No solo hablemos de pistachos...
Fernando Lapolla, es ingeniero agrónomo y en diálogo con el programa “De Boca en Boca” de Radio Mitre Mar del Plata FM 103.7, habló sobre las nueces de pecán que, entre otros beneficios, contribuyen a regular los niveles de glucosa en sangre.
Hagamos una introducción:
La nuez de pecán es un fruto seco que aporta grasas saludables, fibra, ácido fólico, vitaminas y minerales. Es de color marrón con surcos longitudinales y tiene una forma ovoide. En la gastronomía se la utiliza tanto para platos dulces como salados.
¿Bastante completa, no?
En un ping pong con los conductores radiofónicos Gabriel Máscolo y Pablo Nicoletti, el especialista en fruticultura señaló que, a diferencia del pistacho que solo se cultiva en una pequeña región, la nuez de pecán se adapta a más tipos de suelo, por lo que se puede sembrar en todo el país. Además, el árbol tiene una vida productiva de 200 años, mientras que el del fruto de moda, sólo 20 o 30.
Y ahora, un poco de historia:
Fernando Lapolla, contó que el árbol de pecán lo introdujo al país Domingo Faustino Sarmiento: En uno de sus viajes a Estados Unidos como embajador, el ex presidente trajo semillas que repartió entre varios gobernadores para que las plantaran en sus provincias. Hoy en día, casi 160 años después, las nueces de pecán son el segundo fruto seco más importante de Argentina.
“Para abastecer la demanda hay que esperar unos 4 o 5 años más, pero confirmo que en el 2026 más hectáreas estarán productivas”, aseguró.
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EL OXÍGENO ES PARA COMPARTIR Y LAS NUECES PARA PRODUCIR
“Establecimiento La Matera” es un campo escuela ubicado en Mercedes, Provincia de Buenos Aires, con plantación de nueces, almendros y duraznos, donde alumnos de colegios agrotécnicos acuden para aprender sobre cultivos.
Fernando Lapolla trabaja allí y, estima que este 2025 lo terminarán con 100 hectáreas plantadas: “Un bosque de 13 mil nogales que estará abasteciendo a 6 mil personas de oxígeno”, e hizo hincapié en que lo interesante del auge de los frutos secos en el país, es que hay casi 20 mil hectáreas productivas de árboles que producen oxígeno y transforman suelos. “También hay que mirar el aporte ecológico y no sólo el productivo”, comentó con entusiasmo.
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ARGENTINA DEBE DEJAR DE SER UN PAÍS AGROEXPORTADOR Y CONVERTIRSE EN AGROINDUSTRIAL
“Sería bueno que podamos analizar qué valor agregado darle a la materia prima, y de esa forma se crean puestos de trabajo, para luego exportar productos”, reflexionó Lapolla, quien afirmó que el consumo de nueces en Argentina es alto. “Somos deficitarios, si hubieran más, se venderían”
En esa línea, explicando que actualmente se envían muchas al exterior, comentó que habría que desarrollar mercados para poder exportar las nueces sin cáscara, como las solicita China, por ejemplo, y de esa manera poder trabajar sobre los valores agregados.
“Con las nueces se hacen aceites al pasarlas por una prensa que da como resultado un fruto completamente seco que sirve para enviar a los molinos y obtener harina. Harina que te permite generar otros productos”.
El Ingeniero Agrónomo, contó que el recubrimiento de las nueces tiene un alto valor agregado: “Nosotros las usamos para realizar el compost, y otros hacen tintas. Además acumulan muchísimos antioxidantes, por lo que las cremas y productos de higiene personal y de cosméticos podrían hacerse con la cáscara y no con el fruto”.
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Fruticultura por aquí, fruticultura por allá
Cuando llegaron los inmigrantes al país, la cultura era la fruticultura sobre todo por parte de los italianos. Si nos trasladamos en el tiempo y vamos al 1920 - 1930 había más árboles frutales de los que hay ahora, con la cantidad de habitantes que había en ese momento y la demanda de fruta que se registraba. Actualmente, y luego de la pandemia, el consumo de fruta fresca y frutos secos aumentó exponencialmente porque se tomó más conciencia en el cuidado del cuerpo.
“Es fácil plantar soja, trigo o maíz y a los 6 meses evaluás si te fue bien, si te fue mal y te vas”, señaló Fernando Lapolla, y explicó que la fruticultura aporta al arraigo de las personas en las provincias: “Cuando vos ponés una plantación de nueces, estás pensando en quedarte mucho tiempo en ese lugar”
“Argentina tiene un potencial enorme para el desarrollo de la fruticultura y lo que falta es el estímulo a nivel gubernamental” sentenció el especialista argumentando que los tiempos son distintos ya que un árbol tarda 10 años aproximadamente en dar fruto.
Para cerrar la entrevista en el programa “De Boca en Boca” que se emite los sábados a partir de las 13 en Radio Mitre Mar del Plata, el Ingeniero Agrónomo reflexionó: “Debemos pensar en la recuperación del suelo. Diseñar junto a la naturaleza. No hay que imponer, solo hay que trabajar en conjunto”.
Lo último y no por eso menos importante:
En Mar del Plata, las nueces “Pecanito Argentino”, el proyecto agropecuario de Abel Pintos y el empresario Marcelo González, se pueden conseguir en Farmacia Güemes ubicada en la esquina de Güemes y Gascón.
Es de nuestra confianza, y una recomendación del Ingeniero Agrónomo Fernando Lapolla, claro.
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