“Mi primer embarque fue un martes 13”
Trezidavomartiofobia. Esta palabra de enredada ortografía designa el miedo irracional al martes 13, una fecha que mucha gente cree que está asociada a la mala suerte y a las desgracias. De todos es conocido el dicho: “Martes 13, no te cases ni te embarques ni de tu casa te apartes”.
Y en el marco de una entrevista con El Marplatense respecto a la creación de una federación de gremios pesqueros, fue consultado por la famosa frase y expresó: “Dice el dicho que martes 13 noi te cases ni te embarques; mirá, mi primer embarque fue un martes 13 de marzo de 1989. Las supersticiones, las dejo de lado”.
¿Cómo nació este mito?
En principio, el número 13 está universalmente asociado a todo lo funesto, en oposición al luminoso 7. En la “smorfia”, es decir, la interpretación de los sueños para jugar a la quiniela, el 13 es “la yeta”, la mala suerte.
Por otra parte, se habla de que en la Última Cena había trece personas a la mesa y una murió, Jesucristo. Todavía se suele señalar ese detalle en las reuniones, cuando se juntan por casualidad esa cantidad de personas.
Mientras tanto, en la baraja del Tarot, un juego de cartas que se utiliza en la adivinación que llegó a Europa en la Edad Media y de origen desconocido, el Arcano Mayor número 13 es nada más ni nada menos que la Muerte.
En la mayoría de las representaciones, se la dibuja como un esqueleto, munida de su clásica guadaña. Esta carta, de todos modos, en el simbolismo del Tarot es de buen augurio, ya que representa el cambio, la mutación.
Los hoteles, sabedores de esta superstición, no suelen tener piso 13, ni tampoco hay fila 13 en los aviones.
A pesar de todo, para el conocimiento esotérico el 13 es un buen número. Los masones que diseñaron La Plata, por ejemplo, hicieron que por el centro de la ciudad pasen la avenida 13 y el boulevard 52, número producto de multiplicar 13 por 4.
Muchos extremarán sus precauciones y saldrán a la calle con herraduras, patas de conejo o manos de Fátima; mientras que otros desafiarán la superstición y se casarán un día como hoy, fecha en la que estadísticamente se registran más bodas que de costumbre, y otros, como Pablo Trueba, se embarcarán. Creer o reventar.