Comerciantes del centro atienden con la persiana baja por la inseguridad
Es una de las acciones que realizan ante los constantes delitos, pero también por situaciones de violencia que se viven en la calle y que muchas veces repercuten contra sus instalaciones.
Comerciantes del centro viene reclamando desde hace tiempo mayores medidas de inseguridad, ante hechos delictivos de los que son víctimas y hasta de situaciones violentas que se viven en la calle y que muchas veces repercuten contra sus instalaciones, como se vio la semana pasada en un kiosco de Moreno y Entre Ríos. En ese marco, una de las acciones que realizan es atender con sus persianas bajas desde el atardecer y mucho antes de cerrar su comercio.
Sofía, quien tiene un comercio en la zona de Rivadavia y San Luis, tomó esa medida: “Esto después de las 18:00 es tierra de nadie. Es decir, ayer a las 18:30, cuando ya había oscurecido, decidí bajar mi persiana cuando mi horario de cierre es a las 20:00”, explicó en diálogo con Los datos del día por Radio Mitre Mar del Plata.
Tras a asegurar que los hechos delictivos se dan “constantemente”, reconoció que si bien ella nunca fue hasta ahora víctima de un robo, sí conoció de episodios “en la zona, en los grupos de Whatsapp en los que estoy, que todos nos alertamos para darnos seguridad a nosotros mismos”.
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No obstante, hoy mismo fue protagonista de un episodio en el que persiguió a un delincuente unas cuadras, hasta que dio con un policía que detuvo al sujeto. “Ingresó con un utensilio de cocina tipo pelapapa y otro en punta y me ofrecí a atenderlo, a lo que me dijo ‘no me ayudes en nada’. Noté algo raro y se demoró durante unos minutos y se fue”, comentó.
Sin embargo, la mujer decidió dejar a su padre a cargo del local y seguir al sujeto para evitar que otro comerciante sufra su accionar. Antes de que ingrese en una galería céntrica, pudo dar con un policía que demoró al sospechoso y “le encontró ropa metida en un Montgomery negro y un pelapapa y otro aparato en punta como para dañar”.
Sobre la presencia policial, Sofía confió que “es algo que se pide hace más de un año y se ve poco” y remarcó que este episodio en su comercio “sucedió a las 13:15” como para resaltar que ya no hay hora del día en el que los delincuentes realizan su tarea.
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Evidentemente conmocionada, la comerciante trazó un panorama de lo que sucede: “Las caras son rarísimas, se pelean porque uno le roba una campera al otro, y a mí nadie me protege si se me meten en el local, si se pelean en el hall de acceso”.
Por eso es que decidió, cuando cae el sol, atender con la persiana puesta “para que te des una idea de lo que estamos viviendo y de que no hay seguridad en la zona”.
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