Especialistas advierten que "no hay que ir a tomar sol, solo hacer actividad física al aire libre con protección"
La doctora Ana De Pablo, dermatóloga y subjefa de dermatología del Hospital Austral, sostuvo que exponerse al sol para broncearse, incluso usando protector, acelera el envejecimiento de la piel y aumenta el riesgo de cáncer.
La exposición al sol, es decir, “tirarse a tomar sol” aunque sea con protector o pantalla, está mal. Así lo aseguran los especialistas al remarcar que esa práctica puede provocar envejecimiento prematuro de la piel y aumentar la posibilidad de cáncer cutáneo.
La doctora Ana De Pablo, dermatóloga y subjefa de dermatología del Hospital Austral, explicó en diálogo con Radio Mitre que, en primer lugar, “hay que saber que el daño que produce la radiación ultravioleta, que es parte de las radiaciones del sol, puede ser agudo -como la quemadura- pero también acumulativo y crónico”.
Ese daño progresivo en la piel puede favorecer el desarrollo de cáncer cutáneo, además de generar envejecimiento prematuro, aparición de manchas, color irregular y otras consecuencias. “La cultura de ir a tomar sol, eso hay que evitarlo”, advirtió la especialista.
Actividad física al aire libre con protección
En tanto, la médica aclaró que realizar deportes o recreación al aire libre es posible, siempre que se adopten cuidados. “Si uno disfruta jugar al tenis, salir a caminar o hacer deporte, debe utilizar medidas de protección: usar una visera, ropa que cubra y, en las zonas descubiertas, aplicar protector solar. Este debe colocarse al menos media hora antes de la exposición y, en caso de transpirar mucho, reaplicarse cada dos horas”, señaló.
Graduación del protector solar
El factor mínimo recomendado, detalló De Pablo, es FPS 30, y debe aclarar que cubre rayos UVB y UVA. Y advirtió: “El protector no es para tomar sol. Es para protegerse del daño que provoca el sol”.
En ese sentido, recomendó que al salir del mar, río, laguna o pileta, no hay que secarse al sol directo, sino buscar la sombra de un árbol o sombrilla. “De ninguna manera tirarse en una reposera al rayo directo. Esa mala costumbre de tomar sol una hora de frente y otra de espalda para estar ‘parejito’ se acumula con los años”, subrayó.
Además, explicó que mucha gente cree que el bronceado es saludable, cuando en realidad es una respuesta de la piel al daño solar. “Cuando el sol daña las células, producen más melanina para defenderse. Eso genera el bronceado, que intenta reparar el daño, pero llega un momento en que la reparación ya no es posible y las células empiezan a crecer en forma desordenada, lo que puede derivar en lesiones precancerosas o cancerosas. La moda debería ser no estar bronceado”, enfatizó.
¿Se puede hacer actividad al aire libre?
Sí, pero con cuidados. La dermatóloga recordó que “ningún protector protege al 100%. Aunque diga 100, no significa que ningún rayo llega a la piel”. Por eso, es necesario evitar el sol en los horarios de mayor intensidad: entre las 10 y las 16.
Bloqueador o protector solar
Consultada sobre la diferencia entre bloqueador y protector, aclaró que no existe tal distinción. “Son todos nombres comerciales. Los protectores contienen filtros que pueden ser de origen orgánico o inorgánico, que hacen que la luz se refracte al llegar a la piel. Parte de esa energía penetra igual y daña las estructuras, pero el producto asegura una protección aceptable y mundialmente reconocida. Aplicándolo cada dos horas se aumenta la eficacia frente a no usar nada”, indicó.
Vitamina D: cómo obtenerla sin dañar la piel
Respecto a la síntesis de vitamina D, explicó que no es necesario exponerse de forma prolongada ni sin protección. “Con 15 minutos de sol potente, tres veces por semana, en una superficie equivalente al tamaño de la cara, alcanza para evitar el déficit. No hace falta exponer todo el cuerpo”, remarcó.
Finalmente, recordó que, “mínimamente a las dos horas de haberse colocado el protector y estando al aire libre, debería reaplicarse para que no pierda su eficacia”.
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