Una final que no empaña, ratifica
El Sub 20 argentino perdió la Copa del Mundo ante Marruecos, con un 2 a 0 que sentenció el crecimiento de los africanos.
Aunque también ratificó el presente de las selecciones argentinas. Un gen que recuperó nuestro fútbol: se había perdido luego de la Era Pekerman y volvió a relucir con sus hijos futbolísticos. Regresaron a las bases Scaloni, Aimar, Samuel y Placente. Este último llevó a una camada de talentos a la semifinal del Mundial Sub 17 (perdieron con Alemania sufriendo un gol en el último minuto) y a la definición Sub 20, sin Mastantuono y Echeverri (las estrellas de la categoría 2005).
Pero, del otro lado, Marruecos selló una nueva página en su pasaporte hacia la élite del fútbol mundial. Medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París (Sub 23) y cuarto puesto en el Mundial de Qatar (Mayores), están recogiendo los frutos de un minucioso trabajo de su federación y hasta del gobierno nacional.
Es una cuestión de Estado. Marruecos rastreó hijos de marroquíes en diferentes partes del mundo, fundamentalmente Europa, y los reclutó bajo la seducción del sentido de pertenencia. Ergo, en Marruecos la religión le da un lugar preponderante a las madres. Vaya paradoja, en el día de ellas en Argentina, Marruecos dio el golpe y Othmane Maamma (nacido en Francia pero jugando para los africanos) fue la figura del campeonato y de la final.
Dos proyectos diferentes: el valor histórico que recuperó la Argentina y que mostró con orgullo en este torneo y la revolución de los marroquíes y un sentimiento que los unió con la planificación de sus dirigentes, para conseguir grandes resultados hasta levantar la copa. Caminos que, seguramente, tendrán que seguir ambos países en el fútbol. Que así sea en nuestras tierras.
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión