Cuidado del microbioma como nuevo paradigma de la salud: impacto del estilo de vida en su modulación
La licenciada Paula García Janer explicó cómo llegar a la mejor expectativa de salud observando y mejorando la calidad de la alimentación.
El 11 de agosto se celebró el Día del Nutricionista, y la licenciada Paula García Janer, MP N.º 21 del CED Centro de Estudios Digestivos, explicó cómo llegar a la mejor expectativa de salud observando y mejorando la calidad de la microbiota.
La especialista en nutrición explicó que, básicamente, hay que tener una buena alimentación, respetando las leyes de la alimentación que, hace ya muchos años, el doctor Pedro Escudero, fundador y director del Instituto Nacional de Nutrición, propuso: la ley de la cantidad, de la calidad, de la armonía y la adecuación.
Estas leyes proponen que la alimentación sea variada por los diferentes nutrientes presentes en los distintos alimentos, por lo que la variedad es sumamente importante; que la calidad de estos alimentos sea buena, en términos de que, por ejemplo, no sean tan procesados y sean lo más naturales posible; que la cantidad sea adecuada en relación con diferentes situaciones, ya sea hombre o mujer, en las distintas etapas de la vida; y que, básicamente, sea adecuada no solo a la salud y a la enfermedad, sino también a los estilos de vida y a decisiones alimentarias, como patrones alimentarios diferentes (ser vegetariano, omnívoro o vegano), que respondan a cuestiones étnicas, religiosas, entre otras. Si tomamos en cuenta estas cuatro leyes, estamos respondiendo a lo que es una alimentación saludable.
La importancia de la microbiota
Hoy en día, hay algo que empieza a tener mucho peso y es muy importante: la microbiota o microbioma, un conjunto de microorganismos, principalmente bacterias, que se alojan en nuestro intestino. Hay microbioma en todo el cuerpo, pero en la microbiota intestinal están las bacterias alojadas en el intestino, mientras que el microbioma comprende los metabolitos, que son las sustancias producidas por estas bacterias a partir de la hidrólisis o la ruptura de los alimentos de origen vegetal.
Por ello, lo más importante hoy es promover una microbiota saludable, porque estos metabolitos y sustancias que producen las bacterias tienen funciones sumamente importantes y específicas, como, por ejemplo, en la inmunidad, la prevención de tumores (sobre todo en el intestino), la regulación del peso corporal, la regulación de la síntesis muscular y muchos otros aspectos de la microbiota que tienen relación con diferentes órganos del cuerpo. Uno de los más conocidos es el eje intestino-cerebro, que está mediado por estas bacterias.
Conexión mente – aparato intestinal
Muchas veces, cuestiones que suceden en el intestino, como ciertos síntomas, tienen un gran componente emocional, y todo lo que pasa por el estado emocional repercute en el intestino. Por lo tanto, desde el punto de vista alimentario, se trata de lograr una microbiota saludable. Esto implica una gran cantidad de bacterias, con diversidad, y que, por ejemplo, tras la toma de un antibiótico, el sistema intestinal pueda volver a la normalidad.
Si bien se desconoce con precisión cuál es la microbiota ideal, ya que hay muchas diferentes, se sabe, a través de un estudio longitudinal iniciado en 2012, que para tener una microbiota saludable se propone consumir unas 30 especies de alimentos de origen vegetal por semana. A simple vista, parece un número elevado, pero tengamos en cuenta que no son sólo frutas y vegetales, sino también semillas y cereales de origen integral que encontramos en panes, arroz, legumbres y frutos secos, entre otros. Si uno incorpora todos estos alimentos de forma variada, se supone que la microbiota puede alcanzar una condición óptima.
El azúcar contenido en la fruta
La fruta no tiene demasiada azúcar, aclara la nutricionista, y sí cuenta con muchos nutrientes. Tiene una matriz muy compleja porque, si bien contiene azúcar, también tiene fibra, con un importante aporte beneficioso para la microbiota, además de vitaminas y minerales.
En el caso de la fruta, hay que promover su consumo, analizando alguna situación particular donde se mida la cantidad y la forma en que se consume, como en el caso de una persona diabética, promoviendo que sea con cáscara y que no sea en mucha cantidad junta. Se aconseja la mayor cantidad y variedad en lo que respecta a verduras y frutas, junto con los frutos secos. Estos frutos secos pertenecen a otra categoría y están dentro de los alimentos de origen vegetal, al igual que las legumbres, los cereales y las semillas.
Proteínas
No hay un modelo alimentario que sea superior a otro, aclaró García Janer. Si la persona decide ser vegetariana, hay que contemplar ciertas cuestiones respecto a la suplementación, por ejemplo, con la vitamina B12. Si decide consumir carne, lo más importante es que sea una dieta variada y, por supuesto, recomendar alternar con el consumo de pescado, que tiene un importante aporte de omega 3, un ácido graso con grandes beneficios, entre ellos el de ser antiinflamatorio. Por lo tanto, se propone consumir pescado la mayor cantidad de veces posible y que la carne elegida sea lo más magra posible.
Menos supermercado, más salud
Cuanto menos se va al supermercado, más cerca se está de una alimentación saludable. En general, los alimentos que vienen en paquetes son los que menos debemos consumir, mientras que ir a la verdulería, la carnicería u otros comercios donde se encuentran alimentos no procesados es lo recomendable.
Los nutricionistas recomiendan seguir la regla del 80/20, que propone comer saludable el 80% del tiempo y dejar el 20% restante para esos gustos o antojos. Esas galletitas o un alfajor tienen un gusto intenso y particular que a veces nos da ganas de comer, y eso no significa que debamos desterrarlos de nuestras vidas, solo que hay que consumirlos la menor cantidad de veces posible. Siempre es preferible optar por alimentos menos industrializados y menos elaborados, porque si hay aditivos o conservantes, tienen un impacto que a veces no se conoce demasiado y que termina siendo negativo para la salud.
Lic. Paula García Janer, MP N.º 21
CED Centro de Estudios Digestivos
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