El club de las cinco: Napoléon + Robbie Williams +Nyad + Mafalda + Burr
Por Mex Faliero
NAPOLEÓN dirigida por Ridley Scott, con Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Rupert Everett. En los cines.
-Hay dos maneras de enfrentarse a una biografía cinematográfica, especialmente cuando se trata de un personaje tan importante como Napoleón. Una es el recorrido por los grandes hitos, una suerte de Wikipedia filmado. Otra, hacer un recorte de la vida del personaje, de un momento especial y significativo, y a partir de esa síntesis conceptualizar al personaje. Da la impresión de que Scott hace un poco las dos: recorre en sus dos horas y media (dicen que habrá una versión de cuatro horas cuando la película llegue a AppleTV) los principales hitos del militar y emperador francés, pero a la vez quiere recortarlo en su relación con Josefina, a la cual le da la carga de relevancia suficiente como para suponer que su crisis sentimental fue determinante en su trayectoria. Lo primero, el recorte, es un poco simplista y antojadizo, ya que Napoleón fue una figura mucho más relevante de lo que la película termina mostrando. Lo otro, el desamor, está mostrado con demasiada frialdad y cinismo como para que el halo trágico se nos haga carne como espectadores. Lo que queda, entonces, es un desfile bien provisto de escenografía, vestuario, efectos digitales, dos buenos intérpretes (Phoenix y Kirby) y la solvencia siempre desapasionada de Scott para filmar lo que le pongan enfrente, así sea el combate de Waterloo o un cumpleaños de 15. No está mal, pero es una película un poco a reglamento.

ROBBIE WILLIAMS (miniserie) dirigida por Joe Pearlman, con Robbie Williams. En Netflix.
-El británico Williams fue el mejor artista pop de su tiempo. Sus primeros cinco discos, entre fines de los 90’s y comienzo de los 00’s, están seguramente entre lo más brillante que el género ofreció en su historia. Sin embargo, de un día para el otro, su figura comenzó a escabullírsenos entre los dedos y desapareció del mapa. O no desapareció, pero su música comenzó a ser tan prescindible que nos aburrimos de él. Esta miniserie de cuatro episodios (producida por el interesante Asif Kapadia) recorre un poco la historia musical de Williams, desde la boys band Take That al presente, pero preferentemente busca indagar en la psiquis de un artista tan masivo como dudoso de su propio talento. Las casi cuatro horas que componen Robbie Williams son un poco arduas, porque el recorrido por 25 años de trayectoria nos deja el reflejo de un artista con continuas crisis emocionales, más allá de sus recaídas en diversas adicciones. Hay una decisión evidente por parte del director Joe Pearlman de hacer que las canciones queden en un segundo plano, aunque por momentos nos preguntamos por qué estamos mirando lo que miramos si en definitiva aquello que nos interesa del artista no está presente. Y esa es un poco la trampa y la apuesta de esta miniserie, que la vuelve tan adictiva como fallida. Lo mejor es que Williams, lejos de convertirse en un gurú de la buena conciencia, se mira a sí mismo entre horrorizado e indulgente, y eso la aleja un poco de la monserga curativa. Sólo un poco.

NYAD dirigida por Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, con Annette Bening, Jodie Foster, Rhys Ifan. En Netflix.
-Diana Nyad es una nadadora de fondo, que a los 30 años quiso cruzar a nado Cuba con Florida, 180 kilómetros de agua atestada de tiburones y otras criaturas marinas por el estilo. Pero la película no cuenta esa proeza fallida, sino otra posterior: cuando a los 60 años, retirada de la práctica de la natación y dedicada al periodismo deportivo, se empecinó con lograr lo que no pudo tres décadas atrás. Nyad transita todos los lugares comunes que la historia nos entrega en bandeja, desde el espíritu de superación de su protagonista hasta su nivel de testarudez por una empresa que no sólo parece imposible, sino además poco recomendable. Si la película triunfa es porque Vasarhelyi y Chin cuentan esta travesía sin caer en demasiados sentimentalismos ni muchos gestos de poesía audiovisual, y se ciñen claramente al drama deportivo. Pero, sobre todo, porque Bening y Foster son dos grandes intérpretes que representan cabalmente personajes con su lógica de mujeres maduras que ya no son las que eran. Sin embargo, impensadamente, quien sobresale es Ifan, en un personaje noble y de estirpe clásica, lejos de las criaturas estrambóticas que habitualmente le tocan en suerte. Y cuando la historia llegue a su fin será imposible no soltar una lágrima.

RELEYENDO A MAFALDA (miniserie) dirigida por Lorena Muñoz, con Ricardo Liniers, Maitena, Manu Ginóbili. En Disney+ y Star+.
-Mafalda, la creación de Quino, es una de las mayores invenciones de la cultura popular argentina de todos los tiempos, perteneciente a una época, los 60’s, de particular ebullición en el arte nacional. Esta miniserie documental reúne a ilustradores, humoristas gráficos, dibujantes, pero también a figuras de otras disciplinas como el deporte, quienes destacan la importancia de Mafalda y su pandilla en sus vidas. Hay quienes leen algunas de las viñetas y el clima es de celebración absoluta. No está mal, pero por momentos sabe a poco, sobre todo porque la promesa de “releer” que hace el título no se cumple. Aquí no hay relectura, en todo caso una explicación, una puesta en punto de un personaje que ha ido perdiendo en las últimas décadas la relevancia cultural que tenía. Tal vez el cometido sea ese, el de estimular a las nuevas generaciones para que regresen a Mafalda. Inconscientemente, también, sobrevuela una idea: aquella cultura popular argentina mayoritaria, pretendidamente intelectual, que era a la que le hablaba Quino, hoy está en extinción.

PAPÁS A LA ANTIGUA dirigida por Bill Burr, con Bill Burr, Bobby Cannavale, Bokeem Woodbine. En Netflix.
-Burr es un comediante salvaje. Vean si no la serie animada F is for family (también por Netflix), tal vez el retrato más descarnado de la clase media norteamericana. Sus shows de stand up son virulentos y la corrección política es su objetivo principal. Por eso generaba expectativas Papás a la antigua, comedia que marca además su debut como director de largometrajes. El centro es un trío de padres cuarentones (o cincuentones) que combaten la fragilidad típica de estos tiempos con un dejo de desprecio, sobre todo el padre que interpreta Burr, al que buscan enderezar por el lado de lo correcto. Uno espera que el actor, liberado como autor, tome la actualidad y la rompa en mil pedazos. Pero no, más bien todo lo contrario. Porque al Burr virulento le agarra un poco de culpa, y más allá de algún gestito para la tribuna, lo que hace en Papás a la antigua es registrar el viaje de un tipo desatado que encuentra las formas de ceñirse a las reglas del sistema. Es una pena desde el punto de vista de la oportunidad desaprovechada, pero especialmente porque termina siendo muy poco gracioso.