"Hace un año dijimos donde fue la implosión y estábamos en lo cierto"
A las cuatro de la madrugada de este sábado, el embajador argentino en Viena, Rafael Grossi, recibió el mensaje de la Armada sobre el hallazgo del ARA San Juan. No salía de su asombro. Es que de acuerdo a los primeros datos, el buque fue hallado donde hace un año se había descripto un evento "anómalo, único, corto y violento" coincidente con una explosión.
"Estábamos en lo cierto. Esto es un éxito de nuestro trabajo y de todo el equipo que hace un año había alertado el lugar de la implosión del submarino, apenas a 15 kilómetros de donde se encontró finalmente. Nadie puede dudar de nuestra capacidad", aseguró Grossi.
Como embajador en la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO por sus siglas en inglés) Grossi informó al Ministerio de Defensa hace un año que en la "Latitud -46.12 y Longitud -59.69" se había registrado una "anomalía hidroacústica". Ese informe se elaboró con datos del organismo que monitorea ensayos nucleares en todo el mundo y tiene acceso a un sistema que controla las explosiones ya sea sobre la superficie terrestre, en la atmósfera, bajo el agua o bajo tierra en todo el mundo.
"Todo el hallazgo confirma que los datos que habíamos aportado estaban en lo cierto. Ubicamos esa anomalía hidroacústica apenas a 15 kilometros de donde fue hallado anoche el submarino", detalló hoy Grossi en diálogo con Infobae. Y remarcó: "Nadie puede dudar de nuestra capacidad de esa advertencia".
El embajador argentino en Viena no acusó a nadie en particular sobre la falta de datos del ARA San Juan desde ese entonces. "Es muy difícil en un espacio tan amplio como el mar y con las superficies que hay determinar el hallazgo", dijo.
"Nunca dudamos de la información que ofrecimos y las pruebas remiten a que los datos aportados estaban en la dirección inequívoca", explicó Grossi. Ahora se deberá determinar qué tipo de búsqueda y cómo actuó la Armada en función a la información que aportó en su momento el CTBTO.
Para Grossi, de todas maneras, no resulta nada sencillo detectar el lugar exacto del submarino en un mar que tiene muchas profundidades y una extensión de búsqueda de 300 kilometros a la redonda.