Alarma monitoreada o cámaras, el eterno dilema
El eterno dilema parece resolverse con una idea simple: ver no es lo mismo que proteger. Las cámaras registran; la alarma monitoreada actúa.
En tiempos en los que la seguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las familias y los comerciantes, surge una pregunta recurrente: ¿qué es más efectivo, instalar cámaras de videovigilancia o contratar un sistema de alarma monitoreada?
Para responder este dilema, Segumar Seguridad, empresa marplatense referente en seguridad física y electrónica, abrió las puertas de sus oficinas y su CEO, Franco Borzani, compartió su mirada sobre lo que considera un error común: pensar que las cámaras por sí solas son una solución suficiente.
La falsa sensación de seguridad que brindan las cámaras
Según Borzani, las cámaras cumplen un rol importante en la prevención y en la obtención de pruebas posteriores a un hecho delictivo, pero no ofrecen una respuesta inmediata.
“La cámara te muestra lo que pasó o lo que está pasando, pero no evita que suceda. Es como ver una película de lo que ya ocurrió. La alarma monitoreada, en cambio, acciona de inmediato y conecta al cliente con un centro de monitoreo que puede dar aviso a la policía en segundos.”
El valor de la inmediatez
El ejecutivo subraya que la diferencia clave radica en la inmediatez de la reacción: “El ladrón no se detiene porque lo filmen, pero sí se inhibe cuando suena una sirena y sabe que en pocos segundos llegará la policía. Esa respuesta en tiempo real es lo que salva bienes y, muchas veces, vidas.”
El costo de la seguridad: inversión versus gasto
En el imaginario popular, muchos creen que las cámaras son más accesibles que una alarma monitoreada. Sin embargo, Borzani aclara que esta es una visión parcial: “Una cámara puede ser más barata al inicio, pero ¿de qué sirve si no tenés respuesta inmediata? Una alarma monitoreada es una inversión inteligente porque transforma cada segundo en un factor decisivo.”
Complementariedad, no competencia
El CEO de Segumar también aclara que no se trata de descartar las cámaras, sino de entender su verdadero valor: “Lo ideal es complementar ambos sistemas. Las cámaras sirven como prueba y elemento disuasorio, pero la alarma monitoreada es la que realmente te protege en el momento. Nosotros siempre recomendamos empezar por lo urgente: la alarma.”
Un dilema que ya tiene respuesta
El debate sobre elegir entre cámaras o alarma monitoreada se repite en hogares, comercios y empresas. Sin embargo, para Borzani el veredicto es claro: “Si tenés que elegir uno solo, que sea la alarma monitoreada. Es la única que te brinda reacción inmediata y conexión directa con un centro de monitoreo las 24 horas.”
Conclusión
El eterno dilema parece resolverse con una idea simple: ver no es lo mismo que proteger. Las cámaras registran; la alarma monitoreada actúa.
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