El papa Francisco pidió oraciones por los muertos y heridos de los incendios en Chile
El papa Francisco pidió hoy rezar “por los muertos y heridos en los devastadores incendios en Chile”, tras en ángelus dominical en la plaza de san Pedro. Asomado a la ventana del palacio apostólico para el rezo del ángelus, el pontífice argentino no olvidó la situación en la región central de Valparaíso, donde las llamas avanzan sin tregua, y ya se han cobrado 56 vidas, y pidió a los fieles que recen por los heridos y muertos.
Con 56 muertos confirmados hasta el momento y el temor de que la cifra se dispare en las próximas horas, Chile lucha contra la ola de incendios más mortífera de su historia reciente y su mayor emergencia desde el terremoto de 2010.
En el último reporte oficial, las autoridades chilenas advirtieron de que el número de muertos podría ser “mucho más alto” con el paso de las horas y la alcaldesa de Viña del Mar, una de las ciudades más afectadas por el fuego, dijo minutos antes que el municipio maneja un catastro provisional de 372 personas desaparecidas, que no implica que todas ellas estén muertas pero sí da una idea de la magnitud de la tragedia.
“Paz más que nunca en riesgo”
Por otro lado, el papa Francisco advirtió de que la paz “está en riesgo hoy más que nunca en muchos lugares” del mundo y que “no es responsabilidad de unos pocos sino de toda la humanidad”.
“Los invito a rezar por la paz que el mundo tanto desea y que hoy más que nunca está a riesgo en muchos lugares y no es responsabilidad de unos pocos sino de toda la familia humana”, dijo el papa.
Y llamó “a cooperar todos a construirla con gestos de compasión y valentía”. De nuevo, como en todas sus apariciones públicas, Francisco pidió rezar “por las personas que sufren la guerra especialmente en Ucrania, en Palestina e Israel”.
Entre otros mensajes, el papa también recordó que el próximo 10 de febrero en Asia Oriental y en diferentes partes del mundo millones de familias celebrarán el Año Nuevo Lunar, y deseó “que esta fiesta sea una oportunidad para vivir relaciones de afecto y para gestionar tensiones que contribuyan a la búsqueda de una sociedad solidaria y fraterna donde cada persona sea reconocida y acogida en su dignidad inalienable” .