¿Saben los marplatenses elegir un buen café?
Ciudad de cafeterías históricas y nuevas propuestas de especialidad, cada vez más personas buscan saber qué hace que un café sea realmente bueno y cómo reconocerlo.
El café dejó de ser simplemente una bebida para convertirse en una experiencia que combina aroma, sabor y cultura. En Mar del Plata, ciudad de cafeterías históricas y nuevas propuestas de especialidad, cada vez más personas buscan saber qué hace que un café sea realmente bueno y cómo reconocerlo.
El origen importa
El primer punto a tener en cuenta es la procedencia del grano. Un café de origen único —es decir, cultivado en una región específica— permite apreciar características propias de su tierra y clima. Países como Colombia, Brasil, Etiopía o Costa Rica ofrecen perfiles distintos que van desde notas frutales y florales hasta sabores más intensos y achocolatados.
Frescura y tueste
La frescura es clave: un café recién tostado conserva mejor sus aceites y compuestos aromáticos. Los especialistas recomiendan fijarse en la fecha de tueste (y no en la de vencimiento) para asegurarse de que no hayan pasado más de 30 días. En cuanto al tueste, los granos pueden ir de claros a oscuros. Los claros resaltan sabores más ácidos y frutales; los medios equilibran cuerpo y dulzura; y los oscuros aportan mayor intensidad y amargor.
Molido al momento
El café molido pierde propiedades en pocas horas. Por eso, los baristas insisten en moler el grano justo antes de prepararlo. Además, el grosor del molido debe adaptarse al método de preparación: más fino para espresso, medio para filtro y grueso para prensa francesa.
Aroma y sabor
A la hora de degustar, el aroma suele anticipar lo que el paladar confirmará. Un buen café nunca debe oler rancio ni avinagrado. En boca, se evalúan aspectos como la acidez, el cuerpo (sensación en la lengua), el dulzor y el retrogusto. La experiencia ideal es aquella que deja un recuerdo agradable incluso después de terminar la taza.
Diferenciar un café común de uno de especialidad
Mientras que los cafés comerciales suelen ser mezclas de granos de distinta calidad y tuestes masivos, los de especialidad pasan por procesos más cuidados: desde la selección en origen hasta el control en cada etapa de tostado y preparación. Esto se traduce en una bebida más limpia, con matices definidos y sin defectos.
En Mar del Plata, cada vez son más las cafeterías que apuestan a la cultura del café de especialidad, acercando al público no solo una bebida, sino la posibilidad de descubrir sabores, aprender a diferenciar calidades y, sobre todo, disfrutar de un ritual que comienza desde el primer aroma.
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