El club de las 5: Jack Black + Stellan Skarsgård + Donald Draper + John Cusack + Paul Rudd
Cinco recomendaciones (o no) para el fin de semana: “Anaconda”, “Valor sentimental”, “Mad Men”, “Alta fidelidad”, “Wet hot american summer: first day of camp”.
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ANACONDA (película) dirigida por Tom Gormican, con Jack Black, Paul Rudd, Steve Zahn. En cines.
-Cuatro amigos cuyas vidas no tomaron el camino que esperaban se reencontrarán para filmar en plena selva brasileña una secuela espiritual del clásico de la Clase B noventoso Anaconda. Con Jack Black y Paul Rudd como principal elemento de interés, esta comedia de aventuras y ligeros toques de horror consigue varias de las cosas que se propone: en primera instancia ellos dos están muy simpáticos y graciosos, lo que hace que la comedia funcione. Pero además, desde la ligereza que la constituye, hay una mirada divertida a esa línea entre la ficción y la realidad, al cine dentro del cine y, finalmente, a la apuesta por tomar decisiones de vida cuando todo parece apagarse y volverse aburrido. Anaconda no se propone ser una gran reflexión, sino apenas un entretenimiento alocado y -por momentos- desprejuiciado, pero con corazón. Una comedia como las que se hacían hace más de veinte años, cuando Black y Rudd eran intérpretes jóvenes y con esperanzas. A ellos se acoplan perfectamente Steve Zahn (ese gran actor de reparto de siempre) y Thandiwe Newton, sin olvidarnos de la gran y breve participación del brasileño Selton Mello. ¿Podría ser más alocada? Podría. Pero si miramos la comedia del presente, Anaconda tiene algo de eso que extrañamos.
VALOR SENTIMENTAL (película) dirigida por Joachim Trier, con Renate Reinsve, Stellan Skarsgård, Inga Ibsdotter Lilleaas. En cines.
-Este es uno de los dramas más celebrados del año y estará en las entregas de premios que están por venir. Valor sentimental es el regreso a esos dramas familiares nórdicos con los que Ingmar Bergman se hizo famoso y construyó una marca de fábrica, aunque podríamos decir que el director Joachim Trier tiene la habilidad para no dejarse llevar por el camino más fácil. Tenemos un director de cine consagrado, aunque con un impase de 15 años desde su última película, y dos hijas, una historiadora y la otra actriz con evidentes traumas. La muerta de la madre de las chicas y ex esposa del hombre los reunirá, en torno a una casa que será ese espacio físico en disputa. Valor sentimental es ese ida y vuelta entre reproches y pases de factura, con personajes que realizarán un viaje emocional alrededor de su propios demonios. Si la película de Trier tiene un valor, es precisamente el de nunca escalar -como es tradición del cine nórdico- hacia el lado de la sordidez y la miseria. Y, claro, las actuaciones de su trío protagónico, enormes, sensibles, implacables. Puede que Valor sentimental no sea la gran película que la temporada de premios querrá instalar, pero es sin dudas un buen ejemplo de un melodrama profesional y hecho con las mejores intenciones.
MAD MEN (serie) creada por Matthew Weiner, con Jon Hamm, Elisabeth Moss, Vincent Kartheiser. En Disney+.
-Aprovechemos que Disney+ subió todas las temporadas, para recomendarla. Cuando una serie alcanza un nivel de calidad visual, de escritura y actuaciones sin igual, sumado a una narrativa que tiene un eje pero no teme en tomar desvíos y evadirse, digo que alcanzó un estado Mad Men. La serie de Matthew Weiner es una de las más grandes creaciones televisivas del Siglo XXI (para mi gusto la mejor), y especialmente reinó en una época en la que las series eran mucho más complejas e interesantes que en esta era de las plataformas para masticar. Mad Men se mete con un grupo de creativos publicitarios en la década de los 60’s del siglo pasado y avanza por los años y por las vidas de esos personajes. Tiene un aire a Raymond Carver en su exploración existencialista de la familia norteamericana de la postguerra, sumado a una elegancia formal y un grupo personajes sólidos, y actuaciones soberbias, que convertirían en estrellas a intérpretes como Jon Hamm y Elisabeth Moss. Cada capítulo es una delicia y el arco de los personajes es notable, especialmente ese Donald Draper, resumen de cierto imaginario masculino del Siglo XX. Mad Men es perfecta hasta el final, hasta su mismísimo último plano, en el que termina de redondear el cinismo de una época que encontró en el marketing su religión.
ALTA FIDELIDAD (película) dirigida por Stephen Frears, con John Cusack, Jack Black, Todd Louiso. En Disney+.
-Ya que hablamos de Jack Black, recordemos una de las películas con la que comenzamos a quererlo. Nada más y nada menos que el clásico Alta fidelidad, basado en la novela de Nick Hornby. Alta fidelidad es una suerte de comedia romántica retorcida, que reflexiona tanto sobre el género en el cine y en la música, pero además explora aspectos de los vínculos sentimentales que trascienden la pantalla. Sigue a un tipo que recorre sus relaciones amorosas con un nivel de patetismo notable, mientras regentea empecinadamente una tienda de venta de discos bastante snob en sus modos. Entre sus empleados sobresale Black, un fanático capaz de perder una venta porque el cliente no tiene el conocimiento adecuado del artista en suerte. Black interpreta hacia el final una gran versión de Let’s get it on de Marvin Gaye, que es uno de mis momentos musicales favoritos del cine y uno de los motivos por los que hay que ver esta película.
WET HOT AMERICAN SUMMER: FIRST DAY OF CAMP (serie) creada por Michael Showalter y David Wain, con Marguerite Moreau, Zak Orth, Paul Rudd. En Netflix.
-Ya que estamos, también recomendemos una con Paul Rudd. Allá por 2001 se estrenó Wet hot american summer, una comedia absurda que nos revelaba el talento de su director, David Wain, y de un grupo de intérpretes jóvenes: una película que recuperaba además el humor de la comedia norteamericana de los 70’s y 80’s, pero con una vuelta de tuerca de modernidad. En 2015, una época en la que Netflix todavía tenía el valor de arriesgar e irse por el lado de los tomates, les dio a Wain y su socio creativo Michael Showalter la libertad para reimaginar una serie que sea como una secuela de la película, con el mismo elenco y con algunas nuevas estrellas. La serie es todo lo buena que podíamos esperar y, tal vez, mucho más. Porque el timing cómico está mucho más ajustado y porque el oficio de todos los involucrados llevó las cosas a una estadio feliz. La cantidad de disparates que se acumulan y la avalancha de chistes de todo calibre convocan a la risa constante. Tal vez no para todos los estómagos, pero sí para quienes buscan una experiencia definitivamente absurda.

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