado de nuestra ciudad. El encuentro se llevará a cabo desde las 19, en las instalaciones del Archivo Histórico Roberto Barilli, Lamadrid 3870, acompañado por una muestra de herramientas de carpintería, propuesta por el Museo Itinerante Ferretero.
Los autores explican que el proyecto surgió cuando Ferrer y Ramirez habían publicado su libro “100 Clubes de Barrio”, que fue una demanda de tres años de trabajo. Allí se recuperaba la historia de clubes sociales y deportivos que habían desaparecido en Mar del Plata. Aquel registro del pasado trajo muchas alegrías y buenas noticias, explican, entre ellas el acercamiento con las autoridades de la Cámara Industrial de la Madera. Ellos buscaban conocer los orígenes de la actividad y del asociacionismo en el rubro.
“Nos pareció un desafío sumamente interesante, cuenta el profesor Ferrer, porque se emparentaba con la necesidad que transitamos y que creemos es una deuda de la historia local: conocer y registrar aún más del pasado de la ciudad”. También destaca que es imprescindible sumar a los aportes del relato de aquellos que han dado su paso a través del tiempo, con el testimonio de lo propio y la expansión de la ciudad hacia todos los puntos cardinales.
Referido al proceso de trabajo, se realizaron varias reuniones con los integrantes de CICMA, no sólo para que contarán lo que esperaban de la investigación, sino también para entender las dinámicas de un rubro que es muy particular e interesante, relatan los autores. “El carpintero tiene en sus producciones mucho de lo que resulta utilitario, pero también una clara propensión a lo artístico destacándose, desde ese lugar, a otros oficios”.
Un segundo paso fue registrar los puntos de partida: fuentes escritas, posibles testimonios orales y un buceo por recursos digitales –hoy un espacio que brinda nuevos aportes-, contrastados con otras informaciones. Argumenta el profesor Ramirez que el Archivo Histórico Barilli es “como la segunda casa” y la Hemeroteca, un sitio clave en la recuperación de la historia local. La relectura de los diarios que allí se encuentran y la colaboración permanente de quienes atienden, lo hace cuna de cualquier investigación local.
De ese espacio, pudieron pasar al encuentro con los protagonistas: este libro registra más de noventa entrevistas a participantes de la industria maderera local, fuentes de primera mano que esclarecen la evolución de la industria. Finalmente, se realizó el proceso de la escritura de trasladar esos aportes enriquecedores al soporte papel.
“Historias de Aserraderos y Carpinterías tiene una estructura interna que comienza con una primera parte sobre el contexto histórico y que presenta a la industria como tal. Más adelante, se conforman cuatro grandes capítulos que poseen un abanico temporal de unos treinta años, aproximadamente. Son etapas que observamos, sentencia la periodista Pamela Chaia, que pueden agruparse de acuerdo a los avances tecnológicos que las herramientas y maquinarias van experimentando.
Cada uno de esos capítulos presenta entre diez y veinte historias contadas a partir del relato de un protagonista, en el caso de las más actuales, o a partir de las distintas fuentes registradas, agrega. Al final de cada episodio, hay un resumen de otras carpinterías y aserraderos, que describen brevemente con el objetivo de dejar el mayor registro posible.
Algunos hitos
Muchísimas, son las historias de las familias, de abuelos, madres y padres que poblaron Mar del Plata desde finales del siglo XIX. Relatos de mucho sacrificio y esfuerzo en una industria donde la conflictividad entre trabajadores y propietarios prácticamente no existió. Es por demás interesante saber que, en lo que hoy es pleno microcentro de Mar del Plata, una rueda gigante de madera montada sobre el arroyo hacía activar las maquinarias de una carpintería, detallan los historiadores.
Otras, tienen que ver con una caldera que estalló y quedo enterrada durante años en un terreno de salta y bolívar; una carpintería como la empresa Zubillaga, ya centenaria –y la más antigua de las sobrevivientes-. La historia del maderero Camilo Fernández, desaparecido durante siete años, y vuelto a la vida pública sin ninguna pista de lo sucedido. Pero hay más, dice Ferrer, ebanistas y maquetistas, verdaderos artesanos de la industria y la vida local marcada por el ritmo de la sirena de los grandes aserraderos, como Fava y Tiribelli. También hay lugar para la modernidad, los nuevos procesos tecnológicos que hicieron crecer al rubro.
La presentación del libro
Alberto Lorenzana, Presidente de C.I.C.M.A., reafirma el planteo de los autores: el punto de partida no podía ser otro que el Archivo Histórico. Allí realizarán la presentación el viernes 9 de septiembre, desde las 19 horas. La idea es que sea en formato dialogado entre los autores de la obra, las autoridades de la Cámara Industrial de la Madera y el público que se acerque a la Villa Mitre.
Además, y como complemento, se inaugurará la muestra itinerante del Museo Ferretero (organizada por la Cámara de Ferreteros), ampliada con herramientas propias de carpinterías y aserraderos, utilizadas a lo largo del siglo XX. Así que habrá doble motivo para acercarse.
Para cerrar, los investigadores reflexionaron sobre el aporte que este libro deja en la cultura local. “Hace tiempo venimos reflexionando sobre la necesidad de producir relatos históricos que reflejen lo cotidiano de la ciudad. Nos desvela ir caminando por diferentes lugares de Mar del Plata, sin saber que donde hoy vemos una construcción de altura u otro tipo de edificación, hubo antes un lugar de relevancia o, simplemente, un espacio donde existieron otras historias. Por ello, es muy importante el trabajo de reconstrucción fotográfica que realizan los sitios de internet, enriquecidos por la palabra de todos los que fueron protagonistas principales u ocasionales”.
Y finalizan: “En una ciudad que, a lo largo del tiempo, poco ha hecho por resguardar su patrimonio histórico, es el esfuerzo ciudadano en la construcción del testimonio de lo que pasó, el que viene a suplir esas carencias del ámbito público. Nos queda entonces, asumir a los profesionales de la historia, el desafío de testimoniar por escrito, esos registros”.