Italia elimina la ciudadanía por bisabuelos y frustra a miles de descendientes
La nueva ley impulsada por el gobierno de Giorgia Meloni ya entró en vigor. Afecta especialmente a latinoamericanos que buscaban obtener el pasaporte italiano por jus sanguinis.
Una nueva ley promulgada esta semana en Italia eliminó el derecho a obtener la ciudadanía italiana a través de bisabuelos, medida que impacta de lleno en miles de personas en el mundo, especialmente en América Latina, que ya habían iniciado los trámites y realizado inversiones para reconectarse con su herencia familiar.
La reforma, impulsada por el gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni y en vigor desde el martes, limita el acceso a la ciudadanía por jus sanguinis (derecho de sangre) únicamente a quienes tienen padres o abuelos italianos. Hasta ahora, muchos argentinos accedían a la ciudadanía presentando la documentación de un bisabuelo nacido en Italia.
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Según el Ministerio del Interior, cerca de 80 millones de personas en el mundo tienen ascendencia italiana. Para quienes estaban en proceso, este cambio representa una gran pérdida: implica haber invertido tiempo y dinero en recopilar, traducir y certificar documentos que ahora ya no serán válidos para obtener el reconocimiento.
“Presenté todos mis documentos con base en mi bisabuelo. Esperé tres años para mi cita, gasté miles de dólares y ahora me dicen que no soy elegible”, expresó con frustración Gina Pace Trucil, una estadounidense que compartió su experiencia en un grupo de Facebook dedicado al proceso de ciudadanía italiana.
Con la nueva legislación, la única vía para los descendientes de bisabuelos italianos será mudarse a Italia, obtener una visa y tramitar la ciudadanía por residencia, un camino que se ha vuelto más difícil en los últimos meses por el endurecimiento migratorio del gobierno derechista.
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Actualmente, se requieren 10 años de residencia legal (reducidos a 5 si avanza un referéndum previsto para el 8 y 9 de junio), comprobar ingresos anuales mínimos, no tener antecedentes penales y aprobar un examen de idioma. Hasta ahora, quienes accedían por ascendencia estaban exentos de esos requisitos.
“Para muchos de nuestros clientes, este cambio ha destrozado sus planes inmediatos de mudarse a Italia, así como sus aspiraciones a largo plazo”, aseguró Samantha Wilson, directora de Smart Move Italy, una consultora especializada en migración. “También es preocupante para la propia Italia, debido a que el país ya se enfrenta a una disminución de su población”.
Wilson recomendó a quienes ya iniciaron el trámite que evalúen impugnar la ley ante el Tribunal Constitucional italiano, aunque advirtió que es un proceso complejo, costoso y que podría demorar más de un año.
“Si los clientes ya han pagado el trámite de ciudadanía, les sugerimos que continúen adelante y defiendan sus derechos”, sostuvo.
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En juego: un referéndum que puede endurecer aún más las condiciones
Mientras tanto, Italia se prepara para votar en referéndum una propuesta que busca reducir el requisito de residencia para la ciudadanía de 10 a 5 años. El gobierno no respalda la iniciativa y se espera que fracase. De ser así, podría convocarse un nuevo referéndum, esta vez con un efecto contrario: aumentar el requisito de residencia a 12 años.
El giro en la política migratoria ha generado una ola de críticas de parte de asociaciones de italianos en el exterior y expertos en derecho. Aunque todavía hay opciones como las visas para nómadas digitales o residencias temporales, el camino al pasaporte europeo se ha vuelto mucho más empinado.
Fuente: CNN
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