Abbey Road, la verdadera despedida de The Beatles, cumple un nuevo aniversario
El 26 de septiembre de 1969 llegaba a las disquerías de Inglaterra Abbey Road, el último álbum grabado por The Beatles, aunque fuera editado antes que Let It Be. A más de medio siglo de su lanzamiento, el disco sigue siendo considerado una obra maestra y un hito en la historia de la música popular.
Por Marcelo Gobello
Grabado en los míticos estudios de Emi (conocidos como Abbey Road por su locación) de Londres, entre abril y agosto de ese año, el estudio no solo prestó su nombre a la placa sino que también quedó inmortalizado en su portada, una de las más icónicas de todos los tiempos: los cuatro Beatles cruzando la calle frente al mismo, imagen que se convirtió en objeto de culto, inspiración de incontables homenajes y centro de peregrinaje de los fans de la banda.
En 1969 la relación entre John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr atravesaba momentos de fuerte tensión, las fricciones personales eran evidentes. Lennon estaba cada vez más volcado a su relación con Yoko Ono y a sus proyectos solistas; McCartney buscaba mantener unido al grupo con nuevas ideas; Harrison reclamaba mayor espacio como compositor tras años de relego; y Ringo, siempre mediador, sufría la presión de las divisiones internas. Sin embargo, bajo la conducción de Martin lograron algo milagroso: concentrarse en el arte y cerrar la historia de la banda con altura. El resultado fue un álbum que no solo resistió el paso del tiempo, sino que se consolidó como uno de los discos más influyentes de la música del siglo XX. Después del controvertido proyecto Get Back (luego transformado en Let It Be) de enero de ese año, pactaron una suerte de tregua creativa y lograron dejar de lado las disputas para entregar un trabajo de enorme sofisticación y cohesión sonora. Abbey Road fue, en muchos sentidos, una despedida consciente, un intento de cerrar la historia con altura artística. El álbum presenta una amplitud estilística que condensa la madurez de la banda. Harrison aporta dos de sus mejores composiciones: Something —una de las baladas más hermosas del siglo XX— y Here Comes the Sun, optimista y luminosa. Lennon suma piezas de vanguardia y rock áspero como Come Together y I Want You (She’s So Heavy). McCartney despliega su talento melódico en Oh! Darling y en el inolvidable medley de la segunda cara, una suite de canciones enlazadas que culmina con The End, donde los cuatro Beatles participan en un histórico intercambio de solos. El uso de sintetizadores Moog, técnicas de grabación innovadoras y arreglos orquestales refinados marcaron el carácter experimental del disco, sin perder la frescura que caracterizaba al grupo.
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George Harrison y Paul McCartney durante la grabación de ABBEY ROAD
Abbey Road fue recibido con entusiasmo inmediato: encabezó las listas de ventas en Reino Unido y Estados Unidos, y con el tiempo se consolidó como uno de los discos más influyentes de la música moderna. Críticos y músicos lo consideran una clase magistral de producción, composición e interpretación. Hoy, más de cinco décadas después de su lanzamiento, Abbey Road no es solo un álbum: es un símbolo de la creatividad y la reinvención constante de The Beatles, el testimonio de cómo, incluso en medio de rupturas y diferencias, la genialidad pudo prevalecer.
El cruce peatonal frente al estudio sigue siendo lugar de peregrinación para fanáticos de todo el mundo, y cada aniversario recuerda que aquel 26 de septiembre de 1969 no solo salió un disco: nació una leyenda.
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