Zona Roja: "A nadie le gustaría tener personas ofreciendo sexo en la puerta de sus casas"
El conflicto por la relocalización de la Zona Roja pisa fuertemente tanto dentro del Concejo Deliberante como en diversos barrios de la ciudad.
Desde distintos sectores, reclaman que la ubicación elegida fue una decisión arbitraria e inconsulta con los vecinos de la zona y con las trabajadoras sexuales que ejercen en la ciudad.
En este marco, el secretario de seguridad Martín Ferlauto, manifestó: "Nosotros estamos convencidos de que ya fuimos a un proceso de debate en donde de una forma muy madura los vecinos de la ciudad han definido que no se puede ejercer la prostitución en la puerta de las casas de vecinos frentistas con residencia domiciliaria".
Asimismo, aseguró: "Este proceso que estuvo enriquecido por audiencias públicas es ley, la vamos a hacer cumplir y a extremar todas las medidas porque tiene que ver con la empatía con los vecinos".
"Tenemos que reconocer que a nadie le gustaría tener personas ofreciendo sexo en la puerta de sus casas. Hemos tomado la decisión después de tantos años en la ciudad y no vamos a aflojar en la voluntad de que se cumpla esta ordenanza que tanto costó y significa un avance histórico para los vecinos de la ciudad", continuó.
Además de la ordenanza, hay "un decreto municipal dictado por el Intendente donde establece la zona donde se puede ejercer la actividad, que no es ilícita, no está prohibida por contravención provincial y tampoco es un delito penal, esto es importante porque hay mucha gente que no lo sabe".
En esta línea, afirmó que a partir del sábado "va a haber operativos de prevención en distintos lugares de la ciudad y un canal de denuncias a través de WhatsApp de forma totalmente anónima que es el 2234368599 que donde los vecinos que sufran esta actividad en zonas no habilitadas, van a tener la posibilidad de denunciar".
Por último, se refirió a las penalidades: " El arresto es una medida completamente excepcional, pero sí aquellas personas que no cumplan con la ordenanza, van a ser multadas. Siempre que uno dicta una ordenanza pretende que se cumpla y no llegar a la situación de la sanción, siempre uno intenta ir por el lado de la disuasión o persuasión, pero si eso fracasa, la sensación es inevitable".