El último gesto de Francisco: donó su papamóvil para convertirlo en ambulancia para niños de Gaza
Antes de morir, el Papa dejó indicado que su vehículo fuera adaptado para brindar atención médica en la Franja, donde el sistema sanitario colapsó. Cáritas ya trabaja en su transformación.
El papa Francisco dejó un mensaje final de solidaridad con los más vulnerables: donó su papamóvil para que sea transformado en una ambulancia que brindará atención médica a niños en Gaza, una zona devastada por el conflicto y con un sistema sanitario prácticamente colapsado.
El vehículo, que será operado por un conductor y personal médico especializado, estará equipado con herramientas de diagnóstico, tratamiento y vacunación, incluyendo pruebas rápidas para infecciones, kits de sutura, jeringas, oxígeno y un refrigerador para medicamentos.
La unidad móvil fue puesta a disposición de Cáritas Jerusalén, que ya trabaja en su adaptación junto a Cáritas Suecia. “Con este vehículo podremos llegar a los niños que actualmente no tienen acceso a la salud”, expresó Peter Brune, secretario general de Cáritas Suecia.
Desde hace más de dos meses, el ingreso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza está bloqueado por el ejército israelí, lo que ha agravado la situación sanitaria, en especial entre los niños, que enfrentan cuadros de desnutrición e infecciones sin atención adecuada.
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“Este vehículo representa el amor y la cercanía que el pontífice argentino mostró hacia los más vulnerables”, señaló Anton Asfar, secretario general de Cáritas Jerusalén, quien también pidió un alto el fuego inmediato y duradero.
Cáritas Jerusalén ya opera con 14 equipos médicos en Gaza, doce en el sur y dos en la ciudad, y espera que esta nueva ambulancia amplíe su alcance.
En paralelo, el Vaticano continúa enviando ayuda humanitaria a Ucrania, con más de 130 cargamentos de alimentos, medicinas y productos de higiene, muchos de ellos gestionados personalmente por el cardenal Konrad Krajewski. “Lo más grande que Francisco hizo por nosotros fue no permitir que nuestra esperanza se apagara jamás”, expresó el padre Marco Yaroslav Semehen desde Roma.
Fuente: DIB
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