Día de la Obstetricia y un espectáculo poco frecuente: el parto enmantillado
La fecha recuerda la muerte del cardenal San Ramón Nonato en 1240. La disciplina que se ocupa no solo de la salud física, sino también de los aspectos psicológicos.
El 31 de agosto se conmemora el Día Internacional de la Obstetricia y la Embarazada. La fecha recuerda la muerte del cardenal San Ramón Nonato en 1240, quien, en su nacimiento, fue extraído con vida del vientre de su madre fallecida, convirtiéndose así en el patrono de las embarazadas y las obstétricas.
La celebración busca destacar la labor de los profesionales de la obstetricia, quienes acompañan a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio, y, a su vez, resaltar la importancia de la obstetricia como una disciplina que se ocupa no solo de la salud física, sino también de los aspectos psicológicos y sociales de la maternidad.
En la sala de partos o quirófano, a veces se registran partos de características espectaculares, cuyas imágenes parecieran haber sido generadas por la más avanzada tecnología de inteligencia artificial. Sin embargo, las imágenes son tan reales como la alegría de los padres celebrando el nacimiento de su bebé. Se trata del caso en el que el o los bebés son extraídos desde el útero en una cesárea con la bolsa intacta, permitiendo observar al bebé a punto de emprender ese viaje maravilloso hacia la vida.
La doctora Elena Casal (MP 92.696), especialista en obstetricia y ginecología del Grupo Maternoperinatal Pueyrredon, comentó en qué casos se da este tipo de partos en los que el bebé es extraído del útero dentro de su bolsa con todo el líquido amniótico a su alrededor.
La especialista explicó que, en el caso de un parto por vía vaginal, es prácticamente imposible que el bebé salga con su bolsa intacta, porque ese saco inevitablemente se rompe por la presión del canal vaginal. Sin embargo, cuando por indicación el nacimiento se realiza a través de una cesárea, es decir, mediante una incisión a la altura de la línea del bikini, hay más posibilidades de que la bolsa salga intacta. Al ser sus paredes casi transparentes, se puede ver al bebé dentro del líquido, tal como estuvo durante todo el período gestacional. Lograrlo no es sencillo, porque la bolsa se puede romper fácilmente cuando se realiza la extracción del bebé.
“Sin embargo, cuando lo logramos, la verdad es que es maravilloso ver al bebé dentro de su bolsa con el líquido amniótico alrededor de su cara. Se lo observa cómo se mueve, abre la boca, se expresa, pone caras; es extraordinario. A los pocos segundos, la bolsa debe romperse porque el bebé tiene que nacer, pero cuando lo logramos técnicamente, es muy emocionante, es muy bonito”, comentó.
Sobre si para los profesionales o la madre ofrece alguna ventaja que el bebé nazca con su bolsa intacta y se lo libere fuera del útero, la profesional explicó que “la realidad es que, a los pocos segundos de abandonar el espacio intrauterino, el bebé debe respirar solo y eliminar el líquido en el que ha estado flotando durante nueve meses, así que no, no hay ventajas. Pero lo que pasa es que es un espectáculo hermoso, es precioso observarlo de esa manera”.
Y a partir de ese momento, en muy pocos minutos o segundos, cambia la circulación fetal, porque los pulmones empiezan a funcionar, cuando antes no lo hacían. Se empiezan a cerrar algunos vasos en el corazón, nos desconectamos de la placenta y se cierran algunos conductos en el hígado y en los vasos umbilicales. Ahí la circulación cambia: la circulación fetal pasa a ser la circulación que tendremos en la vida extrauterina y, a partir de ahí, a vivir.
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