El futuro ya llegó: "Hasta Steve Jobs, antes de morir, imprimió fotos para cada uno de sus hijos"
Por Nicolás Ronchi
Los recuerdos que quedaron en el rollo de una cámara. La nostalgia de abrir álbumes de fotos de casamientos, salidas o cumpleaños. Las "auto-selfies" con la cámara al revés. Las ansias de llevar a revelar las fotos que habíamos sacado. Todo eso se esfumó, sólo son vagos recuerdos que una generación desconoce, que frunce el ceño y levanta el mentón si le hablas de ello.
La fotografía digital, la gran calidad de imagen con la que cuentan los teléfonos celulares y su instantaneidad, mató la emoción que tenía el revelado en papel, donde había que esperar un tiempo para ver las imágenes, llenos de incertidumbre, y poder revivir la emoción de ese momento.
En la actualidad, si los celulares o las computadoras dejan de funcionar, las fotos se pierden. En cambio, en papel duran para siempre. En algún lugar de la casa está el mueble de los álbumes, el mismo que en una reunión sale a la luz para dejar en evidencia y llenar la mesa de nostalgia.
Y de esa manera lo contó una trabajadora de una importante casa de revelado de la ciudad, Adriana, quien dijo: "El papel impreso no se pierde como las fotos digitales. Y me sostengo en que Steve Jobs, el fundador de la era tecnológica, antes de morir imprimió cajas de fotos para cada uno de sus hijos. Es decir que, la persona más digital eligió revelar las fotos, antes que guardarlas en un celular o computadora".
En esa misma línea, y sobre la extinción de determinados pedidos, explicó: "Aún trabajamos con foto carnet, donde debido a la situación del país, se utilizan para los pasaportes. Porque, a su vez, muchas personas optan por tener una segunda ciudadanía, que para ese caso son fotos biométricas y no carnet".
"Con la llegada de la evolución tecnológica bajó demasiado la impresión, lo sentimos muchísimo. Y no sólo en las fotografías, sino en otros aspectos, como los talonarios de factura, que no existen más en formato físico", detalló la experta en fotografía.
Los cuadros de casa caducan, los categoría 2010 prácticamente no tienen fotos suyas colgadas en casa, como si no fuesen de la familia, y en algún momento se va a perder esa entrañable costumbre. El avance tecnológico pisa cada vez más fuerte y parece ser la excepción al "las modas siempre vuelven", porque podría convivir con ella, pero todavía “no todo está perdido”.
Existe cierta nostalgia hacia lo retro, y aunque parezca difícil de creer en este tiempo, e inclusive fue "una sorpresa" para las casas de revelado, "el público jóven comenzó a comprar y revelar rollos", según detallaron desde la casa de revelado.
Son menos los adultos que van a revelar fotos, cuando son quienes convivieron con ello, y a pesar de la demanda juvenil, todavía lo hacen porque "la tecnología va por un ascensor y el uso del público por una escalera, y se debe a que no todos tienen la capacidad de utilizar el celular con las funciones que ofrece, entonces confían en el papel impreso".
En cuanto a los beneficios que trajo la calidad de las cámaras, comentó: "Desde que los celulares y las cámaras sacan fotos en HD, el trabajo cambió en referencia a la calidad porque recibimos imágenes que se ven mejor y la impresión lo refleja. En el 90´ y el 2000 la impresión era en baja resolución, y ahora, lo que hacían las cámaras profesionales, lo hacen los teléfonos celulares".
"Lo que todavía falta es el zoom, que son poderosos, pero no ópticos. A pesar de que hay algunos accesorios que se pueden añadir, como los lentes de las cámaras, no son lo mismo", expresó.
Acerca de hasta cuando van a perdurar las casas de revelado, señaló que "todo vuelve" y que "no hay una fecha de vencimiento porque nos reinventamos". En ese aspecto, las comparó con las gráficas, que "parecía que iban a desaparecer y se reinventaron, por lo que no será a corto plazo".
"Después de la pandemia, si bien las personas se compartían las fotos, muchas comenzaron a imprimirlas por la nostalgia, para colgar en el hogar y también por la gran cantidad de fallecidos que hubo", concluyó la experta.