Vuelve “La pistola desnuda”, el regreso de la comedia a los cines
Con el título de “¿Y dónde está el policía?” y protagonizada por Liam Neeson, este jueves se estrenará el reinicio de una de las sagas más populares del género.
El próximo jueves se estrenará ¿Y dónde está el policía?, que no es ni más ni menos que el reinicio de una de las comedias más queridas de los 80’s -y de todos los tiempos-, La pistola desnuda. El motivo por el que la nueva película de La pistola desnuda no se llama La pistola desnuda da para otro debate, pero es más o menos el mismo por el que ya no vemos cine subtitulado y nos llegan películas dobladas al español pero llenas de modismos mexicanos: ¿Y dónde está el policía? se llamó La pistola desnuda en México, por lo que ahora nos llega con el mismo título con el que se conoció allá, en una forma de globalización que privilegia, obviamente, al país que más cerca está de EE.UU.
Hecho este descargo, digamos que la expectativa por el reinicio de La pistola desnuda (me resisto a llamarla de otra manera) se vuelto cada vez más intenso por parte de una generación de espectadores que hoy están por encima de los treinta y pico, y que tienen a aquella comedia como un norte dentro del género. Aquella película dirigida por David Zucker y protagonizada por Leslie Nielsen se convirtió en un éxito rotundo, que dejó dos secuelas y un tono humorístico, el de la parodia, que luego sería saboteado hasta la nausea y cuyo tiro de gracia serían las burdas imitaciones de Scary movie.
La pistola desnuda fue una de las películas más exitosas de aquel 1988: con un presupuesto de 14.500.000 dólares terminó recaudando sólo en Estados Unidos más de 78.000.000, ocupando el octavo puesto del ranking anual. Hay que decir que por aquel entonces las comedias estaban entre los géneros más populares: por ejemplo, ese año el Top 10 estuvo integrado por películas como ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, Un príncipe en Nueva York, Quisiera ser grande, Gemelos, Cocodrilo Dundee 2 y Beetlejuice.
La pistola desnuda fue escrita por Jerry Zucker, Jim Abrahams y David Zucker, un potente trío de comediógrafos conocidos como ZAZ, que anteriormente habían entregado dos obras maestras de la comedia paródica, ¿Y dónde está el piloto? (1980) y Súper secreto! (1984), la primera un gran éxito comercial y la segunda un fracaso. Los ZAZ fueron parte de una generación, en la que podemos integrar también a gente como John Landis, Joe Dante y varios del Saturday Night Live! que reformularon la comedia norteamericana quitándole todo el clasicismo e integrando ideas que ya había desarrollado Mel Brook y aprovechando el ritmo y la velocidad que la televisión le había impreso al género. Un espectador educado a esa velocidad de generar imágenes graciosas estaba capacitado para leer este tipo de comedias.
Pero sin embargo estas tres producciones de los ZAZ tuvieron además la habilidad de integrar conceptos altamente desarrollados en el cine, con una mirada atenta a todos los resortes y mecanismos que los sostenían. Así es como ¿Y dónde está el piloto? saqueaba todo el cine catástrofe de los 70’s, Súper secreto! el cine bélico y las películas de Elvis, y La pistola desnuda el policial negro clásico, aquel de detectives recios y profesionales y femme fatales que siempre los complican. La parodia y la sátira brillaban de la mano de los ZAZ en la pantalla grande, a lo que hay que sumar la exitosa, aunque menor, saga de Locademia de policía y otras minucias como Locademia de combate y muchas más locademias…
Pero La pistola desnuda había tenido un antecedente. En 1982 los ZAZ crearon Police Squad!, una serie inspirada en Ballinger de Chicago con Lee Marvin, que se emitió por apenas seis episodios, pero que sentó las bases de la película. Allí Leslie Nielsen ya interpretaba al detective Frank Drebin. Y si bien la serie tenía el mismo estilo cómico -de hecho muchos de sus chistes fueron luego rediseñados para las películas-, y todo funcionaba como un reloj, fue levantada inmediatamente a pesar de tener excelentes críticas. Pero con los años, el cine daría revancha.
Una de las claves de La pistola desnuda, como dijimos, es la exploración del policial clásico pero en tono paródico, saboteando todos sus recursos. Sin embargo, nada hubiera funcionado igual sin la presencia de Nielsen e incluso la de George Kennedy como el capitán Ed Hocken. Dicen que Kennedy, actor de una enorme trayectoria, persiguió durante muchísimos años a los ZAZ para que le den el papel, luego de que no le permitieran parodiar su rol de Aeropuerto en ¿Y dónde está el piloto?
Pero, claro, lo de Nielsen se volvió icónico. El actor tenía una trayectoria de intérprete serio, incluso de galán, aunque tampoco había desarrollado una gran carrera. Apareció en alguna película taquillera como La aventura del Poseidón o el film de ciencia ficción El planeta desconocido, y en populares series como El fugitivo o La ley del revólver. Pero fue su personaje de reparto en ¿Y dónde está el piloto?, el inexpresivo doctor Rumack, el que lo catapultó a la fama. Esa caracterización era perfecta: mientras mantenía su rostro impertérrito, decía los parlamentos más absurdos e hilarantes. Cada aparición suya en la película era aún mejor. Frank Drebin había nacido.
Ha comentado Nielsen en múltiples entrevistas que David Zucker le dijo que la clave del éxito era precisamente actuar como si fuera una película seria. En La pistola desnuda todo sucede alrededor de Drebin, incluso a veces por su torpeza, pero él nunca es consciente del desastre que genera, herencia aprendida seguramente del Clouseau de La pantera rosa (de hecho, el arranque de La pistola desnuda 2 es un gran homenaje a La fiesta inolvidable, también protagonizada por Peter Sellers). Drebin da perfecto en el personaje del policía veterano y a la vez maneja una gestualidad mínima que resulta inmejorable para que todo funcione como funciona. Sin dudas, uno de los grandes personajes de comedia de todos los tiempos.
Luego de La pistola desnuda llegó una segunda parte que está a la altura y que incluso por momentos la supera, y una tercera que si bien tiene grandes secuencias, está un poco por debajo. Como fuera, La pistola desnuda originó una bola de sátiras y parodias que inundaron los cines de todo el mundo durante la década de los 90’s. Incluso, dio para Leslie Nielsen motivo de convertirse en una estrella en su etapa adulta, protagonizando infinidad de películas en el estilo del gag visual, que aprovechaban su torpeza, pero que no tenían ni un gramo de la inteligencia de aquellos films. Nielsen se volvería a encontrar con David Zucker en la tercera y la cuarta de Scary Movie, que si bien están a años luz de La pistola desnuda, al menos son un poco más graciosas que las dos primeras de esa franquicia.
Por lo tanto, el regreso de La pistola desnuda es el regreso de un tipo de comedia que creíamos olvidada y que queremos mucho, pero es fundamentalmente una prueba de fuego para el género, para saber si sigue siguiendo rentable en la taquilla. Tal vez no sea un asunto tan notorio, pero cada vez son menos las comedias que llegan a los cines, ya sea por el miedo de los comediantes a que algo pueda resultar ofensivo o porque no es redituable en taquilla. Sí hay películas con humor, pero no son comedias puras. Los productores de la nueva La pistola desnuda de hecho lanzaron una campaña satírica en redes en la que invitan a los espectadores a salvar las comedias. Por lo tanto, la película se carga dos mochilas: ser una digna sucesora de una saga inolvidable y, a su vez, ser la que permita que los cines se vuelvan a llenar de risas. Pavada de ambición.
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