Por qué Mar del Plata siempre es ideal para una escapada de fin de semana
No hace falta que sea un fin de semana largo o que lleguen las vacaciones. Para una escapada de descanso y desconectarse unos días de la rutina en la ciudad, Mar del Plata es el clásico que tiene de todo para ofrecer en cualquier momento del año.
¿Qué hace de La Feliz el destino ideal del miniturismo? Es su combinación de propuestas culturales, gastronómicas, recreativas y naturales, que abarca todos los gustos y edades. Mar del Plata tiene todo lo necesario para divertirse, descansar y disfrutar de buenos momentos ya sea en familia, con amigos, en pareja o solo.
La playa no descansa en ningún momento del año y cualquiera sea la estación, invita a ser visitada. Llegar, pisar la arena descalzo y mojar los pies en el mar o, al menos, caminar por la orilla, se convierte en una parada obligada en la estadía.
Por supuesto no se agota ahí el contacto con la naturaleza y el aire libre. Hay varios puntos que se destacan por su entorno natural y tranquilo, como la zona de Chapadmalal, al sur de la ciudad, un paradisíaco lugar que se erige entre dunas, mar y acantilados y que asegura una total desconexión.
Otra parada es la zona de Laguna y Sierra de los Padres, ideal para quienes buscan alejarse un poco del paisaje marítimo. El entorno de bosques de araucarias y montes de eucalipto hacen de la laguna un escenario único para pescar, practicar remo y canotaje o simplemente pasear. Por su parte, Sierra de los Padres, complementa los asombrosos paisajes serranos y de campos cultivados con establecimientos recreativos y gastronómicos.
Si hablamos de gastronomía, Mar del Plata abarca todos los paladares. El primer imperdible de los almuerzos y cenas suelen ser los platos de pescados y mariscos, pero también hay que probar las carnes acompañadas con verduras y hortalizas cultivadas en la zona.
Al momento de desayunar o merendar, las medialunas y los churros son una tradición. Mientras que a la hora del postre aparecen los tradicionales alfajores marplatenses y los helados artesanales.
Para hacer de esta escapada una auténtica experiencia gastronómica, también hay que llevarse de recuerdo el haber degustado una cerveza o gin artesanales.
El plus es poder disfrutar de todos estos sabores al aire libre en los corredores y las terrazas que se distribuyen por varias zonas de la ciudad y que permiten ser utilizadas durante todo el año, ya que en épocas más frías tienen sistemas de calefacción.
Lo mejor de escapar a Mar del Plata es que siempre hay cosas para hacer. Para cuando surge la idea de ver algún espectáculo hay una cartelera activa los 365 días del año, que abarca diferentes rubros y todas las edades: teatro, música, danza, espectáculos infantiles, festivales, deportes y hasta clases de tango, por mencionar algunas opciones.
Para los más aventureros hay cada vez más opciones nuevas, como la posibilidad de descubrir Mar del Plata desde el aire, desde el mar o a bordo de una bicicleta. Los paseos aéreos y vuelos de bautismo en parapente brindan una experiencia increíble. Quienes prefieran las vistas que se obtienen mar adentro su paseo ideal es en una embarcación, mientras que los que quieran seguir su propia ruta, tienen la alternativa de recorrer distintos rincones de la ciudad alquilando una bicicleta.
Los 47 kilómetros de costa que ostenta Mar del Plata se convierten, para los aficionados al deporte, en un excelente gimnasio al aire libre para caminar, correr, andar en rollers o en skate. Los deportes de aventura también son una excelente opción y Mar del Plata propone variadas alternativas: practicar surf, hacer trekking o animarse al stand up paddle.
Los fanáticos de la pesca tienen zonas dedicadas todo el día, sea desde la playa, las rocas, las escolleras o los muelles. También existe la posibilidad de realizar pesca embarcada o de altura, pesca con mosca y señuelos artificiales, y pesca en lagunas, arroyos y canales.
Y como los clásicos nunca pasan de moda, cualquier estadía en la ciudad merece un momento para recorrer los clásicos: Un paseo por la rambla, una foto en el Monumento a los Lobos Marinos, un recorrido por la zona del Torreón del Monje, una visita a la Torre Tanque y una tarde en el puerto son algunos de los imperdibles.
Por todo esto, siempre es un buen momento para escaparse a Mar del Plata a descansar y desconectarse.