Crece la presión para prohibir al partido ultraderechista AfD en Alemania pese a su avance electoral
A pesar de haberse convertido en la principal fuerza opositora, la AfD fue catalogada como extremista por la inteligencia alemana. El SPD busca ilegalizarla, mientras la CDU y expertos advierten sobre riesgos legales y políticos.
El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) enfrenta crecientes pedidos de prohibición, incluso cuando se consolida como la mayor fuerza de oposición en el Parlamento alemán. En mayo, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) lo clasificó formalmente como una organización extremista, lo que desató un nuevo intento político y judicial por impedir su actividad.
La AfD obtuvo un 20,8 % de los votos en las elecciones federales de febrero y llegó a liderar encuestas en abril. Su discurso anti-migrante y racista, según la BfV, representa una amenaza al orden democrático. Pese a esto, prohibir un partido en Alemania requiere un proceso judicial complejo y sin muchos precedentes.
El Partido Socialdemócrata (SPD) votó por unanimidad a favor de iniciar el procedimiento, aunque la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que lidera el Gobierno de coalición, expresó cautela. “Es una medida de último recurso”, recordó el constitucionalista Till Holterhus, quien alertó que un fallo adverso podría victimizar al partido y aumentar su respaldo.
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La legislación alemana permite la prohibición de partidos si se prueba que actúan de forma “activamente beligerante” y si representan una amenaza real a la democracia (principio de “potencialidad”). La AfD ya cumple este segundo criterio, según expertos.
En caso de que el Tribunal Constitucional Federal declare inconstitucional al partido, la AfD perdería sus 152 bancas en el Parlamento, y quedaría prohibida su reorganización bajo otro nombre.
Desde el entorno de Donald Trump, aliado ideológico de la AfD, ya hubo críticas al intento de proscripción. Figuras como J.D. Vance y Marco Rubio cuestionaron la decisión alemana, y Elon Musk llegó a apoyar abiertamente a la AfD en campaña.
A pesar de las protestas sociales y los llamados al Congreso, muchos temen que prohibir al partido pueda desencadenar un efecto contrario: radicalización, victimización y mayor visibilidad.
Fuente: CNN
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