Silvina Oudshoorn, la terapeuta que escribe, acompaña y milita por la alegría
Terapeuta ocupacional, docente e investigadora en cuidados paliativos, la marplatense fundó una red de apoyo a niños con cáncer y a través de sus libros, charlas y acompañamientos, impulsa una forma de vivir y cuidar.
Silvina Oudshoorn es terapeuta ocupacional, docente e investigadora en cuidados paliativos. Fue directora de PAANET, una red de apoyo a niños y adolescentes con cáncer en Mar del Plata, y se define a sí misma como una “fiel militante de la sonrisa”. Escritora y conferencista TEDx, su trabajo se mueve entre el saber técnico y la sensibilidad profunda por la vida, incluso en los momentos más difíciles.
“Muchas veces nuestro cerebro nos juega malas pasadas. Siempre buscamos las cosas malas que suceden”, reflexionó en Los datos del día, durante una charla en la que compartió su mirada sobre cómo acompañar a personas con enfermedades graves. “Si vos obligás a tu cabeza a buscar aquellas cosas que te generan placer, automáticamente vas a encontrar una sonrisa y te la vas a marcar”, dijo.
Y reveló un truco simple para esos días en los que no hay ánimo: “Agarrá una lapicera, te lo ponés en la boca, y los músculos de la cara le van a estar avisando al cerebro: ‘te estás riendo’, entonces generás tus propias endorfinas”.
A lo largo de su carrera, Oudshoorn transitó un camino profesional muy ligado a lo físico, pero con el tiempo descubrió algo fundamental: “Me formé para reparar lo roto, pero después me di cuenta de que las personas no estamos rotas. Hay personas que tienen cáncer u otras enfermedades gravísimas, pero todavía están vivas. Y tienen muchas cosas que sí están sanas”.
Esta convicción la llevó a profundizar una perspectiva integral del ser humano: “Tenemos cuatro dimensiones: somos bio, psico, sociales y espirituales. Y lo espiritual no es necesariamente religioso, sino que es lo que te conecta con tu propósito, con tu sentido de vida”.
Sobre su infancia en Neuquén, rodeada de naturaleza, y su formación en Mar del Plata, dijo que ese contacto con el entorno natural le dio una base que hoy se traduce en herramientas para afrontar el presente con creatividad y resiliencia: “Soy una persona muy lúdica, me gusta experimentar y probar maneras nuevas de hacer las cosas. Aunque tenga 61 años, creo que voy a seguir siendo niña toda la vida”.
Consultada por el motor de todo lo que hace, la terapeuta ocupacional no dudó: “Lo único que tenemos seguro es el hoy. Entonces, si estoy disfrutando el hoy, lo hago por mí, pero también lo hago para que le haga bien al otro y al mundo. Si cumple con esos tres requisitos, lo hago. Si no, recapitulo. Pero disfrutar, siempre”.
La docente comparte reflexiones, historias y fragmentos de sus libros en redes sociales. Aunque su apellido es complejo de escribir, aseguró con humor que en Instagram basta con buscar “Silvina” y unas pocas letras para encontrarla: “Con que ya pongas ‘oud’, te manda directo”. La pueden encontrar como @silvinaoudshoorn.
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Su mensaje final es tan simple como profundo: “Disfrutar es una forma de dejar huella. Y yo no estoy dispuesta a malgastar ni un solo segundo de mi vida. Entonces, lo escribo, lo hablo, lo comunico y se lo digo a cuánta persona se me acerque. Entonces, cuanto más sonrisas vea, se que estoy por el buen camino”.
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