Comenzó el operativo de seguridad para que se dispute la Superfinal
El operativo de seguridad en torno al Estadio Monumental del barrio porteño de Núñez ya comenzó a ser desplegado, pese a las dudas que aún persisten sobre la disputada de la segunda final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, que fue reprogramada para este domingo a las 17 luego de las graves agresiones sufridas por el plantel xeneise.
Tras los incidentes de este sábado, el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño decidió agregar más de 400 policías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para reforzar la custodia del Superclásico, que la Conmebol pautó para las 17 luego de un "pacto de caballeros" al que llegaron con las dirigencias de ambos clubes y que firmaron el presidente de la Confederación Sudamericana, Alejandro Domínguez, y los presidentes de Boca y de River, Daniel Angelici y Rodolfo D'Onofrio.
Sin embargo, los jugadores y el cuerpo técnico de Boca no quieren jugar el partido, ya que aseguran que están en inferioridad de condiciones luego de la lesión que sufrió el capitán del equipo, Pablo Pérez, en la córnea de uno de sus ojos a causa de una astilla de los vidrios del micro que rompieron a pedradas algunos hinchas de River. El mediocampista -que es titular en el esquema de Guillermo Barros Schelotto- no tiene aún el alta médica.
El encuentro fue suspendido este sábado por los violentos incidentes ocurridos en los alrededores del estadio Monumental, cuando un grupo de hinchas de River atacó con piedras y botellas al micro en el que viajaban los futbolistas del equipo rival, provocó rotura de vidrios y heridas a varios jugadores.
Fuentes policiales revelaron que en las últimas horas se pidieron "unos 10 uniformados promedio por comisaría", entre las 15 comunales y las 28 vecinales que hay en la Capital Federal (los que totalizan unos 430 policías) y que a ellos habrá que sumarle algunos más de Prefectura Naval y Policía Federal para superar los 2700 uniformados abocados a la final de la Copa Libertadores de América.
Para el encuentro de ayer hubo 1300 efectivos entre integrantes de la Ciudad, de la Policía Federal y de Prefectura Naval, y 900 empleados de seguridad privada, que totalizaron unos 2200. Sin embargo, tras los incidentes los funcionarios de Seguridad de la Ciudad pidieron refuerzos.
Por su parte, voceros policiales explicaron que los uniformados que se sumarán al operativo no serán aquellos afectados a la tarea diaria de vigilancia en los barrios de la Capital Federal, sino los que estén en franco de servicio, de acuerdo con lo publicado por la agencia de noticias NA.