Las estafas digitales crecieron más del 40% en el último año: las principales víctimas son adultos mayores
Especialistas detallaron que son cinco las modalidades más utilizadas. Una técnica que ha ganado terreno en los últimos meses involucra el uso de códigos QR.
Un dato que surge de diversos estudios realizados en torno al delito digital, señala que en el último año las estafas de este estilo crecieron más del 40% y la mayoría de estos engaños está dirigida al público de los adultos mayores.
En ese sentido, se indicó que son cinco las modalidades de fraude más comunes que tienen como objetivo los ahorros de los jubilados: estafas a través de WhatsApp con falsas ofertas y beneficios; solicitudes de datos personales por correo electrónico; llamadas telefónicas; engaños en redes sociales y sitios web falsos; y el uso de códigos QR para redirigir a sitios apócrifos.
Los especialistas señalaron que hubo muchos casos de mensajes de WhatsApp provenientes de cuentas falsas que simulan ser del PAMI, incluso utilizando el logo oficial del organismo en su perfil. Estos mensajes ofrecen supuestos beneficios, como medicamentos gratis, o advierten que el jubilado perdió un subsidio o que su credencial ha expirado.
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Para recuperar el 100% del beneficio o renovar el carnet, se solicita a la víctima completar un formulario, lo que permite a los estafadores obtener información personal sensible.
Como se indicó, otra modalidad común se lleva a cabo a través de correos electrónicos enviados desde direcciones falsas. Al igual que en WhatsApp, los mensajes prometen medicamentos gratuitos o solicitan renovar credenciales obligatorias.
Para acceder a estos “beneficios”, se pide a las víctimas que proporcionen datos personales, los cuales son utilizados por los delincuentes para acceder a servicios como el homebanking. En algunos casos, incluso se solicita dinero para realizar gestiones que, en realidad, son gratuitas en el PAMI, aumentando el perjuicio económico para los jubilados.
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Las estafas mediante llamadas telefónicas también han proliferado. Los ciberdelincuentes emplean diversas técnicas de ingeniería social, como falsos secuestros, suplantación de identidad (a veces utilizando inteligencia artificial) o avisos de préstamos. Durante estas comunicaciones, los estafadores piden dinero directamente o solicitan información privada, como datos bancarios, que luego utilizan para vaciar las cuentas de las víctimas.
También las redes sociales y los sitios web fraudulentos se han convertido en un canal creciente de estafas. A través de plataformas como Facebook, Instagram o X, los delincuentes publican promociones falsas que ofrecen descuentos o beneficios. Al hacer clic en estas ofertas, los jubilados son redirigidos a páginas que imitan sitios oficiales de organismos, plataformas de comercio o grandes tiendas.
Para acceder al supuesto descuento o realizar una compra, se les pide ingresar datos personales o los números y claves de sus tarjetas de crédito, los cuales son utilizados por los estafadores para realizar compras online a nombre de la víctima.
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Finalmente, una técnica que ha ganado terreno en los últimos meses involucra el uso de códigos QR que dirigen a webs o formularios fraudulentos. El anzuelo es similar al de otras estafas: se prometen beneficios, subsidios, descuentos, medicamentos gratis, créditos o préstamos. Sin embargo, al escanear el código QR, las víctimas son llevadas a sitios falsos donde se les solicita información privada.
Esta modalidad busca aprovechar la confianza de los jubilados en herramientas digitales modernas para robar sus datos y, finalmente, sus ahorros.
Fuente: con información de TN
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