Leo Gutiérrez, el hombre que regó de gloria a Peñarol
Leonardo Gutiérrez anunció este lunes su retiro como jugador profesional. Sin embargo, seguirá ligado a Peñarol, el club que le brindó sus últimas alegrías y en el que se ganó el cariño incondicional de los fanáticos.
“Peñarol es el lugar menos pensado que iba a jugar y llegué a jugar, querer, amar y respetar estos colores. Es el club que elegí para retirarme y elijo toda mi vida. Voy a ser parte de Peñarol, estando dentro o fuera de la cancha, el resto de mi vida”, aseguró Gutiérrez en su conferencia de despedida.
En total, consiguió diez títulos: cuatro de Liga Nacional (2009-2010, 2010-2011, 2011-2012 y 2013-2014); uno de Liga de las Américas (2010); tres Súper 8 (2009, 2011 y 2013); una Copa Argentina (2010) y una Interligas (2012).
El arribo de Leo a Peñarol se dio en 2009 y la gloria llegó enseguida. Esa temporada (09-10), el “Milrayitas” se consagró campeón de la Liga Nacional de Básquet, el Súper 8 y la Liga de las Américas.
En el Súper 8 fue elegido como el jugador más valioso y el mejor jugador de la fase regular de la Liga Nacional. En la final disputada frente a Atenas, también fue seleccionado como el mejor jugador de la serie.
En la temporada 2010-2011 consiguió su récord personal como máximo anotador de triples en un mismo partido. Fue el 3 de diciembre de 2010 jugando ante Boca, su viejo equipo, en el que metió 15 de los 22 que intentó. Además, superó la cifra de diez mil puntos anotados en la historia de la competencia.
Peñarol también se consagró campeón de la temporada 10/11, definiendo nuevamente ante Atenas de Córdoba. Leo volvió a convertirse en el jugador más valioso en una serie final. Luego llegó el histórico tricampeonato en la temporada 2011/2012, en la recordada final ante Obras. Además, en esa misma temporada Peñarol logró el Súper 8.
Los números de Leo se mantuvieron desorbitantes y llegó el título del Interligas 2012. En el 2013, Peñarol se consagró en el Súper 8 y en la Liga 2013-2014, convirtiéndose en Pentacampeón. Los laureles dejaron de llegar para el club desde aquel año, pero la magia de Leo siguió intacta en cada pelota que tomó.
La relación con la hinchada de Peñarol no comenzó de la mejor manera. Fue insultado vistiendo la camiseta de Boca en el Polideportivo y odiado cuando superó al conjunto de Mar del Plata en una final jugando para Atenas. Sin embargo, con los años, Gutiérrez se los guardó en el bolsillo.
“Nunca voy a terminar de agradecer a ustedes, a la hinchada, mi gente. Tanto pasamos, tanto hicimos y tanto podemos llegar a hacer”, declaró el capitán Milrayitas”, que aún con su retiro del básquet, mantiene prendida la ilusión del público.