Causa Nisman: nuevas pericias informáticas complican a Lagomarsino
A cuatro años del asesinato del fiscal federal Alberto Nisman, la situación del técnico informático Diego Lagomarsino -que le llevó el arma de la que salió la bala que lo mató en su departamento de la Torre Le Parc de Puerto Madero el 18 de enero de 2015- podría complicarse a raíz de nuevas pericias realizadas por Gendarmería Nacional, tras una orden del fiscal Jorge Taiano y a pedido de la querella que representaba a las hijas de Nisman y la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.
Los resultados de esos análisis sobre los teléfonos de Nisman y Lagomarsino determinaron que fueron cuatro los mensajes de WhatsApps que intercambiaron y que fueron borrados en la mañana posterior a la muerte del fiscal.
En el informe quedó demostrado que Lagomarsino le envió al menos dos mensajes por WhatsApp el 17 de enero por la mañana, previo al supuesto llamado en el que Nisman le habría pedido un arma para protegerse, según detalla La Nación.
En su declaración, Lagomarsino sostuvo que había sido Nisman quien se contactó el sábado por la tarde con él para pedirle la pistola que terminó provocando la muerte del fiscal. Después de que se conoció esta novedad, Lagomarsino dijo que no recordaba ese cruce y acusó a los encargados de realizar el peritaje de "confundir los mensajes con lo que realizó al día siguiente".
Gendarmería -que tiene un área especial y sellada con acceso restringido para el análisis de la computadora y los teléfonos- pudo determinar que Lagomarsino contactó vía WhastApp a Nisman a las 11 del sábado 17, y que esa comunicación fue, a su vez, contestada desde el celular de Nisman.
No se sabe el contenido, solo quedó registrado en el teléfono el cruce de mensajes. Con este sistema se puede establecer si hubo un intercambio, pero no se puede recuperar el contenido de los mensajes. Lagomarsino dijo que lo había olvidado, pero los investigadores creen que ese mensaje es parte de la trama criminal.
Otros registros recuperados permitieron establecer que Nisman recibió pasadas las 21.20 un WhatsApp de Leandro Santos, dueño de una agencia de modelos, que el fiscal respondió. Y extrañamente el teléfono se apagó dos minutos más tarde. Fue nuevamente encendido, a las 7.40 del domingo 18.
La conclusión de los peritos que trabajaron en ese reporte fue que ambos dispositivos fueron encendidos por alguien presente en el departamento del fiscal y no de manera remota. De esta deducción se puede inferir que hubo una persona en el domicilio cuando Nisman ya estaba muerto en el baño.
Más allá de la definición de homicidio y de la participación a Lagomarsino, aún la Justicia no pudo determinar quién fue el autor material del disparo y los móviles de ese asesinato que se hunden en el mundo de la política y el espionaje, según las hipótesis que se investigan.
Por lo pronto, en 2018 la Cámara Federal confirmó el procesamiento que había dictado el juez Julián Ercolini sobre Lagomarsino como partícipe necesario de homicidio. Al confirmar este fallo, los jueces Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia dijeron con claridad que Nisman fue víctima de un homicidio y que ese crimen está relacionado con la denuncia que había realizado el 14 de enero de 2015 contra Cristina Kirchner, el fallecido excanciller Héctor Timerman y el diputado Andrés Larroque entre otros, al acusarlos de buscar la impunidad de Irán en la causa AMIA a cambio de restablecer relaciones comerciales.
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