“El patio de los Juárez”: el dolor de cabeza de los vecinos del barrio Belgrano
Fiestas clandestinas, amenazas y miedo constante. Quienes viven en ese barrio marplatense, aseguran que no tienen paz desde hace años y que las denuncias no tuvieron respuesta en la Comisaría 11. El lugar no tiene habilitación municipal.
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"El patio de los Juárez” dejó de ser solo un nombre conocido en el barrio Belgrano para transformarse en una fuente permanente de angustia. Vecinos de la zona aseguran estar agotados por los disturbios, las fiestas y las situaciones de violencia que se repiten semana tras semana, sin que nadie ponga un freno.
Una vecina que vive lindera al lugar relata que la situación es insostenible. En diálogo con El Maplatense, dijo: “Ya no sabés qué hacer para que esto no suceda más. No tenemos vida propia en nuestras casas. Vivimos con miedo”. Según cuenta, cualquier intento de reclamo directo termina en amenazas y agresiones verbales.
El temor no es exagerado. Hace apenas dos semanas, otro vecino decidió salir a reclamar por los ruidos y los disturbios y estuvo a punto de ser golpeado. “No podemos decir nada porque tenemos miedo de que nos pase algo. Ellos te amenazan”, afirman quienes viven en el barrio.
Según consta en una denuncia formal presentada ante la comisaría 11, en 2024, los encuentros se realizan como fiestas clandestinas que tienen lugar todos los fines de semana, incluidos viernes, sábados y domingos. Los eventos se desarrollan durante largas horas, comenzando por la noche y extendiéndose hasta la madrugada, con música a alto volumen y concentración de personas.
En la denuncia también se advierte que estas fiestas son publicitadas en redes sociales bajo distintos nombres, entre ellos “los hermanos Juárez” y “el patio”, y que incluso se realizan de manera conjunta con otro espacio cercano, lo que incrementa la cantidad de gente, el ruido y los conflictos en la zona.
Los vecinos aseguran que ya recurrieron a todas las vías posibles. Según afirman, nunca obtuvieron una respuesta concreta ni controles sostenidos que pusieran fin a la situación. “Denunciamos, esperamos y todo sigue igual”, señalan con resignación.
El cansancio es total. “Vivimos encerrados, con miedo, sin descanso y sin respuestas. No queremos más conflictos, solo poder vivir tranquilos”, reclamaron.
Desde el Municipio confirmaron que el lugar no cuenta con habilitación municipal.

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