Un marplatense en Italia: "Si decis que sos argentino te abren los brazos"
Por Mariano Pirruccio
A la redacción de El Marplatense, llegan todas las semanas historias de vecinos de nuestra ciudad, que se encuentran por alguna parte del mundo y que cuentan los pros y contras de animarse a dejar a familiares, amigos y afectos, para apostar a una vida mejor, fuera de las fronteras nacionales.
Este es el caso de Omar Brahim, un marplatense de 34 años quien desde hace tan solo 3 meses se encuentra en Figline e Incisa Valdarno, un pequeño pueblo ubicado cerca de Florencia en la región italiana de Toscana, a donde arribó con el objetivo de concretar su trámites de ciudadanía para lograr cumplir su sueño de niño; "vivir viajando".
"Siempre de chico quise conocer Europa, es un sueño que intento cumplir, poder recorrer todo el mundo. Para eso, necesito tener la ciudadanía Italiana, y como en Mar del Plata intenté realizarla durante muchos años sin éxito, vi la posibilidad de conocer y tramitarla acá".
Omar en la catedral de Florencia
A la primera ciudad que arribé fue a Pescara, donde comencé a trabajar 9 horas al día en un bar, por $1300 euros. Ese es el básico por 6 horas. En este momento trabajo en otro bar y hago 10 horas por día en promedio por $1500, es un poco mejor. Esto no es porque yo soy extranjero, acá es igual para todos. Lo que si, los chicos acá no quieren trabajar y eso facilita mucho al que viene de afuera con ganas de progresar porque tenés mucho trabajo. Este sueldo me super alcanza para todos mis gastos y salidas, pero le tengo que meter 10 horas".
¿ El desarraigo fue difícil ?
Yo el desapego lo realicé yendo a vivir unos años a la Patagonia, en donde trabajé en una estación de servicio por algunos años, lejos de mi familia. Por ahora estamos en la etapa en que todo es nuevo, todavía no nos pegó la distancia. Creo que en algún momento me va a pegar como me pasó en el sur.
¿Cómo fue el recibimiento cuando llegaste?
Curiosamente me recibió un marplatense que vive hace 34 años acá, tiene 78 años y emigró con toda su familia a Italia. El recibimiento que nos dió, a mi y a Flor, mi mujer, nos hizo sentir como en casa. Todas las personas que conocimos acá nos ayudaron en todo; nos dieron una mano para conseguir alquiler, para buscar trabajo. Eso tienen.
Lo primero que te dicen al escucharte es '¡español!'. Cuando les digo que soy argentino, les cambia la cara, se ponen alegres. Te hacen chistes, siempre con buena onda. Ahora si vos le decís soy español, te ponen distancia. Pero si le decís que sos argentino te abren los brazos eso nos pasó a nosotros con el 90% de las personas no te digo el 100 porque hay casos especiales pero el 90% fueron todos así; todos Maradona lo primero que dicen, no te nombran ni al Papa ni a Messi.
¿Algo negativo hasta el momento de la experiencia?
En un principio, para conseguir trabajo es como que te apuran para aprender el idioma. Nosotros vinimos sin saber hablar bien italiano. Acá te hablan en italiano y rápido, y cada región tiene su dialecto y a veces no se entiende. Ese fue el primer choque.
Los viñedos de la Toscana
Otro toma fue encontrar alojamiento, no encontrábamos alquileres baratos. Eran muy caros. Tenes que recorrer y consultar bastante, porque depende de la ciudad, ya que en temporada de verano suben los precios. Fue de gran ayuda la gente de acá que te recomendaba a propietarios para alquilar.
¿ Pensas volver al país ?
No pienso volver a Argentina, por lo menos por ahora no. Amo mi país y me gustaría volver en algún momento, porque como Argentina no hay, pero mi sueño es recorrer el mundo y primero voy a hacer eso. Si puedo trabajar acá y vivir en Italia hasta que me jubile, lo voy a hacer. A lo mejor vuelva para allá, para terminar en Argentina porque lo sigo diciendo y a todos a donde voy, como la argentina no hay".