Día Mundial de la Salud Sexual: la importancia de garantizar el derecho a vivir la sexualidad con libertad
La jornada celebra los derechos sexuales y, a su vez, invita a exigirlos, según promueve la Organización Mundial de la Salud.
El 4 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Sexual para celebrar los derechos sexuales y, a su vez, exigirlos, según promueve la Organización Mundial de la Salud.
La salud sexual es un aspecto fundamental para la salud y el bienestar general de las personas, las parejas y las familias, así como para el desarrollo económico y social de las comunidades y los países. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, sin coerción, discriminación ni violencia. La capacidad de las personas para lograr la salud y el bienestar sexuales depende de estos factores:
-Acceso a información integral de buena calidad sobre sexo y sexualidad.
-Conocimiento de los riesgos que pueden correr y su vulnerabilidad ante las consecuencias adversas de la actividad sexual sin protección.
-Posibilidad de acceder a la atención de salud sexual.
-Residencia en un entorno que afirme y promueva la salud sexual.
Los problemas relacionados con la salud sexual son de amplio alcance y abarcan la orientación sexual y la identidad de género, la expresión sexual, las relaciones y el placer. También incluyen las consecuencias negativas o los trastornos que se destacan: infecciones con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), infecciones de transmisión sexual y del aparato reproductor, así como sus consecuencias adversas (cáncer e infertilidad).
-Embarazos no deseados.
-Disfunción sexual.
-Violencia sexual.
-Prácticas nocivas, entre ellas la mutilación genital femenina.
Derechos sexuales
La justicia sexual significa la capacidad de lograr salud sexual, placer y derechos para todas las personas sin discriminación, miedo, vergüenza ni estigma. La justicia sexual y reproductiva existe cuando todas las personas tienen el poder y los recursos para tomar decisiones saludables sobre sus cuerpos, sexualidad y reproducción. ¿Qué se puede hacer?
-Reconocer que el placer sexual es un derecho sexual.
-Desestigmatizar la salud sexual.
-Abogar por leyes y políticas que luchen contra la discriminación.
-Crear conciencia sobre los derechos sexuales, el placer y el estigma.
-Poner fin al estigma. No tener vergüenza.
-Afirmar y defender los derechos a la identidad sexual.
-Garantizar el acceso a información precisa, sin censura y basada en evidencia sobre sexualidad y salud: sin información, las personas no pueden tomar decisiones seguras e informadas.
-Compartir información precisa e inclusiva sobre salud sexual.
-Defender la educación sexual integral en las escuelas y comunidades.
-Denunciar la censura y la desinformación, como la prohibición de libros.
La educación sexual es un tema donde los adultos sufren la desinformación, los mitos y prejuicios que los jóvenes de hoy ya no tienen. Por ello, es necesario enfatizar la necesidad de hablar sobre el tema, eventualmente consultar a un especialista que les marcará el camino del conocimiento y, en especial, el autoconocimiento para poder derribar las barreras de la culpa que detienen el andar hacia una vida sexual placentera.
En el caso de los más jóvenes, se hace hincapié en poder vivir una sexualidad con libertad de elección con respecto a lo que les gusta, que lo hagan con seguridad, alejados de los riesgos de infecciones o prácticas peligrosas, y con conocimiento pleno de métodos anticonceptivos e interrupción del embarazo.
Al respecto, Patricia Urbandt, especialista en ginecología y obstetricia, sexóloga y educadora sexual (MN 61176), habló sobre la vida plena y la sexualidad, de lo biológico a lo biográfico. Explicó que no todo se limita a lo hormonal, al envejecimiento progresivo como parte de la vida, ni a los sustitutos de diversa índole. Los seres humanos somos seres sexuados y sexuales desde el inicio de nuestra vida hasta el último instante. La cuestión es poder darnos cuenta de ello. Y, como personas, nuestra vida sexual va ligada al afecto, a la empatía y al respeto a medida que pasan los años. Hay diversas formas de vivir nuestra sexualidad, y mucho tiene que ver con nuestra historia de vida, nuestras experiencias previas y la importancia que podemos darle a una vida sexual plena, concluye la especialista.
Fuentes: OMS y worldsexualhealthday.org
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