Cheques rechazados: “Estamos hablando de una magnitud similar a la de la crisis de 2001”
El economista Nicolás Vellini analizó el incremento en la morosidad bancaria. Y aseguró que “lo difícil que es que un cheque venga rechazado por un motivo que no sea la falta de fondos”.
La crisis de la economía se comienza a manifestar en situaciones como la suba en la cantidad de cheques rechazados, que muestra un grado de quebranto importante en el sector empresarial argentino ya que la mayoría de los casos se da por falta de fondos. En diálogo con Los datos del día por Radio Mitre Mar del Plata, el economista Nicolás Vellini analizó el incremento en la morosidad bancaria y su relevancia en el contexto económico de Argentina, tras destacar que “estamos hablando de una situación de las magnitudes de crisis 2001 o crisis 2008”.
Para el economista el aumento de cheques rechazados es “sin lugar a dudas” un dato significativo, y detalló tras el último informe del Banco Central que este problema no se limita a las finanzas de las familias, como las moras en tarjetas de crédito o préstamos, sino que también afecta gravemente a las empresas: “El monto alcanzado ronda el 3% de la totalidad de los cheques emitidos”, destacó.
Con el objetivo de poner un contexto donde esa cifra adquiera cierta relevancia, Vellini explicó a Los datos del día, por Radio Mitre Mar del Plata, que “en la pandemia el número llegó al 14%, una situación totalmente extraordinaria donde el Banco Central incluso había eliminado las multas que las empresas se adjudican al momento de no pagar un cheque que se habían comprometido a hacerlo. Cuando hablamos del 2001, o incluso la crisis del 2008, los valores rondaban el 3 y 4%”.
Vellini destacó un aspecto que agrava la situación: “Quienes trabajamos con bancos permanentemente sabemos lo difícil que es hoy que un cheque venga rechazado por un motivo que no sea la falta de fondos”. Y recordó que los cheques son el principal instrumento de financiación para las empresas, con plazos de 30, 60 o 90 días según los proveedores, y que la tecnificación del sistema, donde “el E-check hoy por hoy es el 80% del total del mercado”, elimina errores de emisión como firmas faltantes o datos ilegibles.
Vellini aseguró que esta dificultad impacta en el circuito de pagos, ya que los cheques circulan por toda la economía. Este flujo, según el economista, “va atravesando diferentes instancias y esto empieza a generar una complicación en los diferentes sectores en donde ese cheque se ve depositado”. Resaltó lo que sucede en Mar del Plata, donde este problema se manifestó con fuerza en el sector portuario, al que consideró “el primer semáforo, donde estalló la primera bomba en este sentido”.
En cuanto a las posibles soluciones a este problema, el economista señaló que el cheque, como instrumento de financiación, ofrece a los empresarios “un poco de aire y un poco de plazo”, ya que alternativas como tomar un crédito o descontar un cheque son más costosas. Por eso las altas tasas de financiación son un factor clave: “No todas las empresas logran poder descontar un cheque en el mercado de capitales porque tenés que tener cierto aval. La tasa ronda el 35%. Cuando vos vas a querer descontar un cheque al banco, donde la tasa es muy alta, con una inflación proyectada del 20 o 22%, lo que hace muy difícil para el empresario poder empezar a cumplir con esas obligaciones”.
“Esto se agrava por la caída de la actividad económica, que reduce los ingresos necesarios para cubrir los cheques emitidos”, agregó el especialista. Y consideró que se trata de “una situación que hay que abordarla desde muchos de los lugares. La macro es una, pero creo que hoy las empresas están demandando algo un poco más micro”.
Por otra parte, Vellini indicó que en períodos inflacionarios, las ineficiencias operativas de las empresas, como tener más empleados de los necesarios, se disimulan al poder aumentar precios. Sin embargo, “cuando la inflación cae, y cae junto a la actividad y al poder adquisitivo de las personas, se genera un problema de que las empresas no están pudiendo competir primero entre ellas y después contra lo que sucede con las importaciones y algunos sectores que tienen sus rubros con mucha apertura”.
Aunque reconoció la importancia de estabilizar la inflación y el tipo de cambio, el economista insistió en que “el Gobierno hoy podría atender demandas de las empresas en términos de competitividad. Puntualmente, la baja de impuestos creo que es algo muy sensible hoy por hoy para poder seguir en el ruedo para algunas empresas”.
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