Pablo Albornoz: “Nutrirse de todos los lenguajes es esencial para el músico”
En el Día Nacional del Tango, el violinista y concertino de la Orquesta Sinfónica Municipal reflexiona sobre el cruce entre la música académica, el tango y su proyecto de tango “D-MOL”.
Pablo Albornoz, concertino de la Orquesta Sinfónica Municipal, primer violinista de la Orquesta Municipal de Tango y creador del proyecto de tango electrónico “D-MOL”, pasó por El Marplatense y repasó su trayectoria y la unión artística que construyó entre la música académica y el lenguaje tanguero.
Albornoz lleva 25 años integrando la Orquesta Municipal de Tango, una agrupación con marcada esencia troileana. Para el músico, ese ingreso representó una transformación profunda: “Yo antes únicamente tocaba música clásica. Vengo de la Universidad de San Juan, con todos mis estudios académicos. La música popular me llamaba poderosamente la atención, pero nunca me había interiorizado hasta ganar la audición en la Orquesta de Tango. Ahí aprendí los métiers del tango, los fraseos, los colores. Realmente me transformó”.
Hoy la convivencia entre ambos mundos ya es habitual en las nuevas generaciones de músicos, y también una fuente constante de crecimiento: “Nutrirse de diferentes lenguajes es muy importante. No solo como alimentación del cuerpo, sino del alma. Cuando hago música académica siempre hay un esbozo de lo popular, y en la música popular trato de refinar ciertos aspectos. Es un ida y vuelta”.
Consultado sobre los solos de tango que más lo conmueven, Albornoz no duda en destacar a los grandes violinistas del género: Franchini, Agri y Suárez Paz. Entre las obras que lo atraviesan menciona “Tema otoñal” y las interpretaciones de Antonio Agri en el repertorio piazzoliano, especialmente “Milonga del Ángel”.
“La transmisión de la emoción por medio del sonido es lo básico en el arte. Prefiero algo sencillo en disponibilidad técnica pero profundo. Los solos en el tango suelen bajar el tiempo, mostrar otra sensibilidad. Ahí está el verdadero métier”.
Además de su labor en las orquestas municipales, Albornoz impulsa “D-MOL”, un proyecto de tango electrónico (o neo-tango) que ya cuenta con 11 años de trayectoria. La iniciativa nació junto a su compañero Daniel Susperreguy.
“Yo tenía un proyecto de tango electrónico, pero era muy rústico para ese mundo. Lo llamé a Daniel para trabajar la producción y ahí nació “D-MOL”. El tango evoluciona, el lenguaje se va aggiornando”.
“A los jóvenes siempre les digo: escuchen mucha música, estudien, abran la cabeza. Todo influye. Uno está hecho de lo que come, lo que escucha, lo que ve”, manifestó Albornoz.
En este Día Nacional del Tango, el violinista marplatense es un ejemplo vivo de esa identidad en movimiento: un artista que cruza lenguajes, respeta la tradición y apuesta a la innovación.
“Reúnanse para escuchar música, vayan a vernos, apoyen la cultura. La cultura es lo que tenemos, es nuestra identidad”, finalizó.

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