El calor produce muchos efectos sobre el organismo entre los que se destacan: el aumento de la frecuencia respiratoria, descontracturante muscular, aumento de las defensas y la lipólisis, es decir, la quema de grasas, etc.

De acuerdo con la especialista en Estética María Vanina Muñoz “la conducción del calor se da a través de un cuerpo caliente que transfiere parte de su energía a otro que está en menor temperatura”.

Existen diferentes maneras de generar esta transmisión de calor:

Baños calientes: el calor se transmite por convección; los baños de agua caliente pueden aumentarlo con agitación o remolinos.
Radiación: es absorbida por el cuerpo y su energía es convertida en calor.
Termoterapia superficial: se puede aplicar en el hogar en geles térmicos o en gabinetes a través de aparatología.

Métodos de termoterapia superficial

Las mantas térmicas mantienen la temperatura por resistencia eléctrica por lo cual no hay que renovarlas durante el tratamiento.
Pueden alcanzar temperaturas peligrosas sin que el paciente lo note por su efecto sedante y analgésico.
Se debe mantener al paciente envuelto en varios grosores de toalla siempre evitando el contacto directo con la piel.

Precauciones

“La termoterapia no está aconsejada en casos con traumatismos recientes debido a que produce vasodilatación y puede agravar la inflamación aguda” agrega Muñoz.

Es importante tener cuidado en zonas de pérdida de sensibilidad de la piel.
No aplicar en procesos inflamatorios agudos ni febriles.
No aplicar en pacientes con implantes metálicos.
Se debe vigilar la aparición de dolor durante su aplicación.
No utilizar durante período menstrual.
Se debe eliminar todo contacto con objetos metálicos durante el tratamiento.

Mantas termodifusoras

Consiste en la aplicación de bandas que colocadas en contacto con la piel, actúan mediante la emisión de radiación infrarroja.

El calor generado se transmite por radiación y conducción hasta el tejido sometido, especialmente el tejido adiposo, estimulando la elevación de la tasa metabólica local y como consecuencia el desencadenamiento de lipólisis.

Aplicación

Se colocan geles.
Se cubre la superficie con un film.
Se colocan las bandas.
Cubrir zonas óseas con toallas.
Se cubre aproximadamente el 60 por ciento de la superficie corporal.
Tiempo de duración 40 minutos, dos veces por semana.
Se requieren un mínimo de diez sesiones.