Las provincias redoblan las críticas contra el Gobierno y se agudiza la pelea por el recorte de fondos
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Las secuelas del fracaso de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados todavía se notan en la política argentina. La consecuencia directa fue el recrudecimiento de las tensiones entre el Presidente Javier Milei y los gobernadores, que ya venían mal encaminadas por la disputa por los fondos coparticipables y los aportes discrecionales.
El clímax de las rispideces se dio con el pedido de renuncia a los funcionarios que respondían a los gobernadores de Córdoba, Martín Llaryora, y de Salta, Gustavo Sáenz. Así perdieron su lugar en el gabinete Osvaldo Giordano (ANSES) y Flavia Royón (Minería), pero también se tomó la decisión de eliminar el Fondo Compensador para el Interior, que afectó de manera directa a los susidios al transporte en el interior del país.
Antes, el Presidente había tildado de “traidores” a los mandatarios provinciales, al igual que a los diputados que votaron en contra de la Ley Ómnibus. La beligerancia de Milei encontró respuesta en los gobernadores, que en su mayoría redoblaron la apuesta, aunque alguno dejó abierta la puerta al diálogo.