Santi, un marplatense que atraviesa una situación crítica y IOMA no le autoriza prestaciones básicas
Tiene 30 años y nació con una patología neurodegenerativa medular. Es trasplantado y electrodependiente y necesita hacerse estudios con urgencia.
La situación de Santi, un marplatense de 30 años que nació con una patología neurodegenerativa medular, es trasplantado y electrodependiente, se ha vuelto crítica. Requiere cuidados permanentes y tratamientos esenciales que deberían estar garantizados, pero que la cobertura de IOMA resulta insuficiente. Julieta Torres, su madre, contó a El Marplatense que “hace más de una semana que estoy rogando por un estudio de oído que no autorizan”.
Hasta sus adolescencia, Santi hizo una vida “dentro de todo normal”, cuenta su madre. Pero con el paso del tiempo, su situación se ha agravado y cada día que pasa “su patología avanza a pasos gigantes con internación domiciliaria intensiva”. Ingresó más de 70 veces a quirófano y necesita estudios que no reciben la cobertura adecuada.
El reclamo apunta a IOMA, que continúa sin autorizar prestaciones básicas: no aprueba las plantillas ortopédicas indispensables, sigue pendiente la entrega de la silla de ruedas y de la prótesis -tras haber perdido su pierna izquierda- y tampoco habilita un estudio de otorrinolaringología de altísimo costo. A esto se suma que los tratamientos habituales permanecen sin autorización, obligando a la familia a afrontar cada gasto de manera particular, una situación imposible de sostener.
“IOMA siempre estuvo mal. En 2023 cortó la Clínica Colón, dejándolo a la deriva con un diagnóstico devastador. Empezó la odisea de denuncias. Llegamos al HPC, todo bien cubriendo desde consultas y estudios. De la noche a la mañana se cortó todo, rogando por favor que autoricen”, relata Julieta el drama que atraviesan.
La situación es alarmante. Cuando no se envía el traslado, Santi y su madre deben caminar 80 cuadras para asistir a los controles médicos. Julieta enfrenta todo completamente sola, alquilando y con una carga económica que ninguna familia podría soportar. Para cubrir parte de los gastos, se ve obligada a organizar y vender rifas de manera periódica.
Hoy Santi necesita realizarse un estudio que cuesta $300.000, pero además cada consulta -si no está autorizada- sale entre $18.000 a $31.000. Y esto se acrecienta si tiene que ser atendido en la guardia. Por eso requieren la ayuda de la sociedad, ya sea con la compra de rifas o con un simple aporte que se puede hacer al alias losgladiadores.2328. También piden ayuda con alimentos salados o dulces: quienes puedan ayudar, deben comunicarse a través del Instagram que aparece arriba o a través del WhatsApp 2235250251.
Con desesperación, Julieta define lo que viven y la bronca ante la falta de respuestas de IOMA: “Decime cómo se vive si mandás un mail o lo que sea y nadie, absolutamente nadie, te contesta o te da respuesta. Y así van cortando insumos, medicamentos”.

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