Es más habitual en las mujeres y el problema está ligado a la ingesta excesiva de sólidos, líquidos o gases en el sistema digestivo.

La licenciada en Nutrición Ivana Chinelli afirma que “muchas veces está ligado al tipo de dieta o a nuestros hábitos alimenticios”.

5 tips para evitarla

Reducir porciones: una de las razones puede ser comer de más al achicar el tamaño de las ingestas ayudaremos a revertir el problema.
Olvidarse de las gaseosas: las burbujas liberan dióxido de carbono en el estómago generando hinchazón.
Sí al Té: boldo, manzanilla, jengibre y menta son los más recomendados para la indigestión porque reducen la inflamación.
Moderar el consumo de fibra: si nos excedemos en la cantidad puede producir inflamación de vientre.
Tomar agua: el agua ayuda a limpiar el organismo y al no contener gas no produce inflamación.

La actividad física influye

Por su parte, el especialista en Nutricion y Entrenamiento Deportivo Jorge Andrea sostiene que para tener la panza chata “el primer paso es ir al médico para que nos ayude a lograr una buena salud intestinal. El segundo evitar procesados y por último continuar con el entrenamiento físico”.

“Para lograr un vientre plano se tiene que tener un porcentaje graso bajo en las mujeres no más de un 20% en hombres 15%” agrega.

“Es necesario mejorar la calidad de la alimentación sin hacer una restricción calórica muy severa porque el cuerpo lo toma como una agresión y disminuye la producción de hormonas. Por ende, cae el gasto y disminuye la masa muscular”.

El entrenamiento completo

Fuerza para mantener la masa muscular.
Hit y/o cardio para aumentar el gasto.
Trabajo de core (zona media) para que cuando disminuya la grasa abdominal la zona media tenga tonicidad.