La estilista Margarita Beyfeld define al frizz como “un daño causado por tratamientos químicos como color, decolaración o alisados; mecánicos como secadores, bucleras y planchitas o genética, dada por un pelo con rulos o naturalmente poroso”.

Para identificar el frizz basta con distinguir si:

El daño está en la cutícula.
El daño está en el interior del cabello.
Si el pelo es seco o tiene ondas naturales.
También puede ser producto de un nuevo crecimiento post caída producido por: estrés o lactancia, por ejemplo.

Consejos para controlar el frizz

Evitar lavar el pelo con agua muy caliente: la temperatura ideal debe ser ambiente, el calor abre la cutícula y produce más frizz.
Evitar lavar el pelo todos los días: el agua puede tener componentes como cloro, sarro y arsénico que dañan el pelo.
No frotar el pelo con la toalla después de lavarlo porque produce una apertura de las cutículas y eso genera mayor frizz.
Evitar el uso de secador y planchita.
No irse a la cama con el pelo húmedo.
Cuidar el cabello con el uso adecuado de shampoo, acondicionador, máscara y un producto de peinado.
Masajear el acondicionador: en los largos cerrando la cutícula. El producto hace mejor su trabajo si está aplicado mechón por mechón.
Elegir tinturas sin amoníaco para proteger el interior y exterior del pelo.
Renovar el corte de pelo cada dos meses ayuda a reducir el frizz.
Desenredar el pelo en la ducha con el acondicionador aplicado.

Los NO del pelo en casa

No aplicar coloración en casa para emparejar el color.
Ante la necesidad de un cambio de look recurrir a un experto que realice un corte de pelo acorde a la porosidad, grosor y forma de pelo.
Es imposible hacerse un balayage en casa dado que se trata de un procedimiento complejo.