El genio que descubrió cómo ganar siempre en la ruleta utilizando la física
Decenas de jugadores han intentado descifrar su lógica por medio de sistemas matemáticos, secuencias de apuestas y, claro, amuletos de la suerte.
La ruleta es conocida por ser un juego indomable, un verdadero torbellino de posibilidades donde la fortuna es la única reina. Aun así, a lo largo de la historia, decenas de jugadores han intentado descifrar su lógica por medio de sistemas matemáticos, secuencias de apuestas y, claro, amuletos de la suerte. Pero, a pesar de todos los esfuerzos, el azar siempre gana.
Sin embargo, un profesor australiano, experto en matemáticas y física, ha querido cambiar la historia con algo más poderoso… la propia ciencia.
De acuerdo con su trabajo, la ruleta no es tan aleatoria como pensamos y, de hecho, se puede inclinar la balanza a favor del jugador.
La física de un caos controlado
Michael Small, profesor de la Universidad de Australia Occidental, junto a su colega, el Dr. Norbert Schiller, ha publicado un estudio que, como mencionamos, afirma que el resultado de una ruleta no es un evento puramente aleatorio, sino el resultado de un sistema físico, y como cualquier otro, está gobernado por leyes predecibles.
A diferencia de los sistemas de apuestas populares, como aquellos que indican que se debe duplicar la apuesta tras cada pérdida o los que implican apostar a una serie de números específicos, el método de Small no se enfoca en nada de esto, sino que lo que busca es predecir el resultado.
Para ello se toman factores tan complejos como la velocidad inicial de la bola, la velocidad de rotación del cilindro de la ruleta, la fricción del aire y el punto exacto en el que la bola comienza a descender y a rebotar en los trastes.
¿Cómo funciona el sistema que logra predecir el resultado de la ruleta?
Sin embargo, si estabas pensando en aplicar este truco de ruleta en vivo de casinos online seguros y legales como este, pues, lamentamos informarte que se requiere de tecnología moderna y una aplicación precisa de la física para que el sistema funcione.
Además, el primer paso es registrar el juego, y para ello se utiliza una cámara que grabe la ruleta justo después de que el croupier lance la bola. Así, un software o incluso la inteligencia artificial –que actualmente es tan avanzada que permite incluso la creación de medicamentos–se encarga de analizar el video y medir cuántas veces la bola y un punto fijo del cilindro. Pasan por un mismo punto de referencia en un periodo de tiempo, y esto permite calcular la velocidad de ambos elementos con una precisión impresionante.
Finalmente, con estos datos, y conociendo las propiedades físicas de la ruleta (su inclinación, la fricción, etc.), el modelo físico predice el momento en que la bola perderá energía y caerá desde el riel superior hacia los números.
Lo crucial aquí es que el sistema no predice un único número ganador, una hazaña casi imposible debido al caótico rebote final. En su lugar, predice con alta probabilidad el cuadrante o sector de la ruleta donde la bola aterrizará.
Gracias a que la predicción se realiza en apenas segundos, mientras la bola todavía está girando y antes de que el crupier anuncie la finalización de las apuestas, el jugador, alertado por el sistema, coloca sus fichas en todos los números que componen el sector pronosticado.
La elección basada en la física
La pregunta clave es: ¿qué números se eligen y por qué? La respuesta es que no se trata de números "calientes" o "fríos". La elección se basa enteramente en la ubicación física de los números en la rueda.
Si el sistema predice que la bola caerá en el cuadrante que contiene, por ejemplo, los números 5, 24, 16 y 33 (en una ruleta europea), el jugador apostaría a ese grupo.
Al apostar a un sector en lugar de a un solo número, las probabilidades cambian drásticamente; esto implica que, por ejemplo, en una ruleta europea, la probabilidad de acertar un número es de 1 entre 37 (aproximadamente 2.7%). El sistema de Small, según sus autores, puede identificar la mitad correcta de la ruleta en la que caerá la bola en la mayoría de las ocasiones.
Al hacer esto, la probabilidad de éxito se dispara, tanto que podría generar un retorno de inversión esperado superior al 18%, una cifra que transformaría a cualquier casino en un cajero automático para el jugador.
¿Un jaque mate para los casinos?
La teoría es sólida y ha sido probada en condiciones de laboratorio, pero llevarla a la práctica en un casino real es una historia completamente diferente.
Los casinos prohíben explícitamente el uso de cualquier dispositivo electrónico para predecir resultados, por lo que ser descubierto usando un teléfono o un ordenador oculto para este fin no resultaría en una pena de cárcel, sino en una expulsión inmediata y una prohibición de por vida del establecimiento.
Además de ello, los casinos tienen métodos de seguridad que permiten impedir este tipo de estrategias. Sin embargo, el trabajo de Michael Small lo que realmente busca demostrar es que el azar tiene fisuras y que no se trata de algo místico, sino que realmente está sujeto a las leyes de la física.
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